Rochi
Me desperté relajada. Bostecé y luego extendí mis brazos por
encima de mi cabeza, golpeando accidentalmente algo
caliente a mi lado.
—Gracias. —La voz de Gaston era profunda y sexy con el sueño—.
Me encanta ser golpeado mientras sueño.
Reí atontada y me acurruqué de nuevo en sus brazos, apoyando mi
cabeza en su hombro sólido.
—¿Qué hora es?
—Hora de dormir más —gruñó y luego me empujó contra su cuerpo
para que encajáramos perfectamente juntos. Sus labios encontraron
mi cuello y pronto me olvidé de dormir, de todo, excepto la forma en
que me hizo sentir. Segura y amada.
—¿Ésta es tu idea de dormir? —gemí mientras sus manos se
sumergieron debajo de mi camisa.
—Absolutamente —dijo Gaston entre besos—. Como yo lo veo. —Sus
dientes tiraron de mi oreja—. Es decir, si digo que estoy durmiendo en
este momento, no me meto en problemas por hacer esto... —Sus
manos ahuecaron mi trasero, me balanceó hacia él. El calor se
extendió por todo mi cuerpo y luego llamaron a la puerta.
—Mierda —suspiró Gaston—. Dormir estaba empezando a ser
bueno.
—Rochi —gritó mi padre—. ¡Es hora de trabajar y tienes terapia de
grupo esta noche! ¡Levántate!
Gaston se rio y tiró una almohada en mi dirección imitando las
palabras de mi padre. A continuación, me guiñó un ojo.
—El líder del grupo dice que te quedes en la cama. No hagas que te
castigue.
Me sonrojé y sacudí la cabeza hacia él antes de reír.
—¿Rochi? ¿Hay alguien ahí contigo?
Gaston miró hacia la puerta y se quedó inmóvil.
—Mierda, ¿Esta es la parte en la que rompen la puerta y tu padre me
persigue mientras voy por la calle sin pantalones?
—Probablemente. —Me encogí de hombros alegremente.
—Genial. En esa nota... —Saltó de la cama dándome una vista
panorámica de su cuerpo perfectamente esculpido. Carajo, su
abdomen. Con un guiño seductor, que hizo que mis entrañas se
convirtieran en puré, se lanzó en la camisa y procedió a
contonearse, sus palabras, no las mías, por la ventana hacia el suelo.
—¿Estás seguro de que es seguro? —le susurré.
—Nop. —Rio Gaston—. Esta es una aventura. Soy un tipo aventurero,
solo pregunto... —Un montón de maldiciones siguió mientras se
deslizó, o técnicamente cayó, los últimos cinco pies al suelo.
Había desbloqueado la puerta de mi dormitorio cuando me levanté
para ir al baño la noche anterior, la cual mi padre acababa de
descubrir mientras se abría camino en mi habitación y miró a su
alrededor con recelo. Carajo, podrías pensar que me animaría a
socializar. Por otra parte, tener un hombre en mi cama
probablemente no era su idea de socializar, a pesar de que muy
bien podría ser mi nueva cosa favorita.
Me sonrojé cuando los ojos de mi padre recorrieron la cama, el
edredón se apartó y cayó al suelo en un charco, y ambas
almohadas parecían utilizadas. Parpadeé hacia él y esperé a que
empezara a hacer preguntas. En cambio, se frotó la cabeza,
diciendo algo en voz baja y luego salió de la habitación.
Suspiré con alivio y le envié un mensaje a Gaston.
La Costa Sta Dspejada.
Él me envió un mensaje de vuelta.
Vn Afuera.
Me puse una larga camisa sobre mi top y corrí escaleras
abajo para encontrar a Gaston de pie en mi puerta.
—¿Qué estás haciendo? —Mis ojos recorrieron su cabello de cama y
su sonrisa arrogante cuando metió sus manos en los bolsillos y se
encogió de hombros.
—Me olvidé de algo.
Lo examiné más. Llevaba toda su ropa.
—No es ropa —respondió, leyendo mi mente.
Entrecerré los ojos contra el sol y levanté la mano a mi frente para
poder ver con claridad.
—Bueno, es demasiado temprano para discutir. ¿Qué perdiste y
cómo puedo ayudarte a encontrarlo?
Dio un paso más cerca de mí, y luego otro y otro hasta que
estábamos casi pecho a pecho. Mis rodillas se sintieron débiles
cuando envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y me dio un beso
en plena boca. Caí en él, fácilmente atrapada por su magnetismo.
—Tu beso de buenos días —dijo alejándose—. Buenos días, Rochi.
Bueno, así que realidad no me desmayé, pero podría haber jurado
en ese momento que mis piernas cedieron, que mi cuerpo se
balanceó hacia el suyo, y que seriamente vi fuegos artificiales
apagándose en el cielo cuando se inclinó y me besó en la mano con
ternura y luego trotó lejos.
—¿Quién era? —dijo mi padre detrás de mí, asustando la mierda
fuera de mi momento congelado en el tiempo.
—Yo, uh. —¿Quién era? ¿Mi novio? No, eso sería una locura, ¿no?—.
Es mi buen amigo.
