domingo, 8 de septiembre de 2013

Una vida sin vivir capitulo catorce

Capítulo 14
desperté en la mañana con una enorme sonrisa en mi cara. El sol brillaba, las
aves cantaban, y había despertado junto al chico más sexy del mundo, que
por casualidad estaba enamorado de mí. Sonreí contra el brazo en el que estaba
acostada y presioné mi espalda contra él, sintiendo su duro pecho presionado en
mi espalda donde me estaba abrazando.
¿Gaston? susurré, girando mi cabeza en su dirección.
Sus brazos se tensionaron alrededor de mí mientras lentamente abría sus ojos.
Hola murmuró, levantando su cabeza para que pudiera besarme. Wow, amo
despertarme sabiendo que finalmente eres mía. Puso la cabeza hacia atrás y
suspiró con satisfacción. Entonces, ¿podemos decirle a la gente hoy que estamos
saliendo? preguntó felizmente, sonriendo de oreja a oreja.
Um no. No hoy. Aún necesito hacer un poco más de trabajo de preparación en
eso respondí, recorriendo mi mano por su pecho, trazando sus músculos.
Gruñó.
Por trabajo de preparación, no querrás decir que vas a coquetear conmigo y
ponerme caliente como el infierno de nuevo como ayer, ¿cierto? preguntó,
luciendo suplicante.
Tendrás que esperar y ver, ¿no crees? Oh, y te doy mi permiso para tocarme un
poco hoy si quieres ofrecí casualmente. Me giré para enfrentarlo, sosteniendo mi
cabeza en mi codo para que pudiera verlo mejor.
Mmm tocarte, ¿así? ronroneó. Arrastrando sus dedos a través de mi cuerpo
lentamente, desde mi cara, abajo por mi cuello, a través de mis senos y estómago,
estableciéndose finalmente justo en el interior de mi muslo. Su mano estaba tan
cerca de mi centro que no pude evitar el pequeño gemido que escapó de mis
labios.
Trazó sus dedos a través de mi pierna, haciéndome gemir. Maldita sea, lo quería
tanto pero simplemente no podía, no aún.
No, Gaston supliqué. Dije las palabras, pero moví mis caderas inconscientemente,
tratando de acercarme más a su mano.
Se rió, poniendo sus labios de forma que están casi tocando los míos.
Prométeme que no me provocarás mucho hoy en la escuela murmuró contra
mis labios mientras movía su mano a la parte exterior del muslo.
No te molestaré demasiado. No puedo prometer mas
bromeé, torciendo sus palabras.
Estrelló sus labios contra los míos y pude sentir que estaba sonriendo.
¡Eres una maldita provocadora! Ni siquiera te das cuenta de lo que me haces
gruñó, besando mi cuello suavemente. Vaya, sabía exactamente lo que le estaba
haciendo, ¡lo podía sentir!
Le devolví el beso con pasión y se alejó después de un par de minutos, justo
cuando estaba poniendo en ello.
Mejor me voy. Él me besó otra vez mientras salía de la cama.
Está bien. Te veo en un rato contesté, viendo cómo se ponía la ropa. Me guiñó
un ojo mientras subía por la ventana, de regreso a su casa. A pesar de que Nicolas
sabía, Gaston seguía necesitando mantener la pretensión para sus padres. Él no podía
exactamente ser visto salir por la puerta principal, cuando se suponía que debía
estar en su cama.
Me levanté de la cama y salté al cuarto de baño para una ducha. Cuando estaba
seca, me quedé mirando a través de mi armario por mucho tiempo. Necesitaba
algo diferente para usar hoy. Quería que Gaston me viera como si realmente me
quisiera enfrente de todos, porque no quería seguir mintiendo acerca de nuestra
relación. Saqué una mini-falda vaquera y una blusa negra lisa con cuello en V, de
manga corta. Sonreí mientras miraba mi atuendo. Esto sin duda iba a funcionar. Me
vestí y me examiné en el espejo, la falda era corta, pero no demasiado corta para
que pareciera una de las zorras, y la blusa era ajustada pero no demasiado, sólo lo
suficiente para dar una pista de lo que estaba debajo. Sonreí y me puse un par de
zapatiillas de ballet, completando el atuendo.
Agarré la bolsa pequeña que me dieron en la clínica de planificación familiar y
saqué mi caja de pastillas. Echándole un vistazo al paquete, encontré la primera y
me la trague rápidamente, sonriendo para mis adentros. Salté a la cocina. Gaston
estaba hablando con Nicolas, de espaldas a mí, y ya había un plato de cereal en el
mostrador esperando por mí. Sentí mi corazón derretirse un poco por su
consideración.
Buenos días dije alegremente. Gaston estaba bebiendo un vaso de agua y
cuando se dio la vuelta, casi se ahogó. Nicolas le dio una palmada en la espalda
bruscamente y se echó a reír. ¡Sip, ese era el efecto que quería! Sus ojos estaban
muy abiertos y con hambre al mirarme lentamente, haciéndome sonrojar al
imaginarme los pensamientos que estaba teniendo sobre mi cuerpo. Él todavía no
había hablado. Gaston, ¿quieres tomar una foto? Va a durar más tiempo bromeé,
comiendo mi cereal.
