Capitulo
GASTON
Hoy se suponía que tenía que cortar tres céspedes diferentes. Sin
embargo, sólo
llamé y reprogramé todo momentos antes de que Rocio saliera
corriendo del
bosque hacia mi camioneta.
Ayer por la noche todo había cambiado para mí. Necesitaba decirle
exactamente
cómo me sentía, pero no podía hacerlo ahora mismo, no quería tener
esa
conversación todavía, sólo quería disfrutar de estar con ella.
Íbamos a pasar el día en la playa y mezclarnos con los turistas.
Salir juntos en la
ciudad no era una opción, al menos no hasta que Pablo llegara a
casa y hablara
con él. No podía dejarla ir. No ahora. Esta vez no iba a sentarme
y ver a Pablo
tener todo, necesitaba a Rocio. La amaba de una manera que sé que
mi primo
nunca podrá.
Abrió la puerta del pasajero y entró. Que Dios me ayude, ella
tenía unos shorts
diminutos y un top aún más pequeño que me dio un vistazo de su
ombligo. La
playa estaba a cuarenta y cinco minutos y ella iba a volverme loco
vestida así.
—Buenos días —dijo sonriendo mientras se deslizaba a mi lado y se
sentaba a
horcajadas sobre el cambio de marchas.
Todas las preocupaciones sobre Pablo huyeron de mi mente.
—Buenos días, hermosa —contesté y me incliné para besarla.
Ella suspiró y de inmediato se acerco a mí, pasando sus dedos por
mi pelo. Tomó
todo mi autocontrol para retirarme.
—¿No quieres salir de aquí primero? —pregunté.
Frunció los labios como si acabara de quitarle su juguete favorito
y se sentó
cruzando los brazos sobre el pecho.
—¿Cómo te estás sintiendo hoy? —pregunté sacándonos a la calle. Su
hoyuelo me
guiñó. Necesité toda mi fuerza de voluntad para mantenerme
conduciendo y no
detenerme para poder besar ese dulce punto.
—Estoy bien… quiero decir mejor que bien. Yo… —Hizo una pausa y le
eché un
vistazo para ver sus mejillas ruborizarse a un rosa bastante
brillante.
No podía dejar de reírme ante el rubor inocente en su cara.
Alcanzándola con
cuidado tire de una de sus pequeñas manos que se retorcían
nerviosamente en su
regazo y pasé mis dedos a través de ella, mientras que los
primeros indicios de
posesión vinieron sobre mí.
—¿Estás dolorida? —pregunté. Había oído que las vírgenes estaban
normalmente
doloridas después. Sin embargo, Rocio había sido la primera virgen
con la que
había estado.
Empezó a negar y luego su rubor se intensificó.
—Tal vez un poco.
—Lo siento —contesté, sintiendo un tirón de protección para
acompañar la sana
posesión alzándose dentro de mí. Ella estaba convirtiendo mi
interior en una zona
loca de guerra.
Me miró y sonrió con timidez.
—No lo hagas.
Dios, la amaba. Envolvió sus brazos a mi alrededor y puso su
cabeza en mi
hombro. Fue una de las pocas veces que odié a mi caja de cambios.
Prefería
permanecer así sin mover el brazo.
—Dime que te pusiste protector solar —dije mirando hacia su piel
ligeramente
bronceada. El sol en la playa era intenso incluso para el mejor
bronceado.
Rió y asintió. Todo estaba bien con el mundo. Una vez que nos
saqué de la
carretera sur metí mis manos entre sus muslos y disfruté del paseo.
Normalmente no disfruto de las llenas playas turísticas. Pero hoy
era diferente. No
me importaban los niños gritando y tirando arena en mi cara
mientras correteaban
o los desagradables norteños bronceados que alimentaban a las
malditas gaviotas.
Rocio hacia todo mejor.
