Hola
chicas... Estoy de vuelta y les vengo a contar que estoy de viaje por unos
meses... (No se preocupen que seguiré subiendo novela) pero les aviso que el
final se va acercando.
Les
quiero agradecer por ser las mejores lectoras y apoyar esta novela, son grosas.
Un
beso enorme… Alezz.
Rocío
dio un giro en la cama y luego otro, las imágenes confusas y horrorosas daban
vueltas en su cabeza sin parar. Un grito se escapó de sus labios y ella se
sentó estática en la enorme cama. Miró a
su alrededor buscando a su pesadilla y se encontró sola.
Estaba
soñando, había sido solo una horrible pesadilla, no era real.
Sintiendo
frio al verse sola se puso en pie y corrió por los pasillos oscuros buscando a
la única persona que la hacía sentir segura.
Lo vio
subiendo las escaleras de dos en dos hasta llegar a ella. Sin decir una palabra
Gastón la tomó en sus brazos y la besó en la frente, hasta ese momento Rocío no
se había dado cuenta de que lloraba, leves sollozos que la hacían estremecerse.
-
Está bien cariño, solo era un
sueño, una pesadilla, está todo bien.
-
Tu no estabas en la cama – lo acusó
ella entre lágrimas – tu no estabas en la cama y yo tenía frio.
-
Lo sé, perdón, apenas te escuchó
corrí para verte, lamento no haber estado allí para ti.
Gastón
la llevó hasta el cuarto y la hizo acostarse en la enorme cama junto a él
envolviéndola en sus brazos.
-
Quieres contarme de que se trataba
tu pesadilla?? – preguntó acariciando lentamente su cabello.
-
No lo recuerdo bien – comenzó ella
– era sobre Pablo y como él nos separaba. Yo soñé que tú me dejaba y te ibas
con Lali y él se burlaba de mi por eso. – sollozó un poco más duro y él la
abrazó más fuerte.
-
Eso no va a pasar, nadie va a poder
separarnos ahora, ya no pueden separarnos.
Rocío
asintió despacio y lo miró.
-
Tu dónde estabas??
-
Abajo acomodando un papeleo de la
constructora que contraté para algunas reformas.
Gastón
acarició su mejilla un segundo y frunció el entrecejo.
-
Rocío. – la besó en la mejilla
dulcemente – crees que debemos mudarnos?? Tantos recuerdos y estar tan cerca de
la persona que te hizo daño tantos años no crees que te está afectando??
Podríamos irnos, piénsalo, empezar de cero.
Ella
recostó la cabeza en su hombro y miró a la nada en silencio por un momento que
se sintió eterno.
-
Cuando era niña huía frecuentemente
de mis hogares de acogida. Cuando crecí un poco Lali y yo huimos de su padre
por mucho tiempo, ya de mayor huía de los fantasmas de mi pasado hasta que
llegaste tú – lo miró a los ojos que en la oscuridad de la noche se veían
grises – estoy cansada de huir, estoy cansada de escaparme. Este ha sido mi
hogar, mi único hogar, y no quiero dejarlo, no quiero salir corriendo de nuevo.
Tengo miedo, pero creo que tú y yo podemos lograrlo. Además seria egoísta de mi parte, se cuánto
amor y esfuerzo le has puesto a este lugar, no sería justo.
Gastón
la besó como besan los hombres enamorados, la tomó en sus brazos y como un
caballero de brillante armadura y la liberó de todos los demonios que la
acechaban.
…
Gastón
apagó el motor y suspiró, su día laboral había terminado.
Masajeó
su cuello dolorido mientras bajaba del auto y caminaba rumbo a la casa.
Las
reformas en la hacienda estaban avanzando muy bien, sus hombres se estaban
esforzando y las mejoras se podían ver cada día más.
Gastón
rió para sí mismo, el esfuerzo físico comenzaba a pasarle factura como lo
demostraban sus músculos doloridos.
Una
sonrisa se posó en su rostro apenas entró y encontró una música suave y el olor
a comida recién hecha. Siguiendo el aroma Gastón se encontró con una Rocío
bailando, despeinada y con la cara llena de harina en la cocina.
-
No sabes lo lindo que es llegar y
encontrarte aquí.
Rocío
soltó un gritillo y se llevó una mano al corazón.
-
Gas, me asustaste.
Él
caminó hasta ella y la abrazó con una sonrisa mientras ella se revolvía en sus
brazos.
