viernes, 6 de septiembre de 2013

Jugemos a Ser Novios ... capitulo 3 ¿Pequeña Familia?

Gracias a todos por los comentarios del capitulo anterior! :D

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Gastón se levantó con el pie izquierdo a la siguiente mañana. La noche anterior había
cambiado su alarma para poder levantarse más temprano y estar listo para pasar por Rocio a su
casa y tener una charla con sus padres pero eso no pudo ser ya que su alarma no sonó. Entró a
ducharse pero el shampoo le entró en los ojos irritándoselos y dejándoselos mortalmente rojos.
Cuando bajó a desayunar completamente cambiado con el uniforme del colegio se le derramaron
unas gotas de café sobre su camisa blanca por lo cual tuvo que volver a subir y cambiarse, por
suerte siempre tenía un repuesto limpio en caso de ese tipo de accidentes.

Cuando ya había subido al auto y revisó su mochila tipo maletín y se dio cuenta de que no
llevaba el reporte de Ciencias Sociales que debía entregar ese día por lo que tuvo que regresar a
su habitación y buscarlo. Por fin ya iba en camino hacia la casa de Rocio y deseaba que la
plática con los padres de la muchacha fuera mejor de lo que había sido su mañana de 45 minutos.
Su chofer estacionó frente a la casa pequeña de dos plantas en donde vivía su “novia” y
después de un largo suspiro salió del auto para encaminarse a la puerta de la casa. Agradeció que
ese lugar no estuviera lleno de cámaras fotográficas, si bien era solo un modelo las cámaras
amaban seguirlo como si se tratara de una estrella pop o algo parecido.

Llegó a la puerta y buscó el botón del comunicador pero no lo encontró por ningún lado, en
su lugar a un lado de la puerta encontró un pequeño botón blanco sin cámara de video ni
micrófono para hablar, confundido se aclaró la garganta y apretó el botón dejando escuchar un
extraño sonido de campanillas en el interior de la casa, sus ojos se abrieron de la impresión al
escuchar un grito proveniente de la casa. ¿Qué no podían usar el comunicador para avisarle que
abrirían la puerta? Además ¿Cómo sabían que era él quien había presionado el botón blanco?
La puerta se abrió solo un poco dejando ver una parte del interior de la casa y luego el
rostro de una adolescente se dejó ver de atrás de la puerta.

—¿Diga? —habló la pequeña mujercita que tenía un gran parecido a Rocio, era casi como
una copia de ella solo que con un par de años menos.

Gastón abrió la boca para preguntar por Rocio pero algo se lo impidió, un golpe, un golpe en
su espinilla que lo obligó a tragarse una maldición.

—No, Monito —dijo la muchacha tomando en sus brazos a un pequeño de aproximadamente
4 años que tenía un avioncito de plástico en sus manos y señalaba al carrito que anteriormente
había impactado en la espinilla de Gastón—. Lo siento —se disculpó la chica mientras se inclinaba
para tomar el carrito—. Perdone, ¿A quien busca?
Rocio sacudió su cabeza y aclaró su garganta.

—¿Vive aquí Rocio Igarzabal? —preguntó dudando completamente de que la chica que iba
a pretender a ser su novia viviera realmente en esa casa—. Sabes, creo que me he...

—No, está bien, ella vive aquí —abrió la puerta aun más—, pasa —cambió al niño de un
brazo a otro y se movió de la puerta para dejarlo entrar—. Está en nuestra habitación, ahora le
llamó.

Gastón asintió y dio un par de pasos para estar en el interior de la casa, la puerta se cerró
detrás de él.

—¡Hermana! —gritó la muchacha hacia las escaleras que estaban justamente enfrente de
Gastón—. ¡Un muchacho guapo te busca! —el pequeño se removió en los brazos de la chica y esta
lo dejó en el suelo—. Vendrá en unos minutos.

La chica desapareció rápidamente mientras seguía al pequeño hacia una habitación que
quedaba del lado izquierdo de Gastón, lo que lograba distinguir era un pequeño televisor, un sillón
aparentemente largo y juguetes esparcidos por todos lados.

—¿Un muchacho? —preguntó en coro un par de voces masculina que salió del lado
derecho de Gastón.

El modelo volteó y vio a dos hombres caminando hacia él, un hombre mayor que
seguramente pasaba de los 40 años y a un joven que seguramente estaba entre los 20 años, ambos
caminaban hacia él imponentes y con ceños fruncidos.
Gastón creyó que aun estaba dormido y estaba teniendo una pesadilla en donde una familia
muy grande vivía en una casa tan pequeña y todos parecían ser una especie de gemelos sólo que
de diferentes edades. Eran exageradamente parecidos, cabello rubios - castaños, tez blanca y ojos
marrones.