El sol era abrasador y aunque Rocio estuviera contenta con
tostarse en el calor,
seguí insistiendo para que fuera a las olas conmigo. Viéndola reír
y jugar cuando
se sumergió en el sentido contrario de las olas, haciendo sentir
como si nuestros
años de diferencias hubieran desaparecido. Estaba el entonces y el
ahora. El tiempo
perdido en el medio era borroso. Estar con ella me hizo sentir
completo. Siempre
me había mantenido unido, cuando mi mundo se derrumbaba a mi
alrededor.
—OH DIOS MIO, HAY UNA MEDUSA. —Su chillido fue seguido por un
cómico
intento de atravesar el agua agitada hacia la playa.
Contuve la risa y la seguí. No dudé que era una medusa. Era el
momento para
ellas, pero con sus grandes ojos y su expresión de pánico, era tan
linda que era
divertido.
ROCIO
—Siempre supe que serías irresistible una vez que dejaras de
actuar como alguien
que no eres —susurró Gaston mientras envolvía sus brazos a mi
alrededor.
Todavía estaba jadeando por correr a través de las olas. Se me
escapó una risita sin
aliento y apoyé la cabeza contra su duro pecho.
—No es fácil ocultar a la chica mala en mi interior delante de la
única persona que
sabe que existe —respondí.
Los brazos de Gaston se tensaron y respiró en mi cuello, mientras
descansaba la
barbilla en mi hombro.
—No. Nunca vi una chica mala. No eres mala Rocio. Sólo has estado
fingiendo
ser otra persona durante mucho tiempo para hacer felices a tus
padres y a Pablo.
La chica que realmente eres es increíble. Eres amable, pero tienes
agallas. Eres
brillante, pero nunca actúas superior. Sin embargo eres cuidadosa
en saber cómo
divertirte y eres tan increíblemente sexy, pero no tienes idea.
Era difícil verme en la forma que él me describía, pero oírlo
diciendo esas cosas me
hacia desear que las cosas fueran diferentes. Y no me había
contenido con él en
absoluto. Cuando estaba con Gaston no pretendía. Era sólo yo. Y en
lugar de la niña
mala vio algo deseable. Quería que el mundo me viera de esta
manera también,
pero sabía que sólo alguien como Gaston encontraría todos mis
defectos cualidades
atractivas.
—Me alegro de que me veas de esa manera. No estoy diciendo que
estoy de
acuerdo, pero me hace feliz saber que no ves mis defectos.
Gaston se tensó detrás de mí por un momento antes de que sus
brazos me dejaran.
Podía sentir su cuerpo alejándose de mí.
—¿Qué pasa? —pregunté dándome la vuelta para mirarlo de frente.
Él negó. Esperé a que hablara y después de unos minutos de
silencio, volteó la
cabeza para estudiarme.
—¿Por qué estás con Pablo?
Esta no era una pregunta para la que estuviera preparada. Sacudí
mi cabeza.
—¿A qué te refieres?
Pasó la mano por su pelo, cerrando los ojos como si estuviera
luchando para no
decir lo que estaba en la punta de su lengua.
—Te comportas como alguien más con él. Alguien que crees que va
con él. Una
perfecta chica buena que sigue todas las reglas. Sin embargo,
deseas romper cada
una de ellas, Rochi. No eres una criminal, sólo quieres extender
tus alas un poco y
disfrutar de la vida. Pero lo quieres tanto que estás dispuesta a
negarte la libertad
de ser TÚ, sólo para poder tenerlo. —Calló, pero mantuvo la mirada
suplicante en
mí.
Quería que dejara de hablar. No quería oír estas cosas. No era
cierto. Yo era una
chica buena. Era el tipo de chica que alguien como Pablo podía amar.
—Soy buena —logré decir por estrechez de mi garganta. Me sentía
estúpida
diciendo esas palabras cuando debería haber estado en casa
llorando la muerte de
mi abue. Cerré los ojos tratando de forzar mis pensamientos lejos
de ella. No podía
pensar en eso ahora. No estaba preparada.
—No dije que fueras mala. Tu eres buena, Rochi. ¿No me estás
escuchando? Tienes
el sentido deformado de lo que es bueno. Querer salir a escondidas
con tu novio y
saber si eres deseable, desear a tu maldito novio o dejar un
maldito auto
todoterreno en un lugar de estacionamiento no te hace mala
persona. Te hace un
ser humano.