—¿Qué edad tiene? —Papá se cruzó de brazos y miró hacia la calle.
Era evidente que no había visto la cara de Gaston, de lo contrario,
habría sabido exactamente de quién estaba hablando.
—Treinta —respondí sin expresión.
—¿Qué? —La pequeña vena en la frente de mi padre parecía que
iba a estallar. Ah, había pasado tanto tiempo desde que lo había
visto mostrar algún tipo de emoción excepto lástima a mí alrededor.
Le di una palmada en la espalda.
—No te preocupes, papá. Sé lo que estoy haciendo. Tenemos un
plan. En primer lugar se va a venir a vivir aquí con nosotros, tú sabes,
ser inteligente y ahorrar dinero. Y luego esperamos casarnos y formar
una familia, posiblemente construir una segunda ala a la casa.
Acaba de salir de la cárcel, por lo que debe ser difícil para él
encontrar trabajo, pero bueno, ¡tenemos la tienda Taffy!
—¿Treinta? —repitió papá, evidentemente, todavía pegado en toda
la cosa de la edad.
Asentí.
—Espera. ¿Qué? —Papá negó con la cabeza y, finalmente, me miró
a la cara. Yo estaba sonriendo como una idiota.
Los ojos de papá se estrecharon.
—Muy gracioso.
Suspiré.
—Eso pensé.
—Es fantástico ver que tienes el sentido del humor de vuelta —se
quejó, luego colocó su mano sobre su pecho—. Pensé que iba a
tener un ataque al corazón.
—Te mantengo joven. —Señalé mi dedo en su cara y se rio de nuevo.
Y fue entonces cuando mi padre se echó a llorar.
—¡Papá! —Llegué a él, pero se apartó de mí y se secó los ojos.
—He estado tan jodidamente preocupado por ti, Rochi.
Suspiré y tomé la mano de mi padre. Me la tomó y luego me dio un
abrazo.
—Te quiero. Solo he estado preocupado de que...
—Papá, no me voy a matar. —Mi cara estaba presionada contra su
pecho con tanta fuerza que mi voz era apagada.
Él exhaló un suspiro largo y lento. Di un paso atrás.
—Lo sé.
Sostuvo mis manos entre las suyas.
—Pero no eres la misma persona que eras hace unos años. Solías
sonreír.
—Yo sonrío —dije a la defensiva.
—Rara vez sonríes —señaló papá—. Trabajas más horas que mamá y
yo, y no tienes ningún amigo.
¿Por qué la gente sigue recordándome que no tenía amigos? Asentí
solemnemente y me encogí de hombros.
—Tengo a Gaston ahora.
—¿Crees que lo más inteligente es tener un solo amigo quién es un
chico? ¿Qué pasa con las chicas? ¿Las chicas no necesitan ese tipo
de cosas?
—Tengo a mamá.
Papá rodó los ojos.
—La familia no cuenta.
—Conocí a Eugenia ayer. Ella es bastante genial. Y conocí a Holly
en la terapia de grupo. Tal vez todas podemos salir alguna vez. —Le
di un asentimiento firme y luego le di un puñetazo en el hombro—.
Ánimo, papá. Voy a estar bien.
Caminé lentamente por las escaleras alrededor de mi padre quien
estaba diciendo:
—No puedo perderte otra vez. —Bajo su aliento.
La cosa era, yo no quería perderme de nuevo tampoco. Quería
recordar hoy día, recordar cómo se sentía estar en los brazos de
Gaston. Para decirle todos mis secretos y tenerlo a él siéndome
sincero.
Debería haber estado enojada con él, pero era tan brutalmente
honesto conmigo. Más sincero que nadie, incluyendo a la señora
Murray, dada mi situación. El me llamó egoísta. ¡YO! La chica que vio
morir a su novio mientras trataba de salvar su vida.
Nunca pensé en mi dolor como egoísta. En mi propio pequeño
mundo esto era como el pequeño trofeo que guardaba en honor de
Pablo, en honor a sus logros y todo lo que era para mí. Nunca se me
ocurrió que, al aferrarme a él, estaba egoístamente aferrándome a
mi pasado y negándome a seguir adelante.
Cuando entré en mi habitación, me golpeó una ola de realidad.
Mis ojos recorrieron la zona. El cartel de Justin Bieber todavía estaba
en mi puerta, la camiseta de Pablo estaba en el suelo. Mi pompones
estaban sin tocar en la esquina, las fotos de Pablo y yo cubrían un
lado de la habitación, y los anuarios estaban a los pies de mi cama.
Mi habitación era como una tumba, un monumento conmemorativo.
No era de extrañar que no hubiera sido capaz de dejarlo ir.
Miré mi celular. Solo tenía una hora antes del trabajo. No era mucho,
pero era tiempo suficiente para al menos empezar lo que debería
haber hecho hace años.
Sanar.

ayyy me encanto que se pongan de novios yaa!!! seguii y subi de vecinos porfaa
ResponderEliminarOdie al principio al padre de Rochi COMOOOO va a interumpir Noooo jajajaja AME ESTE CAP que se pongan de novios yaaaaa tan lindos espero el proximo ?
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