Click en Leer Más
¿De eso se trata?
Lo mejor de ser sábado es que se podía despertar tarde, no
había escuela ni tareas por las
que estar presionada, podía cuidar a sus hermanos menores y
Gastón...
Los ojos de Rocio se abrieron mientras rodaba en su cama para
ver el reloj verde con rojo
con forma de hoja de árbol colgado en la pared blanca con
círculos de colores. Las 9:27 a.m., sus
ojos se agradaron al ver la hora y como de rayo salió de la
cama, tenía que despertar a sus
hermanos, también preparar el desayuno de sus hermanos, bañar
al pequeño Monito, debía bañarse
ella y todo eso antes de que Gastón llegara.
—¡Hermana! ¡El desayuno está listo! —gritó Brenda desde el
primer piso.
Rocio se congeló al escuchar eso, ¿Ya estaban despiertas?
Bajó corriendo las escaleras alisando su cabello con las
manos y cuando llegó al comedor
encontró a todos sus hermanos, a excepción de Victorio,
sentados en la mesa tomando su desayuno.
Brenda volteó hacia su hermana y le sonrió mientras colocaba
el último plato en la mesa.
—¿Qué pasa aquí? —preguntó extrañada. Rocio pensó que
probablemente una familia de
extraterrestres había llegado a la tierra y los había
sustituido por su familia porque
definitivamente no era esa.
—Como tú vas a salir no quise despertarte y cociné yo —le
contestó Brenda con una
sonrisa—. Vamos desayuna para que estás lista.
Rocio observó nuevamente a sus hermanos desayunando, sacudió
la cabeza y justo cuando
iba a decir que no tenía hambre un panqueque de nuez se
apareció frente a ella.
—Si no desayunas no habrá postre —dijo Aleli dándole una
mordida a su panqueque.
Aun confundida la muchacha se sentó en su lugar y empezó a
comer dándose cuenta de que
Brenda era una muy buena cocinera. Desayunaron en silencio
hasta que Aleli rompió el hielo
con un comentario que hizo a Rocio atragantarse.
—Ayer papá y mamá dijeron que Gastón y tú se habían besado
mucho —dijo la pequeña
emocionada.
Rocio sintió la mitad de su salchicha dentro de su garganta
impidiéndole respirar. Su
rostro se puso rojo y no precisamente de vergüenza. Brandon
se levantó de su asiento y le dio
suaves palmadas en la espalda a su hermana mayor para que
pudiera tragar o escupir el pedazo
de salchicha, una vez que pudo sacarlo Brenda le dio un vaso
con agua que rápidamente aceptó.
—Aleli, cosas como esas no se dicen —dijo Brandon reprimiendo
una sonrisa.
—Yo también quiero besar a Gastón —dijo Aleli en un intento
de hacer berrinche pero no le
funcionó.
—No, tú no puedes besar a Gastón —le contestó Rocio
poniéndose de pie—. Yo soy su
novia por eso puedo besarlo —Aleli curvó su labio inferior
hacia afuera y cruzó los brazos sobre
su pecho—. Aunque... —a Rocio rápidamente se le vino una idea
a la mente—, probablemente
Gastón te puede besar “amistosamente”.
Ella era la hermana mayor y se supone que debía alejar a su
pequeña hermana de 10 años
de ese tipo de pensamientos pero lo único que lograba era
aumentarle los ánimos con ese tipo de
comentarios.
—Quiero besar a Gastón amistosamente —dijo Aleli de nuevo
emocionada.
—Pero será un beso pequeño —le advirtió Rocio.
—¡Sí! —gritó animada la pequeña mientras que ambos gemelos
negaban observando las
travesuras de su hermana mayor.
***
—¿Quieres que bese a tu hermana de 10 años? —preguntó Gastón
incrédulo.
Rocio solo sonrió y asintió.
Gastón había llegado un par de minutos antes de la hora
acordada a casa de Rocio por lo que
cuando ella había bajado a recibirlo su cabello aun estaba
húmedo y estaba humedeciendo la
blusa amarilla que la chica llevaba puesta.
—Es una niña —dijo Gastón alejando su mirada de la blusa con
escote de Rocio, a pesar de
no tener realmente mucho busto esa blusa sí que la hacía
lucir tan ardiente y él definitivamente
no se la imaginó nunca de esa manera.
—No seas ridículo, no te dejaré besar a mi hermanita de esa
extraña forma en la que me
besas —Rocio parecía tan normal después de cada beso pero
Gastón cada vez se sentía más
extraño—. Solo dale un beso en la mejilla y dile que es una
manera tierna en que besas a las
chicas.
A ella si la besaba de manera tierna. Gastón sacudió su
cabeza y nuevamente conectó su
mirada con la de Rocio.
