CAPITULO 22
No soy bueno para nadie
La semana siguiente pareció
interminable. Lali y yo decidimos que sería mejor si ella se
quedaba en Morgan por un tiempo.
Peter aceptó de mala gana. Rochi se perdió los tres
días de historia y se encontró otro
lugar que no fuera la cafetería para comer. Traté de
alcanzarla después de algunas de sus
clases, pero o bien nunca fue a ellas o había salido
temprano. Ella no contestaba su
teléfono.
Peter me aseguró que ella estaba
bien, y nada le había sucedido. Agonizante como era
saber que estaba a dos grados de
Rochi, hubiera sido peor ser excluido de su vida por
completo y no tener ni idea si estaba
viva o muerta. A pesar de que parecía que no quería
tener nada que ver conmigo, yo no
podía dejar de esperar que en algún momento pronto ella
me perdonara o empezara a extrañarme
tanto como yo a ella y se aparecerá a mi
apartamento. Pensar en no volver a
verla nunca otra vez era muy doloroso, así que decidí
seguir esperando.
El viernes, Peter llamó a mi puerta.
—Adelante—le dije desde la cama,
mirando al techo.
— ¿Vas a salir esta noche, amigo?
—No
—Tal vez deberías llamar a Trent. Ve
a buscar un par de copas y deja de pensar en las cosas
por un tiempo
— No
Peter suspiró.
—Escucha, Lali va a venir, pero. . .
y odio hacerte esto a ti. . . pero no puedes molestarla
sobre Rochi. Casi no la convencí para
que viniera. Ella sólo quiere quedarse en mi habitación.
¿De acuerdo?
—Sí
—Llama a Trent. Y tienes que comer
algo y tomar una ducha. Te ves como la mierda
Con eso, Peter cerró la puerta.
Todavía no cerraba bien desde el momento en que la había
echado abajo a patadas. Cada vez que
alguien la cerraba, el tiempo en que destruí el
apartamento porque Rochi me había
dejado me venia a la mente, y el hecho de que ella
volvió a mí no mucho después,
llevándonos a nuestra primera vez.
Cerré los ojos, pero al igual que
todas las noches de esa semana, no podía dormir. Cómo la
gente como Peter pasaba por este
tormento una y otra vez con diferentes chicas era una
locura. Conocer a alguien después de
Rochi, incluso si esa chica fuera de alguna manera a
componerme, no podía imaginar
entregar mi corazón de nuevo. No sólo para que yo pudiera
sentirme así de nuevo. Como muriendo
lentamente. Resulta que yo tenía razón desde el
principio.
Veinte minutos después, oí la voz de
Lali en la sala de estar. Los sonidos de ellos
hablando en voz baja mientras se
escondían de mí en la habitación de Peter resonaron en
todo el apartamento.
Incluso la voz de Lali era demasiado
para soportar. Saber que probablemente acababa
de hablar con Rochi era insoportable.
Me obligué a ponerme de pie y hacer
mi camino al baño para hacerse cargo de la ducha y
otros rituales de higiene básicos que
había descuidado durante la última semana. La voz de
Lali fue ahogada por el agua, pero
cuando cerré el agua en la regadera, la oí de nuevo.
Me vestí y cogí las llaves de mi
motocicleta, dispuesto a tomar un largo viaje. Probablemente
iba a terminar en casa de papá para
darle la noticia.
Justo al pasar la puerta del
dormitorio de Peter, sonó el teléfono de Lali. Era el tono
que había asignado a Rochi. Mi
estómago se hundió.
—Puedo ir a recogerte y llevarte a un
lugar para cenar—dijo ella.
Rochi tenía hambre. Ella podría ir a
la cafetería.
Corrí a la Harley y fuera de la zona
de aparcamiento, a exceso de velocidad, me pase los
semáforos en rojo y señales de alto
todo el camino a la escuela.
Cuando llegué a la cafetería, Rochi
no estaba allí. Esperé unos minutos más, pero ella nunca
apareció. Mis hombros se hundieron,
caminé en la oscuridad hacia el aparcamiento. Era una
noche tranquila. Fría. Opuesta a la
noche en que camine con Rochi hacia Morgan después de
ganar nuestra apuesta, recordándome
lo vacío que se sentía no tenerla a mi lado.
Una pequeña figura apareció unos
metros de distancia, caminando hacia la cafetería sola. Era
Rochi.
Llevaba el pelo recogido en un moño,
y cuando ella se acercaba, me di cuenta de que no
llevaba nada de maquillaje. Tenía los
brazos cruzados sobre su pecho, ella no tenía un abrigo,
sólo un grueso cárdigan gris para
protegerse del frío.