—¿Se te perdió algo? —la mirada del confundido modelo fue hacia su derecha para ver que
el joven que estaba al lado del hombre mayor le hablaba esperando una respuesta impaciente.

—¿Quién es? —preguntó otro niño de voz un poco gruesa para la edad que aparentaba,
Gastón supuso que le estaba cambiando la voz. Este salió de su lado izquierdo.

—Yo... —empezó a hablar pero un grito chillón proveniente de su lado derecho captó su
atención.

Una pequeña de aparentemente 10 años se cubría la boca emocionada y lanzándole miradas
eufóricas.

—¡Eres Gastón Dalmau! —exclamó la pequeña dando saltitos sin cruzar la línea imaginaria
que ella había trazado a un par de metros de él.

—¿Quién? —preguntó otra voz masculina. ¡Dios! ¿Cuántos eran en esa casa?

—Es Dalmau, el modelo —dijo la pequeña apuntándolo y ladeando su cabeza para ver al
chico que había aparecido a un lado de ella y que el sí que era idéntico a la chica que lo había
recibido en la puerta.

Gastón ya estaba mareado, nunca había visto a tantas personas juntas en un espacio tan
comprimido y sentía que le empezaba a faltar el aire. No había tenido ataques de asma desde los
7 años pero en ese momento no dudaba en que le fuera a dar uno.

—¡Voy! —gritó una voz que en seguida reconoció y lo hizo suspirar aliviado. Unos pasos a
toda prisa se escucharon por el piso superior de madera y en un dos por tres apareció Rocio
bajando las escaleras de dos en dos. Cuando Rocio levantó su mirada y vio a Gastón al final de la
escalera pisó mal el siguiente escalón y se desequilibró.

Él no se dio cuenta de que su cuerpo se había movido hacia adelante y sus brazos se habían
extendido hacia Rocio hasta que la tenía en sus brazos evitando el duro golpe que se hubiera
dado contra el suelo.
Todo se congeló a su alrededor, cada uno de los hombres y mujeres presentes en el lugar se
quedaron en suspenso mientras Gaston y Rocio estaban envueltos en un rápido y torpe abrazo.

—¿Qué pasa? ¿Por qué no hay ruido? —preguntó una voz más saliendo de la cocina.
Todos, absolutamente todos, lanzaron suspiros.

—¿Quién es él? —preguntó la mujer observando al muchacho que tenía sujetada a su hija.

—Él es... —empezó Rocio pero fue interrumpida rápidamente por Gastón.

—Soy su novio —dijo, probablemente sin pensar.

Tres puntos suspensivos aparecieron en la escena.

—Discúlpenos —dijo Rocio a su familia que se habían compactado en el sillón de la
diminuta sala y observaban con curiosidad a la pareja frente a ellos.
Rocio salió de la sala siendo seguida por Gastón que le pisaba los talones. Se detuvieron a un
costado de la escalera y el modelo temió que la chica se volteara porque sabía que lo aniquilaría
con la mirada.

—¿Qué hiciste? —susurró entre dientes la rubia volteándose hacia Gastón—. ¿Qué rayos
pensabas?

—Lo siento. Entré en pánico —se excusó el muchacho nervioso—. Había muchas personas
y mi cabeza necesitaba oxigeno así que dije lo primero que me vino.

—Pero es que has dicho una estupidez. Estoy muerta y tú conmigo —clavó su delgado
dedo en el pectoral izquierdo de Gastón.

—No, escucha, lo arreglaremos...

—No. Es que a ti no te basta con que le mienta a cientos o miles de personas, ahora
también quieres que le mienta a mi familia y eso es algo que no habíamos acordado y yo no...

—No, no —Gastón sujetó a Rocio por los hombros y con una expresión de suplica habló—.
Sé que todo se salió de control gracias a mí pero por favor no digas que no fingirás ser mi novia
porque entonces sí estaría muerto —apartó una mano de los hombros de ella y sujetó su barbilla
delicadamente—. Por favor, te prometo que te daré lo que sea que me pidas pero no me digas
que no puedes hacer esto.

Rocio cerró los ojos, suspiró y asintió lentamente.
Ella era una mujer de palabra y no podía negarse.

—Lo haré, pero tú te las arreglas con mi familia.

—Gracias —soltó aliviado—. Nosotros... —Gastón levantó su mirada y vio como la familia
que habían dejado sentados en el sillón largo ahora estaba observándolos—. Tu familia...