Eso pareció sacarlo de la fantasía privada que estaba teniendo.
¿No vas a usar eso hoy cierto? preguntó, frunciendo el ceño ligeramente.
Me miré a mí misma preguntándome qué quería decir con eso. No me veía tan
guarra.
Sí, ¿por qué? pregunté, confundida. Pensé que le gustaba la ropa; ¡desde
luego parecía que le gustaba!
Él se acercó y rodeó sus brazos alrededor de mí por la espalda.
Ángel, ¿cómo diablos se supone que me voy a concentrar todo el día, sabiendo
que mi hermosa novia se ve como una maldita diosa del sexo? ¿Estás
torturándome a propósito? se quejó, besando el lado de mi cuello y pasando sus
manos por mis muslos expuestos.
Me reí y le dio un codazo en el estómago.
Bueno, entonces sólo tendrás que ejercer algo de control, ¿no crees? me
burlé, alejándome después de moverme contra el discretamente.
Él gimió y se movió de modo que estaba detrás del mostrador, probablemente
para que Nicolas no pudiera ver que estaba tan excitado.
No estás jugando nada limpio se quejó.
Me reí y agarré mi bolsa.
¿Listo para irnos, Nicolas? pregunté, sonriendo a mi hermano, que parecía que
estaba tratando de hacer caso omiso de nuestro intercambio pero estaba fallando
miserablemente.
Sí. Creo que Gaston necesita otro minuto para calmarse, sin embargo dijo él,
riendo, haciendo rodar los ojos a Gaston. Me reí de su expresión de advertencia. Nicolas
me agarró por los hombros y me empujó fuera de la puerta. Todavía estaba
riéndome de Gaston.
La mañana pasó volando y finalmente, la hora del almuerzo estaba aquí. Estaba tan
emocionada de ver a Gaston que no podía dejar de sonreír.
¿Qué demonios te pasa? preguntó Agus, mirándome como si me hubiera
vuelto loca.
Nada, sólo estoy teniendo un buen día. Además, tengo hambre y ahora vamos a
comer mentí sin problemas.
¿Vas a hacer otro movimiento a Gaston? preguntó Mery, sonriéndome a
sabiendas.
Me eché a reír.
Oh, diablos, sí. Sólo observa la cara de Eugenia. Voy a hacer que me desee hoy.
Sonreí feliz. Esto iba a ser grande y Eugenia iba a odiar cada segundo de ello.
No hay duda al respecto estuvo de acuerdo Mery, riendo.
¡Oh! ¡Así que por eso es la falda! dijo Agus. Una mirada de comprensión cruzó
su rostro.
Me eché a reír y asentí.
¿Crees que va a funcionar? pregunté, en realidad quería su opinión.
Él asintió con la cabeza.
Oh, sí que va a funcionar. Todos los chicos en la escuela han estado hablando
acerca de tus piernas asesinas hoy. Debo decir que hasta yo, que estoy totalmente
enamorado de mi novia, te he comprobado admitió, encogiéndose de hombros.
Le di una palmada en el hombro juguetonamente.
¡Ew! Eso es asqueroso, Agus. ¡Tú eres uno de mis mejores amigos! ¡Los mejores
amigos no pervierten el uno del otro! declaré, fingiendo un estremecimiento.
En realidad, he estado mirándote también bromeó Mery.
Yo también agregó Candela, haciéndonos reír a todos más fuerte.
Al entrar en el comedor, riendo, pude sentir algunos de los chicos mirándome.
Ahora que Agus había dicho acerca de eso, me di cuenta que tenía mucha más
atención masculina de lo normal.
Compramos nuestra comida.
Ya vuelvo, muchachos dije, sonriendo, mientras me dirigía a la mesa donde los
atletas se sentaban. Todos mis amigos se fueron a sentar en la mesa de costumbre,
me miraban con ojos curiosos. Vi a Gaston mientras me acercaba. Como de
costumbre, había una decena de chicas colgando a su alrededor, coqueteando
descaradamente. Parecía que estaba realmente enojado.
En serio, Rebeca, si me tocas una vez más voy a ir a hablar con alguien acerca de
ello. Esto está al borde de acoso sexual gruñó Gaston, mirándola y quitando su
mano fuera de su muslo. Se veía muy ofendida cuando se puso de pie y salió fuera.
El resto de las chicas estaban sonriendo a sus espaldas. Prácticamente se podía leer
sus pensamientos en sus caras: Una chica menos para la competencia. Reprimí una
risita y me senté en la mesa. Nicolas no estaba allí, así que decidí sacar el máximo
provecho de eso y realmente empujarlo hoy.
Hola, Gaston ronroneé, sonriéndole seductoramente.
Su rostro se iluminó cuando me vio.
Hola. ¿Tuviste una buena mañana? preguntó alegremente. Puse mala cara y
negué con la cabeza. Su rostro se cayó y puso su brazo sobre mi hombro, me miró
preocupado. ¿Qué está mal, Ángel?
