Capítulo 27
::Gaston::
C q stas
leyendo esto. Contstam. Contstam. X
favor.
Presiono el botón de
enviar, y luego copio y pego el mismo mensaje
en mi teléfono y lo
envío de nuevo una y otra vez. Sin respuesta.
—Maldita sea —murmuro.
—¿Aún está enferma?
¿Qué tiene? ¿Varicela? ¿La plaga? —Lali
se apoya en el
mostrador de los bocadillos de la pista. Su sonrisa me dice
que sabe que hay algo
más grande conectado a la ausencia de Rochi.
—Sí. La tiene mal.
—Pretendo revisar mi correo, incapaz de
encontrar su mirada.
—Amigo, estas abatido
a lo grande. Creo que has revisado ese
teléfono un total de
sesenta veces en las últimas dos horas. —Peter
empuja un nacho
goteando en su boca—. Envíale flores, arréglense ya.
Extraño a esa chica
mandándome.
Lali golpea el hombro
de Peter ligeramente. —Cállate, quieres.
Ellos están bien. No
están rompiendo, ¿verdad?
Abro una lata de salsa
de queso para rellenar la bomba,
afortunadamente el
complejo no está ocupado esta noche.
—No es lo que piensan.
No estamos peleando. Ha estado realmente
cansada. Esa chica no
está acostumbrada a tanta actividad. Hemos tenido
algunos días largos en
el proyecto de la feria del próximo lunes. Toda la
nueva información la
ha abrumado. Voy a verla mañana. A ambos nos han
dado mediodía de
descanso por nuestro buen comportamiento. Sólo
necesitamos pasar el
rato. Reconectar. Sabes como es.
—Nunca te he visto
realmente abatido por una chica —dice
Lali—. Es tan lindo.
—Rochi no te contesta
los mensajes. No responde tus llamadas, ¿y
dices cosas como que
necesitan reconectar? —Peter mete su dedo en la
garganta y pretende
hacer sonidos de vomitar—. Huele como problemas
en el paraíso para mí.
¿La besaste ya?
Agito mi cabeza y abro
la siguiente lata de salsa de queso.
—Dalmau, te has
retenido todo el verano en ese movimiento. Ve por
ella, muéstrale
algunas habilidades. Eso debería curarla de lo que sea que
tenga. Deberías solo
mmm… y mmm, y después… ooh si.
No tengo que mirar
detrás de mí para saber que Peter está haciendo
caras y siendo un
completo idiota porque Lali se ríe como si él fuera
la cosa más graciosa.
Él continúa: —Planta
uno grande, justo en sus labios y entonces…
—Hombre. Cállate. Te
dije, ella está enferma.
Lali tose. Y luego
tose otra vez. Me doy cuenta que el sonido es
realmente extraño. Peter
tose también. Algo pasa. Me giro, sorprendido
de encontrar al
Entrenador Williams parado en el mostrador junto a mis
amigos.
—Hola, entrenador
—tartamudea Peter, jugando con el
contenedor de
servilletas.
Encuentro la mirada
dura, acusadora del entrenador Williams con
un pequeño
asentimiento. —¿Puedo conseguirle algo, entrenador? —
pregunto, pegando una
sonrisa tensa, deseando poder golpear a Peter.
—Gusto verlos. —El
entrenador Williams
asiente—. Les importa
si hablo con Dalmau, ¿a solas?
—Seguro, entrenador. —Peter
me lanza una mirada mientras
agarra sus nachos.
Casi corriendo a una mesa con Lali. Traidores.
—¿Está realmente
enferma, o es verdad que están teniendo alguna
clase de pelea?
—Es verdad que nunca
he tratado de besarla aún. —Ofrecí—. Eso
es algo.
—Tuve una interesante
llamada telefónica del padre de Rochi esta
semana. Después de lo
que Peter acaba de decir, no estoy seguro de lo que
está pasando. ¿Creí
que quizás podrás iluminarme antes que ese hombre
me embosque otra vez?
Mi corazón se sintió
como si fuera aventado a una licuadora. —No.
¿Qué dijo él? ¿Usted
me delató? ¿Rochi le dijo acerca de nuestro contrato? —
pregunto,
cuestionándome si esta es la razón por la que Rochi no contesta
mis mensajes—. Sería
bueno si me advirtiera.
—El tipo me llamo, y
no tiene idea del contrato. De hecho, el tipo
suena más feliz y más
esperanzado de lo que lo he escuchado desde…
desde… tú sabes.
—Alejo la mirada.
—¿Aún con miedo? Lo
diré por usted. Casi violada. Desde que su
hija fue casi violada
por su jugador estrella.