— ¿Pajarita? —le dije, caminando
hacia la luz desde las sombra.
Rochi se detuvo con una sacudida, y
luego se relajó un poco cuando me reconoció.
— ¡Jesús, Gaston! ¡Me has asustado
como la mierda!
— Si contestaras tu teléfono cuando
te llamo no tendría que escabullirme por las sombras
—Te ves como el infierno—dijo.
—He pasado por allí una o dos veces
esta semana
Ella apretó mas sus brazos a su
alrededor, y tuve que detener mis ganas de abrazarla para
darle calor. Rochi suspiró.
—En realidad estoy yendo a comer
algo. Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?
—No. Tenemos que hablar
—Gas…
—Rechacé a Benny. Lo llamé el
miércoles y le dije que no
Tenía la esperanza de que ella
sonriera, o al menos mostrara alguna señal de que lo
aprobaba. Su rostro permaneció en
blanco.
—No sé lo que quieres que te diga,
Gaston
—Di que me perdonas. Di que volverás
—No puedo
Mi cara se arrugó.
Rochi trató de caminar.
Instintivamente, me puse delante de ella. Si ella se escapaba en esta
ocasión, la perdería.
—No he dormido o comido. . . No me
puedo concentrar. Sé que me amas. Todo será como
solía ser si me aceptas de nuevo
Ella cerró los ojos.
—Somos disfuncionales, Gaston. Creo
que estás obsesionado con la idea de ser mí dueño más
que cualquier otra cosa
—Eso no es cierto. Te quiero más que
a mi vida, Pajarita
—Eso es exactamente lo que quiero
decir. Eso es una locura
—No es una locura. Es la verdad
—Está bien. . . Entonces, ¿Cuál es el
orden para ti? ¿Es el dinero, yo, tu vida. . . o hay algo que
viene antes que el dinero?
—Me doy cuenta de lo que he hecho,
¿de acuerdo? Puedo ver que eso es lo que piensas,
pero si hubiera sabido que ibas a
dejarme, nunca habría. . . Sólo quería cuidar de ti
—Eso ya lo has dicho
—Por favor, no hagas esto. No soporto
sentirme así. . . es. . . me esta matando—le dije, al
borde del pánico. La pared que Rochi
mantenía a su alrededor cuando éramos sólo amigos
estaba de nuevo, más fuerte que
antes. Ella no estaba escuchando. No podía llegar a ella.
—Ya he terminado, Gaston
Hice una mueca.
—No digas eso
—Se acabó. Vete a casa
Mis cejas se levantaron.
—Tú eres mi hogar
Rochi se detuvo, y por un momento
sentí como si realmente hubiera llegado a ella, pero sus
ojos perdieron el enfoque y la pared
nos bloqueo de nuevo.
—Tú hiciste tu elección y yo la mía
—Voy a mantenerme alejado de Las
Vegas y de Benny… Voy a terminar la escuela. Pero yo te
necesito. Te necesito. Eres mi mejor
amiga
Por primera vez desde que era un niño
pequeño, ardientes lágrimas quemaban en mis ojos y
caían por una de mis mejillas.
Incapaz de contenerme, me acerqué a Rochi, envolví su
pequeño cuerpo en mis brazos, y
planté mis labios en los de ella. Su boca estaba fría y rígida,
por lo que acuné su cara entre mis
manos, besándola mas fuerte, desesperado por obtener
una reacción.
—Bésame—le supliqué.
Rochi mantuvo la boca tensa, pero su
cuerpo estaba sin vida. Si dejo que se vaya, la habré
perdido.
—Bésame—volví a suplicar. —¡Por
favor, Pajarita! ¡Le dije que no!
Rochi me apartó de un empujón.
—¡Déjame en paz, Gaston!
Intento pasarme pero la tome por la
muñeca. Ella mantuvo su brazo derecho, extendido
detrás de ella, pero no se dio
vuelta.
—Te lo ruego—caí de rodillas, con su
mano aún en la mía. Mi respiración se convirtió en
vapor blanco mientras hablaba,
recordándome el frío. —Te lo ruego, Rochi. No lo hagas
Rochi miró hacia atrás, y luego sus
ojos se dirigieron por su brazo al mío, viendo el tatuaje en
mi muñeca. El tatuaje que plasmaba su
nombre.
Ella miró hacia otro lado, hacia la
cafetería.