Me puse de pie y me senté en la mesa frente a él, apoyando un pie en el banco
entre sus piernas, así mi pie estaba casi tocando su entrepierna. Él no pareció darse
cuenta, sin embargo; seguía mirando mi cara, preocupado.
Me lastimé la pierna en clase de gimnasia. Es muy doloroso. ¿Tengo un moretón?
pregunté, abriendo las piernas ligeramente y apuntando a mi cara interna del
muslo. Sus ojos de inmediato cayeron a mis piernas. Estoy apostando a que tenía
una visión clara de mi ropa interior, porque una expresión de dolor y hambre cruzó
su rostro. Me sentí un poco como una puta por hacer esto, pero al menos nadie
más podía ver lo que estaba viendo, de lo contrario no lo habría hecho.
Puso su mano en el músculo de mi pantorrilla y la deslizó poco a poco todo el
camino hasta mi pierna, a mi cara interna del muslo, gimiendo en voz baja al
hacerlo.
No, no hay moretones dijo con su voz sensual, haciéndome arder en necesidad
mientras masajeaba mi muslo.
Hmm, ¿de verdad? Duele tanto mentí, sonriéndole. Él estaba sonriendo hacia
mí; su expresión me dijo que sabía que me estaba volviendo loca. ¿Qué tal si
mejor lo besas para mí? sugerí, alzando las cejas, tratando de parecer sexy.
Escuché algunos de los chicos gemir, ya que obviamente estaban viendo el
intercambio. La lujuria cruzó la cara de Gaston mientras asentía con una sonrisa sexy
e inclinó la cabeza hacia mi pierna. Justo antes de que sus labios tocaran mi piel,
alejé mi pierna. En realidad, es mejor que no. Pensé que tenías una novia
bromeé.
Se rió y negó con la cabeza hacia mí, entrecerrando los ojos, obviamente
decepcionado de que no llegó a besar mi pierna delante de toda la escuela.
Tengo una novia. La amo más que cualquier otra cosa dijo, su voz llena de
honestidad.
Sonreí mientras mi corazón se derritió.
Bueno, no deberías estar haciendo esto, entonces, ¿eh? me burlé, sonriéndole
y bajando de la mesa. Agarré a mi bandeja del almuerzo. Me parece que está
bien ahora, de todos modos. Tal vez si comienza a doler de nuevo más tarde, te
llamaré coqueteé.
Él gimió cuando le guiñé y me fui a la mesa de amigos. Podía oír a los chicos, todos
haciendo comentarios calientes detrás de mí acerca de cuán caliente era eso, y
cómo definitivamente aprovecharían eso, y las chicas diciendo lo ramera que era.
Me reí y me dejé caer en nuestra mesa. Mery me sonrió a sabiendas, y Candela y Agus
me estaban mirando con la boca bien abiertas.
¡Estabas tan ahí! ¡Realmente creo que podrías ganar la apuesta! dijo Candela,
mirándome con asombro.
No podía dejar de reírme de ella; me miraba como si fuera una especie de diosa o
algo así.
Podrían servirme cuatro mil dólares admití, riendo. Sólo esperaba que Eugenia
realmente pagara una vez se diera cuenta de que yo fui su novia todo el tiempo.
Cuando terminamos de comer, estaba caminando junto con mi grupo de amigos,
cuando alguien me agarró la mano y me tiró a una parada. Chillé, un poco
sorprendida, y me giré para ver a Gaston sonriéndome mientras me arrastraba al
salón de clases vacío más cercano. Me reí cuando vi a mis amigos caminar sin mí, ni
siquiera dándose cuenta de que no estaba detrás de ellos más. Cerró la puerta y
me miró, tratando de fingir que estaba molesto conmigo, pero no había manera de
que cayera por eso, él se divertía, me di cuenta.
Ángel, eso fue demasiado afirmó mientras daba un paso más cerca de mí.
Di un paso atrás y choque con la pared.
¿Demasiado? Pensé que era bastante perfecto respondí en broma.
Él se rió y apretó su cuerpo al mío.
Eres bastante perfecta. Apartó mi pelo de mi cara suavemente, mirándome con
ternura. Puse mis brazos alrededor de él y lo acerqué más, luego moví mis manos
para agarrar su trasero. Él sonrió con esa sonrisa sexy y presionó sus labios contra
los míos con suavidad; gemía ligeramente y lo acerqué más, con ganas de más.
Se apartó para besar mi cuello, sus manos vagando por mi cuerpo, a través de mis
piernas. Una de sus manos se deslizó debajo de mi falda, haciendo cosquillas con
sus dedos en mi trasero provocando. Sentí chupar suavemente en mi cuello.
Gaston, ¿me estás dando un chupón? pregunté, riendo.
Dejó de chupar por un segundo y alejó su boca de mi piel.
Mmm-hmm te estoy marcando murmuró, antes de chupar en el mismo lugar
otra vez. Después de unos segundos, se apartó para mirarlo, inspeccionando su
obra. Parecía muy orgulloso de sí mismo y estaba sonriendo de oreja a oreja.
Sí, ¿y yo puedo marcarte? bromeé.