El entrenador se
aclara la garganta y se inclina sobre el mostrador
para que sólo pueda
ver su cara. —El papá de Rochi me dijo que ibas a ir a su
casa para una barbacoa
el día después de mañana. Solo que parece haber
una pequeña confusión
con la invitación. Me dijo que Rochi llevara a un
chico llamado Peter a
la fiesta, él me pregunto qué pensaba de él. —
El entrenador mira
hacia Peter y lali que están ahora tomándose de
las manos y
pretendiendo, muy mal, no mirarlos.
—Mierda me había
olvidado de esa barbacoa. ¿Qué dijo a eso? —
Contuve el aliento
tratando de no parpadear.
—Le dije que Peter era
un gran chico. Un poco torpe, pero
suficientemente bueno.
Afortunadamente eso fue todo lo que el hombre
preguntó. De haber
sido más profundas sus preguntas, no si podría
haberle mentido.
¿Asistirás a la barbacoa en la casa de los Igarzabal este
domingo, o ese tonto
ira por ti? —Lanza a Peter una mirada dudosa.
—Rochi y yo ya tenemos
un plan en marcha. Nadie va… gracias a
alguna futura
intoxicación por alimentos. Al menos ese es el plan.
—Jesús, Dalmau. Tal
vez llame a su papa de vuelta y le diga lo que sé.
—No. Por favor. —Corro
una mano a través de mi cabello—.
Necesito manejar esto
con cuidado. Me he enamorado de ella. En serio.
—¿Porque me estás
diciendo esto a mí? Solo hace que quiera
patearte el trasero.
—No sé. Supongo que
estoy pidiendo su aprobación, o ayuda.
Quiero decirle la
verdad. Acerca de mí, acerca de esa noche. Y estoy
muerto de miedo de que
vaya arruinarlo todo. Arruinarla a ella. ¿Sabe?
—¡Estás loco! —El
Entrenador Williams ruge, causando todos en la
habitación quedarse
mirando. Baja su voz. Sus puños se aprietan en el
mostrador de
bocadillos y sus ojos están escupiendo fuego—. ¡Infiernos
que si la vas a
arruinar! Podrías poner a la chica sobre el borde. No tienes
idea que estás
haciendo. Va a necesitar un terapeuta a su lado o algo más
serio que algún
equivocado chico explorador enamorado abriendo una
lata de lombrices
sobre su cabeza.
Ni siquiera me inmute.
—Ya la he visto perdiendo el control
después de una
pesadilla. No puede ser peor que por lo que la vi pasar la
otra noche. Nunca he
conocido a nadie tan fuerte o valiente como Rochi.
¿No cree que ella debería
saber la verdad?
—No puedo dejarte
hacerlo. ¿Por qué crees que tienes el derecho?
—¡Porque tengo todo
que perder si esto va mal! Soy yo quien está
enamorado de ella.
Porque estaba enamorado de ella en primer año
cuando todo se vino
abajo. Si la verdad sobre mi entra a su cabeza de los
bocas de sus
sobreprotectores padres, o incluso usted, estoy seguro que
estará torcida por
siempre. Arruinará todo lo bueno entre nosotros. Y
créame, está ahí. Es
frágil como el infierno, pero es completamente real.
Ella no ha dicho nada,
pero creo que siente lo mismo.
—No lo sé, hijo.
—Por favor. De
cualquier manera, cuando ella se entere perderá el
control un poco,
¿cierto?
—Probablemente. —Él
traga.
—¿No querría que
perdiera el control en mis brazos donde la puedo
atrapar? Si tiene que
pasar por averiguar lo que pasó esa noche sola, la
lastimara aún más.
Hare todo lo que esté en mi poder para no dejarla caer.
Si lo hace, entonces
lo haré con ella. Todo el camino.
El entrenador suspira.
—¿Cuándo planeas decirle? ¿Y dónde?
—Mañana. Tenemos una
cita en el almuerzo.
Él toma un lapicero y
garabatea dos números de teléfono en una
servilleta y me lo da.
—Puedes llamarme y a su papá si algo va mal. Y,
¿podrías llamarme por
favor cuando todo vaya bien así no tengo que
preocuparme? Estaré
esperándote… y añadiré una oración por ti o dos. O
tres. ¿Trato? —El
entrenador Williams comienza alejarse.
—¿Entrenador? —Él se
gira. Su ceño fruncido, dándole a su cara el
aspecto de papel de
lija arrugado. Asiente una vez para que continúe,
como si no pudiera
hablar. ¡Como si el hombre estuviera ahogado y a
punto de llorar!
—Gracias —digo. Mi
corazón golpeando contra mi pecho con alivio
y con algo más que se
siente como respeto—. Sólo gracias.

Gaston es un tierno... espero el siguiente
ResponderEliminarQue Rochi le contesté pobrecito gastu... Subí pronto es muy linda la nove
ResponderEliminar