—Déjame ir, Gaston
El aire salió de mí, y con toda la
esperanza destruida, relajé mi mano y la dejé deslizarse fuera
de mis dedos.
Rochi no miró hacia atrás mientras se
alejaba de mí, y mis manos cayeron de planas en la
acera. Ella no iba a volver. Ella no
me quería más, y no había nada que pudiera decir o hacer
para cambiarlo.
Pasaron varios minutos antes de que
pudiera tener la fuerza para ponerme de pie. Mis pies
no querían moverse, pero de alguna
manera los forcé a cooperar lo suficiente como para
llegar a la Harley. Me senté en el
asiento, y dejé que mis lágrimas cayeran. La pérdida era
algo que sólo había experimentado una
vez en mi vida, pero esto parecía más real. Perder
Rochi no era una historia que yo
recordaba de mi primera infancia, estaba en mi cara,
debilitándome como una enfermedad,
robándome mis sentidos y físicamente
aterradoramente dolorosa.
Las palabras de mi madre hicieron eco
en mi oído. Rochi era la chica por la que tenía que
luchar, y yo caí peleando. Nada de
eso iba a ser suficiente.
Un rojo Dodge Intrepid se detuvo al
lado de mi moto. No tuve que mirar hacia arriba para
saber quién era. Trenton apagó el
motor, apoyando un brazo por la ventana abierta.
—Hey
—Hey—dije, limpiándome los ojos con
la manga de la chaqueta.
— ¿Mala noche?
—Sí—asiento con la cabeza, mirando al
tanque de combustible de la Harley.
—Acabo de salir del trabajo. Necesito
un maldito trago. Vente conmigo al Dutch
Di un suspiro largo y entrecortado.
Trenton, como papá y el resto de mis hermanos, siempre
sabia como manejarme. Los dos
sabíamos que no debería conducir en mi condición.
—Sí
— ¿Sí? —dijo Trenton con una pequeña
sonrisa de sorpresa.
Levanté la pierna hacia atrás sobre
el asiento, y luego caminé hacia el lado del pasajero del
auto de Trenton. El calor de la
ventilación hizo que me quemara la piel, y por primera vez esa
noche sentí lo frío que era el aire,
y reconocí que no tenía suficiente ropa para esa
temperatura.
— ¿Peter te llamó?
—Si
Él se retiró de la plaza de
aparcamiento y lentamente a través del lote, buscando la calle a
paso de tortuga. Él me miró.
— ¿Creo que un tipo llamado French
llamó a su chica? Dijo que tú y Rochi estaban peleando
afuera de la cafetería
—No estábamos peleando. Sólo estaba.
. . tratando de recuperarla
Trenton asintió con la cabeza,
saliendo a la calle.
—Eso es lo que pensé
No volvimos a hablar hasta que
llegamos a nuestros taburetes en la barra del Dutch. La
multitud era ruda pero Bill, el
propietario y el camarero, conocía bien a papá de cuando
éramos niños, y la mayoría de los
clientes habituales nos vio crecer.
—Es bueno verlos chicos. Ha pasado un
tiempo —dijo Bill, limpiando el mostrador antes de
poner una cerveza y un trago en la
barra frente a cada uno de nosotros.
—Hey, Bill —dijo Trenton,
inmediatamente tomando su trago.
— ¿Te sientes bien, Gaston? —preguntó
Bill.
Trenton respondió por mí.
—Se sentirá mejor después de unas
cuantas rondas
Yo estaba agradecido. En ese momento,
si hablaba, me habría roto.
Trenton continuó comprándome whisky
hasta que mis dientes estaban entumecidos y yo
estaba a punto de perder el
conocimiento. Debí haberlo hecho en algún momento entre la
barra y el apartamento, porque me
desperté a la mañana siguiente en el sofá, sin saber cómo
demonios llegué allí.
Peter cerró la puerta y oí el sonido
familiar del Honda de Lali acelerando y se apartó.
Me senté y cerré un ojo.
— ¿Ustedes tuvieron una buena
noche?—le pregunté
—Si. ¿Y tú?
—Supongo. ¿Me escuchaste entrar?
—Sí, Trent cargo tu culo por las
escaleras y te tiró en el sofá. Te estabas riendo, así que yo
diría que fue una noche exitosa
—Trent puede ser un idiota, pero es
un buen hermano
—Eso si es. ¿Tienes hambre?
—No, Vete a la mierda —me quejé.
—Está bien, entonces. Voy a hacerme
un poco de cereal
Me senté en el sofá, repasando la
noche anterior en mi mente. Las últimas horas estaban
borrosas, pero cuando rememoré el
momento en que vi a Rochi en la escuela, hice una
mueca.