—Están espiando ¿verdad? —ella conocía a su familia perfectamente.

—Sí —le confirmó Gastón y clavó sus ojos en ella—, tal vez nosotros deberíamos...

—Sí. Seguro. Bien...

Él la abrazó delicadamente y ella también lo rodeó con sus delgados brazos, se podría
llamar como una reconciliación.
—Te presento a mi familia —dijo Rocio tímida—. Él es Monito, es el menor de nosotros,
tiene 4 años —señaló al pequeño que le había lanzado el carrito de juguete en la espinilla y que
ahora estaba sentado en el suelo jugando con el avioncito—. Ella es Aleli, tiene 10 años y parece
ser que te admira —señaló a la eufórica niña que aun lo veía con un brillo en sus ojos y estaba
sentada en el extremo derecho del largo sillón—. Él es Stefano, tiene 12 años —señaló al niño que
había preguntado en tono tosco sobre quien era él y se encontraba sentado a un lado de Aleli—.
Ella es Brenda y él es Brandom, son mellizos, 15 años —señaló a los gemelos que estaban
tomados de la mano—. Él es mi hermano Victorio —Rocio se acercó a Gastón y le susurró—,
cuídate de él, es el típico hermano celoso, no podríamos ser una familia sin el hermano mayor
celoso, tiene 20 años —señaló al joven que lo estudiaba con detenimiento—. Ella es mi mamá,
no te diré su edad, se llama Gimena y él es mi papá que tampoco te diré su edad y se llama
Nicolas —con eso concluyó la presentación de su extensa familia—. Es mi pequeña familia —
murmuró para sí pero Gastón la escuchó y le hizo preguntarse ¿Cómo podía ser una pequeña
familia?

—Mucho gusto a todos —habló Gastón amablemente a la familia que centraba su mirada en
él como si fuera un raro espécimen recién descubierto por los científicos—. Soy Gastón Dalmau,
compañero de un par de clases de Rocio y actualmente su novio... —guardó silencio y después
añadió—. También trabajo como modelo.

Hubo unos largos minutos de incomodo silencio hasta que la madre de Rocio decidió
romperlo con un comentario que a la chica no la hizo sentir muy cómoda.
—No sabía que estabas enamorada —dijo su madre.

—En realidad yo se lo he pedido —habló Gastón tratando de arreglar lo que hizo mal, tal vez
no arreglar pero sí que al menos Rocio no sufriera muchas consecuencias—. Ella me gusta y le
pedí que saliera conmigo como novios. Ella aceptó después de una semana con la condición de
que sería, por el momento, una prueba para ver cuán compatibles podíamos ser —dijo este y
nuevamente se quedaron en silencio.
Después de varios silencios incómodos ambos se marcharon ya que llegarían tarde al
colegio. En realidad la familia de Rocio era muy amable pero era él quien se sentía fuera de
lugar en una familia tan grande y parecida. Su familia era pequeña y no había mucho parecido
entre ellos ni físicamente ni... realmente de ninguna manera.
Ambos entraron rendidos al auto y cuando este se puso en marcha ambos suspiraron
sincronizados.

—Definitivamente soy una increíble chica —dijo Rocio rompiendo el silencio en el
auto—. Debes de agradecerme que finja ser tu novia.

—No tienes idea de cuánto te lo agradezco —ambos mantenían su vista hacia el frente
observando el conocido camino que se acercaba al colegio—. Y definitivamente eres una chica
increíble.
Rocio ladeó su cabeza contrariamente al rostro de Gastón para ocultar su repentino sonrojo.

—Llegamos —les informó el chofer a ambos chicos.

—Entonces...

—Vamos —completó Rocio por él.

Ambos salieron del auto y sujetándose las manos fuertemente transmitiéndose la calidez
matutina e ingresaron al colegio rezando porque su día fuera uno normal, sin nada nuevo pero
anda, él era un modelo y ella una chica normal, y según el mundo ellos se querían así que ¿Qué

normalidad podía existir ahora en sus vidas?

5 comentarios:

  1. Pobre gas casi sufre un ataque con tanta gente jeje ...espero el próximo

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  2. Guauuuu q familia grande la de Rochi.. Encima le dice cuídate de victorio que es mi hermano celoso Jaja pobre gas la tiene difícil

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  3. También gas como lo dice así de una "soy su novio" me imagino la cara de la familia de Rochi Jaja ... espero el próximo :-)

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  4. Esta. buenísimaaaaa la nove... lastima q hay q esperar hasta el viernes pero vale la pena jeje

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  5. Me encantoo!!! Esta geniall!! espero el proximo yaa jej muy buenaaa

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