—Solo un beso de mentira, ¿verdad?
—Un pequeño beso de mentira.
Por alguna razón no se podía resistir a la petición de la
chica de blusa color pollito.
—Bien —dijo dándose por vencido.
Rocio lo tomó de la mano y ambos entraron a su casa. Brandon
y Brenda se encontraban
limpiando la mesa mientras que Stefano limpiaba con una
toallita el rostro de Monito y Aleli solo
estaba echada en el sillón viendo televisión.
Cuando Gastón entró a la sala Aleli se levantó como resorte
del sillón.
—Hola, niños —saludó Gastón y todos clavaron sus ojos en las
manos unidas de Rocio y él,
incluso él también hizo lo mismo pero aun así no separó sus
manos.
—Aleli —dijo Rocio sonriendo—. Gastón te dará un beso
amistoso pero con la condición de
que subas tus calificaciones en la escuela.
Gastón comprendió mientras Rocio le explicaba a su hermanita
emocionada la condición.
—Debes prometerlo —dijo Gastón colocando su mano sobre el
hombro de Rocio—. Si no
prometes eso no podré besarte.
Le pequeña asintió energéticamente y con ese brillo en los
ojos que Gastón solía ver en todas
sus seguidoras.
—Lo prometo.
—Bien —Gastón le guiñó un ojo a Rocio y se inclinó hasta la
altura de Aleli—. Cierra los
ojos.
Aleli cerró los ojos y Gastón sostuvo su pequeño rostro con
una mano para después
depositarle un tierno beso en la mejilla, la pequeña pegó un
gritito de emoción al sentir los labios
del modelo sobre su mejilla y cuando Gastón se incorporó la
pequeña abrió sus ojos y saltó para
abrazar al chico.
—Prometo que mejoraré mis calificaciones —le dijo aun
rodeándolo con los brazos.
Gastón volteó hacia el rostro sonriente de Rocio y nuevamente
le guiñó el ojo.
***
Era la primera vez que Rocio iba en el asiento de enfrente
del auto de Gastón y era también
la primera vez que él era el conductor del auto, siempre
ambos iban en la parte trasera y un
chofer de Gastón se encargaba de llevarlos al colegio y de
regreso, pero ahora que el chofer no iba
ellos se sentían más juntos lo cual sacó una sonrisa en el
rostro de Rocio.
—Por cierto, muchas gracias por ayudarme con Aleli —la
sonrisa dibujada en el rostro de
Rocio no se borraba.
—De nada, es lo menos que puedo hacer por ti —él quería
voltear hacia ella pero debía ver
el camino para su mala suerte. ¿Por qué rayos había decidido
darle el día libre al chofer? A sí
porque quería pasar más tiempo a solas con Rocio aunque ni
siquiera entendiera el motivo de
ese sentimiento.
—Vamos no digas que es lo menos que puedes hacer por mí, me
has ayudado mucho...
—No más de lo que tú lo estás haciendo —la interrumpió—. No
sé qué es lo que quieres
que pueda recompensar todo lo que estás haciendo por mí, mi
mentira.
Rocio se encogió de hombros y observó el camino.
—Cosas —dijo y el auto quedó en un profundo silencio cómodo.
Apenas habían bajado del auto y Rocio nuevamente ya quería
regresar de solo ver el
enorme letrero lujoso de la tienda en donde Gastón había
estacionado, de hecho él la tuvo que
sostener de la mano para que ella no regresara al auto.
—Es solo una tienda —dijo Gastón atrayendo a la rubia más
cerca de él.
—¿Bromeas? Seguramente el vestido más barato de esa tienda
cuesta lo que pago por mi
matricula en el colegio y déjame decirte que es mucho lo que
pago —Gastón logró acercarla hacia
él y tuvo la oportunidad rodearla con un brazo.
Ambos se quedaron en silencio, de pie fuera de la tienda, la
mirada de Rocio conectó con
la de él y después solamente porque él quiso la besó, fue un
beso rápido como si estuvieran en el
colegio y quisieran demostrarles a todos que eran novios pero
no dejaba de ser un beso, un beso
que no había tenido un motivo exacto para ser iniciado.
—Hay que entrar —dijo Gastón sin soltarla.
Ambos entraron a la tienda tan juntos como les era posible
poder caminar.
***
Rocio estaba dentro de probador con un hermoso vestido verde
que se amoldaba
perfectamente a su cuerpo haciéndola lucir curvas que en su
vida llegó a imaginar que tendría, el
vestido era largo y apenas con aquellas zapatillas de tacón
alto le quedaría perfectamente, en el
busto era un entrecruce de telas del mismo color pero de
forma un poco arrugada y subía en un
solo tirante por su hombro izquierdo en una hilera flores
pequeñas.