—Le dije a Mare que teníamos planes
para hoy. Pensé que tendríamos que ir al lugar de
maderas para remplazar tu puerta
chirriante
—No hace falta que me cuides, Pit
—No lo hago. Nos vamos en media hora.
Lávate la hediondez, primero—dijo, sentado en el
sillón con su tazón de cereales de
Mini Wheats. —Y luego vamos a volver a casa y a estudiar.
Vienen los Finales
—Mierda—le dije con un suspiro.
—Voy a pedir una pizza para el
almuerzo, y podremos comer las sobras en la cena
—Acción de Gracias se acerca,
¿recuerdas? Voy a estar comiendo pizza tres veces al día por
dos días seguidos. No, gracias
—Está bien, comida china, entonces
—Estás organizando—le dije.
—Lo sé. Confía en mí, eso ayuda
Asentí con la cabeza lentamente, con
la esperanza de que tuviera razón.
Los días pasaban lentamente. Pero
quedarse hasta tarde para estudiar con Peter, y a veces
con Lali, ayudaba a acortar las
noches de insomnio. Trenton prometió no decirle a papá
o al resto de los chicos Dalmau sobre
Rochi hasta después de Acción de Gracias, pero todavía
temía que lo supieran que ya les
había dicho que ella iría. Ellos preguntarán por ella y, luego
verían a través de mi cuando tuviera
que mentir.
Después de mi última clase el
viernes, llamé Peter.
— Hey, yo sé que esto se supone que
es fuera de los límites, pero necesito que averigües
donde ira Rochi en el receso
— Bueno, eso es fácil. Ella va a
estar con nosotros. Pasara las vacaciones con Lali
— ¿En serio?
— Sí, ¿por qué?
— Nadad—dije, abruptamente colgando
el teléfono.
Caminé por el campus bajo la lluvia
ligera, a la espera que la clase de Rochi terminara. Fuera
del edificio Hoover, vi a algunas
personas de la clase de cálculo de Rochi congregándose
afuera. La parte posterior de la
cabeza de Pablo apareció a la vista y, a continuación, Rochi.
Estaba acurrucada en el interior de
su abrigo de invierno, pareciendo incomoda mientras
Pablo balbuceaba.
Me quité mi gorra de béisbol roja y
fui corriendo en su dirección. Los ojos de Rochi se
desviaron hacia mí, el reconocimiento
hizo que sus cejas se elevaran infinitesimalmente.
El mismo mantra se repetía en mi
cabeza. No importa cuan inteligente sea el comentario
que haga Pablo, juégalo tranquilo. No
cagues esto. NO.CAGES.ESTO
Para mi sorpresa, Pablo se fue sin
decir una palabra.
Metí las manos en los bolsillos de mi
sudadera.
—Peter dijo que iras con él y lali a
Wichita mañana
— ¿Sí?
— ¿Pasaras todo el receso con Lali?
Ella se encogió de hombros, tratando desesperadamente
de no ser afectada por mi
presencia.
— Soy muy cercana con sus padres
— ¿Y tu mamá?
— Ella es una borracha, Gaston. Ella
no va a saber que es acción de gracias
Mi estómago dio un vuelco, sabiendo
que la respuesta a la siguiente pregunta iba a ser mi
última oportunidad. Un trueno sonó
por encima de nosotros y miré hacia arriba,
entrecerrando los ojos mientras las
grandes gotas caían sobre mi rostro.
— Tengo que pedirte un favor—le dije,
esquivando la fuerte lluvia.—Ven aquí—empuje a
Rochi bajo el toldo más cercano para
que no se empapara con el repentino aguacero.
— ¿Qué tipo de favor?—preguntó ella,
claramente sospechando. Era difícil escucharla bajo la
lluvia.
— Mi uh. . . —cambié mi peso de un
pie al otro, mis nervios tratando de obtener lo mejor de
mí. Mi mente gritaba ¡abortar!, pero
yo estaba decidido a por lo menos intentarlo.—Papá y
los chicos siguen esperándote que el
jueves
—Gaston—Rochi gimió.
Miré a mis pies.
—Dijiste que ibas a ir
— Lo sé, pero. . . es un poco
inapropiado ya, ¿no te parece?
— Dijiste que vendrías— le dije,
tratando de mantener la voz calmada.