Claro, si quieres. Él estuvo de acuerdo, encogiéndose de hombros, pero en
realidad luciendo un poco esperanzado. ¿Realmente quería que lo marcara? Apretó
los labios a los míos una vez más, pareciendo poner mi cuerpo en llamas. Por Dios,
¿cómo diablos me hacía esto? Él era el único chico que había besado, por amor de
Dios. Sin embargo, aquí estoy, ¡dejándolo poner su mano en mi trasero! Sonreí
cuando inclinó la cabeza hacia un lado, dándome acceso a su cuello. Justo cuando
mis labios rozaron su piel, sonó la campana.
Él gimió y se alejó, mirándome con una cara de cachorro de nuevo.
Falta a clases conmigo declaró él, haciendo un mohín ligeramente.
¿Faltar a clases con él? ¡Oh, mierda, odiaba faltar a la escuela, eso no era yo en
absoluto!
Um, Gaston, no puedo. Estaba debatiéndome, tenía muchas ganas de pasar
tiempo con él, pero simplemente no podía soportar la idea de que mis maestros
supieran que falté a clase sin necesidad.
¿Por favor? rogó, doblando sus rodillas para que así estuviéramos a la misma
altura.
Sus ojos me estaban matando. No podía decirle que no. Suspiré
profundamente.
Si me atrapan, entonces tú estarás en serios problemas le advertí. Si obtenía
detención, me aseguraría de que él también.
Él se rió, una hermosa sonrisa se extendía por su cara mientras sacaba su celular y
llamó a Nicolas para decirle que no me sentía bien y que me llevaba a casa.
Sí, ella está bien. No, dice que se siente un poco mareada, eso es todo. No, no, lo
tengo. Muy bien. Nos vemos dijo en el teléfono, sonriendo y lanzándome un
guiño. Deslizó su teléfono en el bolsillo y me agarró la mano, tirando de mí desde
el aula hasta el coche. Nicolas va a conseguir un aventón al trabajo. Así que, siempre
y cuando te lleve a casa a las nueve, ni siquiera sabrá que faltamos a clases dijo
alegremente.
Rodé mis ojos hacia él.
¡Como si Nicolas realmente creyera que estaba enferma! Él sabe que estamos
faltando. Sacudí la cabeza, riendo. Nicolas no era tonto, él simplemente no quería
decir nada.
Pues bien, Ángel, ¿qué haremos? preguntó Gaston, saliendo del estacionamiento
con rapidez antes de que alguien nos viera salir.
Me encogí de hombros con facilidad.
No me importa. Lo que tú quieras. Mientras involucrara pasar más tiempo con
él, haría cualquier cosa.
Él sonrió. ¿Quieres que te lleve a patiinar otra vez? ofreció.
Claro, ¿por qué no? Tengo que cambiarme primero, sin embargo; o me
congelaré el trasero de otra forma. Me reí mientras sus ojos inmediatamente se
dirigían a mis piernas de nuevo. Le envié un texto a Mery para decirle que iba a
faltar y le pedí que recogiera cualquier trabajo que me perdiera.
Cuando nos detuvimos frente a mi casa, Gaston se fue a la suya a buscar algo que
dijo que necesitaba, y yo corrí y me puse unos vaqueros. Pasé un cepillo por mi
pelo y añadí una capa rápida de máscara de pestañas. Cuando salí de mi
habitación, tomé un suéter, así no me daría frio.
Corrí hacia el auto, emocionada por algún tiempo a solas con él. Él sonrió mientras
subía.
Oye, te traje esto dijo, dándome una de sus sudaderas.
Fruncí ante ella, sabiendo que tenía una de las mías. ¿Por qué traería esto?
Er.... ¿gracias?
Es para tu pequeño trasero. Te dije traería una para que no te mojaras y te diera
frío como la última vez. Aunque, tengo plena confianza en que patiinarás por tu
cuenta al final de esta lección se jactó, sonriendo.
Bueno, no estoy segura de querer patinar si no me vas a tocar ronroneó
sugestivamente.
Él sonrió.
Mmm, nunca había pensado en eso. Esperemos que no aprendas muy rápido
entonces. Movió las cejas hacia mí, haciéndome reír.
El patinaje fue muy divertido. Tenía razón, era mucho mejor esta vez. Fue
probablemente debido al hecho de que él era un maestro tan bueno, y porque nos
pasamos casi todo el día aquí la última vez. Fue muy divertido estar con él. Él
patinó hacia atrás al igual que lo hizo antes, sosteniendo mis manos, haciendo
bromas y charlando.
Solo me caí un par de veces y cada vez que interrumpía mi caída, o me atrapaba o
me levantaba. Lo miré mientras patiinamos, estaba sonriendo ampliamente y mi
corazón dio un vuelco. Era tan guapo, amable y paciente. Podía sentirme
enamorándome de él. Sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que estuviera
loca por él.
Oye, ¿Qué tal si presumes un poco? Me encanta verte patiinar sugerí,
agarrándome en el costado por mi vida para que pudiera soltarme.