Las lágrimas pican en mis ojos. Quería creerle. Había vivido con
culpa por mucho
tiempo porque quería hacer las cosas que habían dicho que estaban
mal. Pero este
era Gaston Dalmau. Bebía demasiado y les hacía cosas a chicas en
lugares públicos
que nunca había hecho en mi vida… hasta que empecé a pasar tiempo
con él.
Mamá siempre me había dicho que Lucifer era hermoso.
—Pensaba que la Rochi que yo conocía había desaparecido por
completo. Me afligí
por ella durante mucho tiempo. Entonces, un día en el comedor
Halley se acercó a
Pablo y coqueteó con él justo en frente de ti como si no
estuvieras allí. Cuando se
dio vuelta para irse tropezaste con ella. Pablo no lo vio, pero yo
sí. —Una sonrisa
estiró la comisura de su boca—. Cuando ella estaba tendida allí en
el suelo vi la
pequeña sonrisa que tocó tus labios antes de agacharte y ayudarla
a levantarse
disculpándote profusamente. Hasta ese momento pensaba que estabas
perdida. Me
di cuenta de que mi Rochi estaba debajo de todo ese brillo y esa
cortesía, en alguna
parte. Después de ese día empecé a mirarte y a disfrutar de los
momentos en los
que tenía un vistazo de lo real que salía mientras nadie estaba
prestando atención.
Es por eso que te dije esas cosas. Quería que reaccionaras para
mí. Quería que
fueras astuta para mí. Esos momentos en los que no podías
soportarlo más y te
rompías… yo vivía para esos momentos.
—¿Eras así conmigo porque querías que fuera astuta para ti?
—pregunté.
Asintió con la cabeza y se inclinó para besar la punta de mi
nariz.
—Realmente te gusta mi lado feo, ¿verdad Gaston?
—Nada acerca de ti es feo. Eres tan hermosa por dentro como lo
eres por fuera,
pero no ves eso. Eso es lo que me mata. Pablo es mi primo y yo
haría cualquier
cosa por él. Pero está loco por haberte mantenido en algún maldito
pedestal.
Quiero ver a la verdadera tú. A la que le gusta llevar unos shorts
porque sabe que
me vuelven loco. La que corre desde el bosque a mi camioneta sonriendo
como si
nada más importara. —Ahueca mi cara con su mano—. La verdadera
Rocio Igarzabal
es perfecta y estoy locamente enamorado de ella.
Mi estomago se aprieta. Yo tenía sentimientos por Gaston.
Compartimos esta historia
y ahora hemos tenido este verano, pero se suponía que el amor no
era un factor en
cuestión. Pablo siempre se interpondría entre nosotros.
Los labios de Gaston se encontraron con los míos y todo lo demás
se desvaneció. No
me importaban todas las preocupaciones y argumentos de la parte
trasera de mi
cabeza. Sólo quería ser yo. Y en sus brazos sabía que podía serlo.

Sin la ternura andando! Porque mierda tiene que estar metido pablo en todo! Agg
ResponderEliminarHola perdona he estado investigando sobre la autora de lazos de abbi glinnes y este libro no me salio me e comprado un libro de esa escritora se llama el chico malo y trata y es totalmente igual a lazos y le sigue si fueras mio me gustaria saber si es el mismo libro es que es igual chica buena se enamora de chico bueno y luego acaba con chico malo por eso cuando lo lei el resumen dije anda mira igual que el de lazos es nada mas para saverlo porque me gusta mucho la escritora y la nove buenisima
ResponderEliminarsi, te lo digo yo, es el mismo...
ResponderEliminarTotalmente me leibla primera pagina y empieza igual
Eliminarawwwwwww hermoso
ResponderEliminarhola .este libro se llama the vincey'boys y el libro que le sigue no es la misma historia ya que es la historia de la prima con el ex d ella seria lali y pablo en la adaptacion. pedon x no responder antes es que estaba con una gripe malisima.
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