Se observó en el espejo y sintió que el vestido aunque era
hermoso no le quedaba a ella,
probablemente ella se vería bien con algo mucho más sencillo.
Respiró profundo antes de quitarle es seguro a la puerta del
probador y salir lentamente.
Cuando salió, Gastón estaba de espaldas a ella, sus brazos
estaban cruzados sobre su pecho y
su postura era firme. Se sintió avergonzada de mostrarse ante
él en ese vestido pero después de
todo en la fiesta cientos de personas la verían con cualquier
vestido que escogiese.
Tímidamente se aclaró la garganta para llamar la atención de
Gastón, la cual logró captar
rápidamente.
Cuando el modelo volteó hacia ella por poco y se caía de
espaldas. Se veía hermosa y
provocaba ganas de devorarla con aquel rostro tímido que
mostraba, sus ojos esperando las
palabas que Gastón no podía soltar y sus manos entrelazadas
que debían estar de esa manera para
que no se notara lo nerviosa que estaba.
—Magnifico —dijo la mujer rubia de excesivo labial rojo que
había aparecido de la nada.
Él apartó la mirada de Rocio y ella solo se estremeció al
escuchar la voz de la mujer.
—Te queda perfecto, probablemente ese vestido fue hecho
especialmente para ti. Tengo
unas zapatillas que quedarían perfectas con ese vestido.
La mujer salió corriendo dejándolos a ellos dos solos.
Caminó hasta el espejo de cuerpo completo que estaba frente a
ella y nuevamente se
observó. Podría ser que el vestido realmente se le viera
bien, tal vez se había sido diseñado para
ella pero...
—Te ves hermosa —logró pronunciar Gastón.
Rocio no separó su mirada del espejo en donde podía ver
perfectamente a Gastón
acercándose por detrás de ella.
—Es... el vestido probablemente es mucho para mí, no creo que
se vea tan bien...
—Créeme, te luce hermoso —se detuvo detrás de ella y colocó
sus manos en los hombros
desnudos de ella.
Ambos observaron sus reflejos en el espejo y se veían bien,
juntos, realmente bien, y ahora
con el vestido ella casi podría hacerse pasar como una de
ellos.
—Gracias —suspiró cuando los pulgares de Gastón empezaron a
moverse de manera circular
sobre sus hombros pero trató de concentrarse en el vestido—.
Creo que las flores del hombro no
lucen —luchó por lograr pronunciar.
—Si recogemos tu cabello —dijo deslizando sus manos de los
hombros de Rocio pasando
por su cuello y hasta llegar a su cabeza para lograr tomar su
cabello en una coleta con sus manos.
Ambos observaron el reflejo, era cierto de esa manera lucía
mejor el adorno del hombro y
también dejaba ver el largo cuello de Rocio haciéndola lucir
casi como una modelo—, así. Te
ves aun más hermosa.
—Aquí están las zapatillas de tacón —dijo la rubia casi
gritando.
Le entregó la caja a Rocio y cuando abrió la caja Gastón
rápidamente protestó ya que estaba
detrás de ella nuevamente sosteniéndola de los hombros.
—No, no quiero que use esas cosas —dijo observando el tacón
de más de 10 centímetros
de aquellas zapatillas negras de terciopelo o gamuza—. Estoy
seguro que tienen algo más
cómodo para sus pies.
La mujer levantó una ceja observando a la pareja de jóvenes y
asintió para marcharse en
busca de algo más cómodo para la chica.
—No tienes que hacer todo esto —dijo Rocio volteando hacia
Gastón—. Puedo usar esos si
quieres por una noche.
—Sí, sí tengo que y no es lo que yo quiera, es lo que a ti te
guste. Después de mañana
enviaré ese vestido a la tintorería y te lo quedarás —ella ya
había abierto su boca para protestar
pero él la silencio colocando un dedo sobre sus labios—. Y no
quiero escuchar ninguna protesta.
—Estás haciendo mucho por mí —dijo Rocio.
Gastón deslizó sus manos hasta la cintura de ella y la acercó
a él.
—Solo trato de hacer lo que tú estás haciendo por mí.
—¿Así que se trata de eso?
—Ya ni siquiera sé de qué se trata...
Y la besó, nuevamente no tenía porque hacerlo pero
simplemente había querido hacerlo. En
algún momento la mujer rubia los llamó pero ellos estaban en
su mundo por lo que ni se
molestaron en escucharla. La mujer dejó la caja sobre una de
las sillas rojas del lugar y los dejó
ahí rodeados de espejos y besándose.

haaay que tiernoooos!!!
ResponderEliminarSon unos dulces... es genial la nove
ResponderEliminarAsjagdh sin palabras
ResponderEliminarSon PERFECTOS juntos espero el próximo capítulo con ansias
ResponderEliminar