Él me dio un beso antes de irse patiinando al revés, se volvió bruscamente y patiinó
hacia delante tan rápido que realmente me asustó. Mi corazón estaba golpeando
en mi pecho a la vista de eso. Si se caía, mientras patinaba de esa manera, iba a
resultar gravemente herido. El pensamiento de él herido me aterraba. Hizo un par
de vueltas, y me mostró sus habilidades, como saltar y patinar sobre un pie.
Siempre me encantaba verlo patinar. Se veía tan hermoso y grácil, pero nunca lo
había deseado por eso, hasta ahora. Se veía tan sexy cuando estaba patinando, tan
poderoso y dominante.
Gaston quería jugar hockey profesionalmente, que ya había sido buscado por un
equipo realmente bueno pero necesitaba estar en la universidad antes de que
pudieran firmar. Le habían ofrecido una beca deportiva completa en una escuela
muy buena, lo que significaría que tendría que mudarse cuando la
escuela terminara en pocos meses. El tiempo de separación iba a matarme. Yo iba a
tener pesadillas todas las noches cuando él no estuviera allí, sin mencionar la
angustia que sentiría al verlo irse. Odiaba el hecho de que él estaría tan lejos y que
las chicas estarían cayendo sobre él. Suspiré, negándome a pensar en ello. Tenía
que confiar en él. Y lo hacía, confiaba plenamente en él, creía que me amaba y que
no quería hacerme daño.
Cuando regresó a mí, patinó hasta detenerse, enviando un spray de hielo sobre un
lado.
¿Es eso suficiente exhibición para ti? preguntó, envolviendo sus brazos
alrededor de mi cintura y besándome tiernamente.
Oh, sí. Mi hombre puede patinar bien confirmé, con una sonrisa hacia él.
Mmm, di eso de nuevo. Me gusta eso gruñó, en una ronca sexy voz que hizo
temblar mis entrañas.
Envolví mis brazos con fuerza alrededor de su cuello y lo atraje más cerca.
Mi hombre puede patinar ronroneé seductoramente, mirándolo a los ojos.
Pude sentir la ardiente pasión chisporroteando entre nosotros. Él dobló sus rodillas
así estábamos al mismo nivel, me abrazó fuertemente y luego me sostuvo,
levantándome de mis pies. Empezó a patinar suavemente alrededor de la pista.
Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras patinaba ocasionalmente
haciendo pequeños giros y cambiando a patinar hacia atrás. Sus ojos no dejaron
los míos. Fue la cosa más erótica y sexy que me hubiera sucedido, y todo mi cuerpo
estaba anhelando por él.
Te amo tanto, Ángel susurró.
Sonreí. Mis entrañas estaban rebosando de felicidad y pasión. Él me estaba
volviendo loca; yo lo quería y lo necesitaba. Al mirar dentro de sus hermosos ojos
, podía ver todo su amor por mí brillando a través y eso hizo a mi corazón
latir muy rápido. De repente, me golpeó como un camión, yo también lo amaba.
Tal vez siempre lo había amado, no estaba segura. Él tenía una manera de
deslizarse detrás de mis defensas y se abría paso dentro de mi corazón, pero
siempre me había negado a verlo de esa manera. Me hacía sentir segura, querida,
necesitada y especial; yo no quería volver a dejarlo ir. Lo amaba como loca, más
que a nada, él era lo único que necesitaba en la vida.
Abrí mi boca para decirle que yo también lo amaba, pero habló primero,
cortándome.
Vamos a ir a cenar sugirió, patinando fuera de la pista de hielo y sentándome
en el banquillo. Él se puso de rodillas y me quitó mis patines. Sólo lo miré mientras
lo hacía, incapaz de mantener la sonrisa fuera de mi cara. ¿Era este chico realmente
mío? ¿Cómo conseguí ser tan afortunada?
Después de que conseguimos de nuevo nuestros zapatos, nos fuimos a un
pequeño restaurante italiano que dijo él que hacía la segunda mejor lasaña en el
mundo.
¿La segunda mejor? pregunté riendo.
Sí. Tu lasaña es genial afirmó, sosteniendo mi mano con fuerza mientras
seguíamos al camarero a la mesa.
Sabes que me tienes ahora, puedes parar con los elogios me burlé, riendo. Él
sonrió y sacudió su cabeza, rodando sus ojos como si estuviera siendo estúpida.
La comida era buena y el restaurante era realmente bonito, tenía velas en cada
mesa y era realmente muy romántico, era tan divertido estar cerca de él que no
había un silencio incómodo. No podía dejar de preguntarme cómo no sabía nada
de él antes de que estuviéramos juntos. Supongo que fue porque la única
personalidad que alguna vez me mostró fue el lado idiota que, en realidad, no
parecía ser una parte de su carácter en absoluto.
Gaston, ¿puedo preguntarte algo? pregunté, demasiado curiosa para no
preguntar.
Por supuesto. Lo que tú quieras. Se encogió de hombros, tomando un sorbo
de su bebida, mirándome con curiosidad.
¿Por qué siempre fuiste tan imbécil conmigo? Si te he gustado todo este tiempo,
¿por qué siempre me enloquecías cuando éramos niños y siendo como un idiota
conmigo? Sabes que solía odiarte, ¿cierto? pregunté, alzando mis cejas,
mirándolo en tono de disculpa.