— Todavía estábamos juntos cuando
estuve de acuerdo en ir a casa contigo. Sabias que ya no
iba a ir
— Yo no lo sabia, y ya es demasiado
tarde, de todos modos. Thomas está volando, y Tyler se
quitó el trabajo. Todo el mundo ansia
verte
Rochi se encogió, haciendo girar un
mechón de su cabello húmedo alrededor de su dedo.
—Ellos iban a venir de todos modos.
¿No era asi?
— No todo el mundo. No hemos estado
todos nosotros allí para Acción Gracias en años.
Todos ellos hicieron un esfuerzo para
estar allí, ya que les prometí una comida real. No
hemos tenido una mujer en la cocina
desde que mamá murió y. . .
—Eso no es sexista o nada
— Eso no es lo que quise decir,
Pajarita, vamos. Todos te queremos allí. Eso es todo lo que
estoy diciendo
— No se les ha dicho acerca de
nosotros, ¿verdad?
—Papá preguntara por qué, y no estoy
listo para hablar con él al respecto. Nunca había oído
el final de lo estúpido que soy. Por
favor, ven, Pajarita
— Tengo que poner el pavo a las seis
de la mañana. Tendríamos que salir de aquí a las cinco.
. .
— O podríamos quedarnos allí
Sus cejas se alzaron.
— ¡De ninguna manera! Ya es bastante
malo que vaya a tener que mentir a tu familia y fingir
que seguimos juntos
Su reacción, aunque prevista, aún
picó mi ego un poco.
— Actúas como si te estuviera
pidiendo que te prendieras fuego a ti misma
— ¡Deberías haberles dicho!
— Lo haré. Después de Acción de
Gracias. . . Les diré
Ella suspiró y miró hacia otro lado.
Esperando su respuesta fue como sacarme las uñas una
por una.
— Si me prometes que este no es un
truco para tratar de volver a estar juntos, yo lo haré
Asentí con la cabeza, tratando de no
estar demasiado ansioso.
— Te lo prometo
Sus labios formaron una línea dura,
pero había el más mínimo asomo de una sonrisa en sus
ojos.
—Te veré a las cinco— Me incliné para
darle un beso en la mejilla. Sólo tenia intensión a
darle un beso rápido, pero mis labios
extrañaba su piel, y fue difícil alejarse. —Gracias,
Pajarita
Después de que Peter y Lali se fueran
a Wichita en el Honda, limpié el apartamento,
doblé la última carga de ropa, me
fumé medio paquete de cigarrillos, empaqué una muda de
ropa para la noche, y luego maldije
el reloj por ir tan lento. Cuando las cuatro y media,
finalmente llegaron, corrí por las
escaleras hacia el Charger de Peter, tratando de no
acelerar hasta llegar a Morgan.
Cuando llegué a la puerta de Rochi,
su expresión confusa me tomó por sorpresa.
— Gaston—suspiró ella.
— ¿Estás lista?
Rochi levantó una ceja.
— ¿Lista para qué?
— Dijiste que te recogiera a las
cinco
Ella cruzó los brazos sobre el pecho.
— ¡Me refería a las cinco de la
mañana!
—Oh. Creo que debería llamar a mi
padre y hacerle saber que no nos quedaremos después
de todo
— Gaston—se lamentó.
— He traído el coche de Pit, así no
tendremos que lidiar con las maletas en la moto. Hay un
dormitorio de invitados donde puedes
quedarte. Podemos ver una película o…
— ¡No me voy a quedar en casa de tu
padre!
Mi rostro se ensombreció.
— Está bien. Voy uh…Te veré en la
mañana
Di un paso atrás, y Rochi cerró la
puerta. Ella todavía iba a ir, pero mi familia sin duda sabría
que algo pasaba si ella no se
presentaba esta noche como dije que haría. Caminé por el
pasillo lentamente mientras marcaba
el número de mi padre. Iba a preguntar por qué, y yo
no quería mentirle abiertamente.
— Gaston, espera
Volteé para ver a Rochi de pie en el
pasillo.
— Dame un minuto para empacar algunas
cosas
Sonreí, casi abrumado por el alivio.
Caminamos juntos de nuevo a su habitación, y yo espere
en la puerta mientras ella metía un
par de cosas en una mochila. La escena me recordó la
noche en que había ganado la apuesta,
y me di cuenta de que yo no habría cambiado ni un
solo segundo que pasamos juntos.
— Todavía amo, Pajarita
Ella no levantó la vista.
— No lo hagas. No estoy haciendo esto
por ti
Aspiré una bocanada de aire, dolor
físico tirando en todas las direcciones en mi pecho.
— Lo sé

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