-
Suéltame Gas – murmuró Rocío contra
los fuertes brazos de Gastón – huelo a comida y estoy sucia.
-
Estás hermosa – dijo él tomando sus
mejillas – y hueles estupendamente, que estás cocinando??
Rocío
murmuró algo inentendible.
-
Qué??
-
Arroz con pollo – contestó a
regañadientes. – me puse a limpiar toda la casa y el tiempo se me fue así que
es lo mejor que se me ocurrió y me dio tiempo de montar.
-
Está bien amor, de seguro está
delicioso.
-
Ya, pero yo quería prepárate algo
más elaborado.
-
No te preocupes por eso, sé que
debe estar riquísimo.
-
Por supuesto que está riquísimo,
ese no es el punto.
-
Ah buee, señorita humildad al habla
– se burló él.
-
Para servirle – respondió ella
sacándole la lengua.
Gastón
rio y le robó un beso rápido mientras limpiaba un polvo blanco en su mejilla.
-
Que más cocinaste??
Ella
frunció el ceño.
-
Nada, por?? Te dije que no me dio
tiempo de preparar nada mejor.
Él sonrió.
-
Es que tienes harina en la cara y
que yo sepa el arroz con pollo no lleva harina.
Rocío
lo miró un segundo y luego gruñó para sí mientras se alejaba de Gastón y salía
de la cocina para subir las escaleras.
-
No es harina. – dijo enfurruñada –
es talco, se me cayó mientras limpiaba,
estoy hecha un desastre.
El la
siguió por las escaleras y la tomó del brazo.
-
Para, estás hermosa, eso estás.
-
Claro, lo hermosa no quita lo
desastrosa.
-
No – él la cargó en brazos y la
llevó hasta el cuarto. – Lo desastrosa te hace aún más hermosa.
-
Y a ti más chamullero.
-
Y más enamorado.
De
alguna manera ambos terminaron en la ducha, ambos juntos, ambos felices y del
arroz con pollo nadie se acordó.
…
-
Vamos, hace un montón que quiero
verla.
-
No sé para que si siempre te quedas
dormida.
-
Pero se ve interesante. Por favor – Rocío hizo un puchero y lo miró
inocente.
Gastón
sonrió y se rindió mientras le mordía el labio inferior.
-
Vale, ponla mientras yo preparo las
palomitas de maíz.
Rocío
dio un gritillo emocionado y corrió a preparar todo.
Media
hora después Gastón apagó el televisor y sonrió encantado cuando la encontró profundamente
dormida en su regazo.
Su
pequeño ángel, no sabía porque le hacía caso poniendo la película si ya sabía
que siempre se quedaba dormida. Le encantaba, cada pequeño detalle, cada lindo
descubrimiento sobre ella; ahora sabía que le gustaba que la despertaran con un
beso y que odiaba a las arañas. Cada parte de ella lo tenía fascinado. Ya no podía
imaginarse su vida sin ella, sin su sonrisa cada día cuando llegaba del
trabajo, sin sus ruidos mientras cocinaban o su voz mientras cantaba en la
ducha. Todo era mejor con ella. Incluso limpiar era la cosa más divertida si lo
hacía con ella.
Gastón
acarició un mechón de su cabello y tomándola en brazos subió con ella las
escaleras, tenerla entre sus brazos era la sensación
más asombrosa, no perdia oportunidad de sentir su cuerpo menudo y sus curvas femeninas
contra él, era algo de lo que no se cansaría nunca.
La acomodó en la cama, esa cama que se había sentido tan vacía antes
de ella y que ahora le hacía tan difícil irse a trabajar por las mañanas.
El
teléfono sonó y Gastón maldijo por lo bajo, estaba debatiendo el responder o dejar que la contestadora automática atendiera
y acostarse abrazado al increíble cuerpo de la mujer en su cama, cuando el
sonido del teléfono hizo que Rocío se removiera en sueños y el decidiera
atenderlo solo para no despertarla.
Cerró
la puerta tras de sí y tomando el teléfono supo que algo iba mal al reconocer la
voz al otro lado de la línea.

Dios así tu me matas de curiosidad!
ResponderEliminarahahahah COMO LO DEJAS AHI MUERO DE LA CURIOSIDAD NO DEMORES EN SUBIR EL PROXIMO PLIS AMO TU NOVE!
ResponderEliminarNooo como que ya se acerca el final??? ojala que nunca termine estoo es lo mass esta nove dioss esta geniall buenisimaaa
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