Él se rió.
Ya sabes, hay una delgada línea entre el amor y el odio. Tal vez me amabas y no
te diste cuenta sugirió, sonriendo. Sonreí porque eso era exactamente lo que
estaba pensando antes.
No, Gaston. Eras un imbécil completo para mí. Pero la mayoría de eso era un acto,
¿no? Entonces, ¿por qué lo hiciste? pregunté, necesitando la respuesta, me
estaba matando porque simplemente no lo entendía.
Nicolas. Se encogió de hombros.
¿Nicolas? no lo entiendo. Le di mi mejor cara de qué demonios.
Él sonrió con tristeza.
Nicolas realmente no me quería cerca de ti. Me golpeó bastante un par de veces
cuando éramos niños por ello. Él es realmente protector contigo. Era más fácil para
mí mantenerme alejado de ti si en realidad no querías estar conmigo. Pensé que si
te hacía querer estar lejos de mí, entonces yo no tendría que intentar tan duro
dijo, frunciendo el ceño.
Espera, ¿él fingió ser un idiota así yo no querría estar con él debido a Nicolas?
¡Maldito sea ese chico!
Todos estos años, Gaston, simplemente me parece una pérdida. Suspiré y sacudí
la cabeza; si me lo hubiera dicho entonces, tal vez podríamos haber estado juntos
durante más tiempo. Sabes, yo siempre pensé que tenías una doble personalidad
le dije, riendo.
Él también se rió.
¿En serio? ¿Por qué?
Bueno, siempre pensé en ti como el Gaston de día, que era un idiota, imbécil, y un
hombre prostituto, ligón. Luego estaba el Gaston de noche, que era adorable, dulce y
cariñoso. Siempre me ha gustado el Gaston de noche le dije con sinceridad.
Él sonrió feliz.
Bueno, la noche era cuando me detenía de tratar de alejarte. Decidí que ya que
Nicolas no sabía nada, podía ser yo mismo y disfrutar de mi tiempo contigo. Para que
lo sepas, sin embargo, ambas de mis personalidades te han amado por siempre
dijo, encogiéndose de hombros y sonriendo hacia mí.
Aww, ¡es tan malditamente dulce! Me estiré y sostuve su mano con fuerza.
Me gustaría que me lo hubieras dicho antes, realmente te odié a veces admití
tímidamente, haciéndolo reír.
¿Sí? ¿Cómo la vez que corté la cabeza a tu osito de peluche y la lancé a la
basura? preguntó, riendo. Di un grito ahogado a la memoria de ello, ¡me había
olvidado de eso! Nicolas había sacado mi oso de la basura y lo puso de nuevo en mi
cama para mí y arregló su cabeza.
Sí, ¡idiota! lo regañé, luchando contra una sonrisa.
Sabes que nunca hice eso, ¿verdad? Fingí cortarle la cabeza y lo escondí en mi
suéter y lo puse de nuevo en tu cama un par de horas después dijo, sin dejar de
reír.
¡De ninguna manera! ¡Nicolas me dijo que él lo recuperó para mí! Me reí.
Él sacudió su cabeza.
No. Esa fue una de las veces que pateó mi culo. Me agarró a escondidas en tu
habitación ese día. Yo le dije que iba al baño dijo, riendo y sacudiendo la cabeza.
No puedo creer que mi hermano pateó tu culo. Eso es muy gracioso.
Me alegro de que no me mate por salir contigo. Puedo mantenerme por mi
cuenta en una pelea, pero Nicolas es un maldito psicópata cuando se trata de ti.
Gaston frunció el ceño, moviendo ligeramente su cabeza, una sonrisa tirando en las
esquinas de su boca.
Sí, bueno, es mejor asegurarte de que no me hagas daño, ¿eh? bromeé.
Él asintió con la cabeza.
Nunca te haría daño, nunca. Apretó suavemente mi mano, mirando
directamente a mis ojos, todo su comportamiento mostrándome la verdad de sus
palabras.
Le creí, no creía que alguna vez me lastimaría a propósito, pero sabía que rompería
mi corazón tarde o temprano. Cuando fuera a la universidad y estuviéramos
separados, aunque no me engañara, eso iba a doler mucho. Incluso si no
estuviéramos saliendo sería terrible estar sin él, pero ahora sería como una tortura.
Aparté los pensamientos de mi mente. Yo no podía pensar en ello, no hasta que
sucediera y aun así pudiéramos pasar a través de ello. Lo amaba lo suficiente para
esperar por él. Sólo esperaba que él sintiera lo mismo dentro de cuatro meses
cuando todas las zorras de la universidad se arrojaran sobre él y estuviera a un
viaje de tres horas de distancia.
Correcto, entonces, ¿estás lista para irnos? preguntó Gaston después de haberme
comido un pedazo enorme de pastel de chocolate yo sola. Asentí con la cabeza y
arrojó algo de dinero sobre la mesa, extendiendo una mano para ayudarme a
levantarme.
Sonreí.
Sabes que te estás perfilando como el mejor novio del mundo dije felizmente.
