miércoles, 16 de octubre de 2013

Casi capitulo 27

Capítulo 27
::Gaston::
C q stas leyendo esto. Contstam. Contstam. X
favor.
Presiono el botón de enviar, y luego copio y pego el mismo mensaje
en mi teléfono y lo envío de nuevo una y otra vez. Sin respuesta.
—Maldita sea —murmuro.
—¿Aún está enferma? ¿Qué tiene? ¿Varicela? ¿La plaga? —Lali
se apoya en el mostrador de los bocadillos de la pista. Su sonrisa me dice
que sabe que hay algo más grande conectado a la ausencia de Rochi.
—Sí. La tiene mal. —Pretendo revisar mi correo, incapaz de
encontrar su mirada.
—Amigo, estas abatido a lo grande. Creo que has revisado ese
teléfono un total de sesenta veces en las últimas dos horas. —Peter
empuja un nacho goteando en su boca—. Envíale flores, arréglense ya.
Extraño a esa chica mandándome.
Lali golpea el hombro de Peter ligeramente. —Cállate, quieres.
Ellos están bien. No están rompiendo, ¿verdad?
Abro una lata de salsa de queso para rellenar la bomba,
afortunadamente el complejo no está ocupado esta noche.
—No es lo que piensan. No estamos peleando. Ha estado realmente
cansada. Esa chica no está acostumbrada a tanta actividad. Hemos tenido
algunos días largos en el proyecto de la feria del próximo lunes. Toda la
nueva información la ha abrumado. Voy a verla mañana. A ambos nos han
dado mediodía de descanso por nuestro buen comportamiento. Sólo
necesitamos pasar el rato. Reconectar. Sabes como es.
—Nunca te he visto realmente abatido por una chica —dice
Lali—. Es tan lindo.
—Rochi no te contesta los mensajes. No responde tus llamadas, ¿y
dices cosas como que necesitan reconectar? —Peter mete su dedo en la
garganta y pretende hacer sonidos de vomitar—. Huele como problemas
en el paraíso para mí. ¿La besaste ya?
Agito mi cabeza y abro la siguiente lata de salsa de queso.
—Dalmau, te has retenido todo el verano en ese movimiento. Ve por
ella, muéstrale algunas habilidades. Eso debería curarla de lo que sea que
tenga. Deberías solo mmm… y mmm, y después… ooh si.
No tengo que mirar detrás de mí para saber que Peter está haciendo
caras y siendo un completo idiota porque Lali se ríe como si él fuera
la cosa más graciosa.
Él continúa: —Planta uno grande, justo en sus labios y entonces…
—Hombre. Cállate. Te dije, ella está enferma.
Lali tose. Y luego tose otra vez. Me doy cuenta que el sonido es
realmente extraño. Peter tose también. Algo pasa. Me giro, sorprendido
de encontrar al Entrenador Williams parado en el mostrador junto a mis
amigos.
—Hola, entrenador —tartamudea Peter, jugando con el
contenedor de servilletas.
Encuentro la mirada dura, acusadora del entrenador Williams con
un pequeño asentimiento. —¿Puedo conseguirle algo, entrenador? —
pregunto, pegando una sonrisa tensa, deseando poder golpear a Peter.
—Gusto verlos. —El entrenador Williams
asiente—. Les importa si hablo con Dalmau, ¿a solas?
—Seguro, entrenador. —Peter me lanza una mirada mientras
agarra sus nachos. Casi corriendo a una mesa con Lali. Traidores.
—¿Está realmente enferma, o es verdad que están teniendo alguna
clase de pelea?
—Es verdad que nunca he tratado de besarla aún. —Ofrecí—. Eso
es algo.
—Tuve una interesante llamada telefónica del padre de Rochi esta
semana. Después de lo que Peter acaba de decir, no estoy seguro de lo que
está pasando. ¿Creí que quizás podrás iluminarme antes que ese hombre
me embosque otra vez?
Mi corazón se sintió como si fuera aventado a una licuadora. —No.
¿Qué dijo él? ¿Usted me delató? ¿Rochi le dijo acerca de nuestro contrato? —
pregunto, cuestionándome si esta es la razón por la que Rochi no contesta
mis mensajes—. Sería bueno si me advirtiera.
         