Me encanta cuando me llamas eso. Sonrió y envolvió su suéter alrededor de
mis hombros mientras caminábamos hacia fuera en el frío.
Me agarré fuertemente de su mano, no queriéndolo dejar ir. Cuando llegamos al
auto incluso abrió mi puerta para mí.
Tal caballero, Gaston bromeé.
Lo vi dar la vuelta hacia el lado del conductor. Era tan guapo, y era mío, yo no
podía dejar de sonreír a ese conocimiento. Nunca había soñado que alguna vez
tendría algo como esto con un chico. Cuando solía pensar acerca de las citas eso
me asustaba enormemente porque no podía dejar que la gente me tocara, y todo
el tiempo tuve al chico perfecto, quién estaba enamorado de mí, quien me abrazó
y me mantuvo a salvo cada noche, y yo ni siquiera sabía. ¿Cómo pude haber sido
tan estúpida?
Cuando llegamos a mi casa, eran sólo las ocho. Nicolas no estaría en casa durante otra
hora, así que teníamos la casa para nosotros.
Ven aquí, quiero hablar contigo le dije, tirando de él hacia el sofá. Parecía un
poco preocupado y nervioso. Lo atraje a mi lado, sentándome cerca de él. Pude
sentir la pasión construyéndose y sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que
estuviera dispuesta a llevar las cosas más allá. Nunca me había sentido así antes, y
aunque sólo habíamos estado juntos por cinco días, lo había conocido siempre.
Confiaba en él como nadie y sabía que no me haría daño. No estaba preocupada
porque no fuera capaz de esperar por mí, podía ver en sus ojos que iba a esperar
tanto tiempo como yo quisiera, y ese conocimiento me estaba empujando hacia
delante. Si dudaba de que me esperara, entonces no habría manera de que me
sintiera así. Agarré su mano con fuerza mientras me limitaba a mirarlo, tratando de
encontrar las palabras adecuadas para expresar mis sentimientos por él.
¿Qué está mal, Ángel preguntó en voz baja, con el ceño fruncido, frotando
círculos en el dorso de mi mano.
Oh, mierda, ¿puedo decirlo? Estaba tan avergonzada, nunca había dicho algo como
esto a nadie antes.
Tomé una respiración profunda y quería que mi voz no mostrara los nervios que
sentía en mi interior.
Te amo, Gaston le dije con sinceridad. Me miró, shock claro en su rostro. Su boca
estaba abierta, sus ojos muy abiertos mientras asimilaba lo que dije. No podía dejar
de reír. Está bien, no es así como me imaginé tu reacción. Hice una mueca,
esperando que dijera algo.
Me empujó hacia abajo sobre mi espalda, rodando por encima de mí.
¿Me amas? ¿En serio? preguntó, el shock dejando su rostro para ser
reemplazado por excitación.
Asentí con la cabeza, sintiendo mis mejillas calentarse un poco.
Sí, Te amo.
Se rió y me besó apasionadamente. Cuando se apartó sus ojos brillaban de
felicidad.
¡Gracias a Dios! Pensé que ibas a terminarme o algo así. Te veías tan seria que
pensé que no querías estar conmigo dijo, sacudiendo su cabeza, sonriendo.
Me eché a reír.
¿En serio? ¿Es por eso que parecías nervioso? pregunté, riendo.
Dilo otra vez susurró.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y tiré de él más cerca de mí, su boca
aproximadamente a dos centímetros de la mía.
Te amo, Gaston dalmau susurré.
Te amo también, Rocio Igarzabal. Me besó, duro, y no podía dejar de devolverle
el beso con la misma intensidad. Pasé mis manos por su espalda y agarré la parte
inferior de su camiseta, tirándola hacia arriba sobre su cabeza, arrastrando mis
dedos por su pecho, simplemente asombrada de cuán perfecto era. Sus manos
vagaban por todo mi cuerpo ávidamente, él se apoderó la parte inferior de mi
blusa y comenzó a tirarla hacia arriba lentamente, como si estuviera esperando
algún tipo de reacción. Sentí mi amor por él incrementar a otra velocidad por la
forma reflexiva y paciente de cómo era conmigo. Sonreí contra sus labios y él se
apartó, mirándome con curiosidad.
¿Está bien? preguntó, preocupación coloreando su voz.
Asentí con la cabeza y lo empujé fuera de mí para poder sentarme. Agarré mi blusa
y la saqué por encima de mi cabeza, tirándola al suelo. Me estaba mirando en
estado de shock. Tiré de él de nuevo hacia mí, besándolo profundamente. Sus
manos estaban en todas partes mientras nos enrollábamos pero no hizo nada que
no quería que hiciera. Fue perfecto y dulce. Un final increíble para una cita
increíble. Después de un rato se retiró y yació a mi lado, hablamos felizmente por
un rato.
A las nueve, suspiró.
Nicolas va a estar en casa pronto, tal vez deberíamos vestirnos sugirió, luciendo
un poco reacio mientras sus dedos se perdían por encima de mi sujetador y
estómago.
Asentí con la cabeza.