—El tipo me llamo, y no tiene idea del contrato. De hecho, el tipo
suena más feliz y más esperanzado de lo que lo he escuchado desde…
desde… tú sabes. —Alejo la mirada.
—¿Aún con miedo? Lo diré por usted. Casi violada. Desde que su
hija fue casi violada por su jugador estrella.
El entrenador se aclara la garganta y se inclina sobre el mostrador
para que sólo pueda ver su cara. —El papá de Rochi me dijo que ibas a ir a su
casa para una barbacoa el día después de mañana. Solo que parece haber
una pequeña confusión con la invitación. Me dijo que Rochi llevara a un
chico llamado Peter a la fiesta, él me pregunto qué pensaba de él. —
El entrenador mira hacia Peter y lali que están ahora tomándose de
las manos y pretendiendo, muy mal, no mirarlos.
—Mierda me había olvidado de esa barbacoa. ¿Qué dijo a eso? —
Contuve el aliento tratando de no parpadear.
—Le dije que Peter era un gran chico. Un poco torpe, pero
suficientemente bueno. Afortunadamente eso fue todo lo que el hombre
preguntó. De haber sido más profundas sus preguntas, no si podría
haberle mentido. ¿Asistirás a la barbacoa en la casa de los Igarzabal este
domingo, o ese tonto ira por ti? —Lanza a Peter una mirada dudosa.
—Rochi y yo ya tenemos un plan en marcha. Nadie va… gracias a
alguna futura intoxicación por alimentos. Al menos ese es el plan.
—Jesús, Dalmau. Tal vez llame a su papa de vuelta y le diga lo que sé.
—No. Por favor. —Corro una mano a través de mi cabello—.
Necesito manejar esto con cuidado. Me he enamorado de ella. En serio.
—¿Porque me estás diciendo esto a mí? Solo hace que quiera
patearte el trasero.
—No sé. Supongo que estoy pidiendo su aprobación, o ayuda.
Quiero decirle la verdad. Acerca de mí, acerca de esa noche. Y estoy
muerto de miedo de que vaya arruinarlo todo. Arruinarla a ella. ¿Sabe?
—¡Estás loco! —El Entrenador Williams ruge, causando todos en la
habitación quedarse mirando. Baja su voz. Sus puños se aprietan en el
mostrador de bocadillos y sus ojos están escupiendo fuego—. ¡Infiernos
que si la vas a arruinar! Podrías poner a la chica sobre el borde. No tienes
idea que estás haciendo. Va a necesitar un terapeuta a su lado o algo más
serio que algún equivocado chico explorador enamorado abriendo una
lata de lombrices sobre su cabeza.
Ni siquiera me inmute. —Ya la he visto perdiendo el control
después de una pesadilla. No puede ser peor que por lo que la vi pasar la
otra noche. Nunca he conocido a nadie tan fuerte o valiente como Rochi.
¿No cree que ella debería saber la verdad?
—No puedo dejarte hacerlo. ¿Por qué crees que tienes el derecho?
—¡Porque tengo todo que perder si esto va mal! Soy yo quien está
enamorado de ella. Porque estaba enamorado de ella en primer año
cuando todo se vino abajo. Si la verdad sobre mi entra a su cabeza de los
bocas de sus sobreprotectores padres, o incluso usted, estoy seguro que
estará torcida por siempre. Arruinará todo lo bueno entre nosotros. Y
créame, está ahí. Es frágil como el infierno, pero es completamente real.
Ella no ha dicho nada, pero creo que siente lo mismo.
—No lo sé, hijo.
—Por favor. De cualquier manera, cuando ella se entere perderá el
control un poco, ¿cierto?
—Probablemente. —Él traga.
—¿No querría que perdiera el control en mis brazos donde la puedo
atrapar? Si tiene que pasar por averiguar lo que pasó esa noche sola, la
lastimara aún más. Hare todo lo que esté en mi poder para no dejarla caer.
Si lo hace, entonces lo haré con ella. Todo el camino.
El entrenador suspira. —¿Cuándo planeas decirle? ¿Y dónde?
—Mañana. Tenemos una cita en el almuerzo.
Él toma un lapicero y garabatea dos números de teléfono en una
servilleta y me lo da. —Puedes llamarme y a su papá si algo va mal. Y,
¿podrías llamarme por favor cuando todo vaya bien así no tengo que
preocuparme? Estaré esperándote… y añadiré una oración por ti o dos. O
tres. ¿Trato? —El entrenador Williams comienza alejarse.
—¿Entrenador? —Él se gira. Su ceño fruncido, dándole a su cara el
aspecto de papel de lija arrugado. Asiente una vez para que continúe,
como si no pudiera hablar. ¡Como si el hombre estuviera ahogado y a
punto de llorar!
—Gracias —digo. Mi corazón golpeando contra mi pecho con alivio

y con algo más que se siente como respeto—. Sólo gracias.

2 comentarios:

  1. Gaston es un tierno... espero el siguiente

    ResponderEliminar
  2. Que Rochi le contesté pobrecito gastu... Subí pronto es muy linda la nove

    ResponderEliminar