Sí. No creo que estaría muy contento si llegaba a casa y descubriera que me has
visto sin la blusadije con fingido horror. Se rió y se sentó, agarrando mi
camisa del suelo y pasándomela, besándome otra vez con ternura.
Cuando los dos estábamos completamente vestidos de nuevo, nos sentamos
viendo la televisión hasta que Nicolas volvió a casa. No podía mantener la sonrisa
fuera de mi cara, Gaston me amaba y yo lo amaba y todo era perfecto. Nicolas volvió a
casa y ellos jugaron en la Wii mientras yo hacía mi tarea, tratando sin éxito, de no
mirar el culo de Gaston mientras permanecía de pie delante de mí. A las diez se fue a
casa para cambiarse de ropa y ver a sus padres durante media hora antes de que
se colara por mi ventana esta noche. Apenas podía contener mi emoción por estar
de nuevo con él.
Así que, ¿cómo lo están dos llevando ustedes? preguntó Nicolas, curiosamente,
cuando estábamos por nuestra cuenta.
Sonreí con alegría.
Muy bien en realidad. Gracias por no enloquecer ni hacerle daño ni nada dije,
haciendo una mueca ante la idea.
Él sonrió con tristeza.
Eso está bien. Sólo ten cuidado, es un jugador, no quiero que salgas lastimada.
Me miró con preocupación. Él siempre fue sobreprotector, pero creo que por
crecer en la forma en que lo hicimos, siempre sintió la necesidad de protegerme de
nuestro padre. Supongo que ese instinto nunca se fue, incluso después de que mi
padre lo hizo.
Sonreí y negué con la cabeza.
No me lastimará afirmé con aplomo.
Él se rió.
Tal confianza en un chico que nunca se las arregló para conservar una novia
antes reflexionó, sacudiendo la cabeza.
Nicolas, Gaston es un gran chico, no me lastimará. Él me ama.
Suspiró y asintió con la cabeza.
Yo sé que lo hace. Frunció el ceño con desaprobación mientras lo decía. No
creo que Nicolas alguna vez aprobara a alguien que yo trajera a casa, era tan
condenadamente sobreprotector. Siempre había sido el mejor hermano que una
chica podría desear. Entonces, ¿necesitas hablar conmigo sobre papá o algo?
preguntó, haciendo una mueca ligeramente mientras decía la palabra papá.
Cerré mis ojos, había estado posponiéndolo, siquiera pensando en que ese hombre
regresara.
Yo no quiero verlo dije en voz baja.
Él me atrajo en un abrazo.
Está bien, entonces no vamos a verlo. Frotó mi espalda con dulzura,
mirándome preocupado, como si pensara que iba a tener otro ataque de pánico
como la última vez que hablamos de él.
Puedes verlo si quieres dije, sintiéndome un poco culpable. No quería detener
a Nicolas de verlo si él quería.
Se rió sin humor.
En realidad, necesito verlo. Se encogió de hombros, y mi corazón se hundió,
no quería a Nicolas en cualquier lugar cerca de ese imbécil.
Bien, bueno, si eso es lo que quieres… —me callé, tratando de no llorar.
Nicolas se retiró del abrazo y me miró con tristeza.
Yo no quiero verlo, Rocio, quiero matarlo afirmó, encogiéndose de hombros
casualmente, haciéndome reír. Le di una palmada en su hombro haciéndole reír.
Te prometo que no dejaré que te haga daño, nunca más. Besó el lado de mi
cabeza con suavidad, todo su cuerpo tenso. Sabía que Nicolas siempre se sintió
culpable de que no hiciera algo pronto. No creía que jamás se hubiera perdonado
a sí mismo por ello, pero era una creencia irracional, nada de eso fue su culpa, sin
embargo tomó toda la culpa por no ponerle fin antes de lo que lo hizo. Creo que
olvida que él pasó por eso también, simplemente se preocupa por mí siempre. En
realidad nunca habla del hecho de que probablemente se lesionó el doble de lo
que yo porque siempre me estaba protegiendo. Siempre parece olvidar que era un
niño en ese momento también, que no podía haber hecho nada al respecto de
todos modos porque no era lo suficientemente fuerte.
Sabes que eres el mejor hermano del mundo, ¿verdad? dije, sonriendo feliz.
Asintió con la cabeza, sonriendo hacia mí.
Sí, lo sé respondió engreídamente, haciéndonos reír de nuevo.
Suspiré, sintiendo el agotamiento filtrándose en mí.
Me voy a la cama. Buenas Noches, Nicolas. Besé la parte superior de su cabeza
cuando fui a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí por el hábito.
Me puse mi pijama y justo cuando estaba a punto de conciliar el sueño, oí mi
ventana abriéndose. Le sonreí felizmente mientras Gaston se subió en la cama detrás
de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mí.
Hola, tú murmuré soñolienta.
Besó la parte posterior de mi cabeza con suavidad.
Hola, tú respondí, mientras me acurrucaba contra él.
Te amo, Gaston. Sonreí mientras decía las palabras, simplemente se volvía más
fácil y más fácil decirlo cada vez.
Te amo más, Ángel. Suspiré y cerré mis ojos, a la deriva en el sueño, segura y

cálida, envuelta en su abrazo.

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