viernes, 5 de septiembre de 2014

No Te Tengo Miedo... capitulo 21

Click en Leer Más



—Yo..
¿Qué sentía por él?, ¿Nada?, no, eso es imposible, Gastón hace que los latidos de mi corazón se aceleren, eso no podía negarlo, pero.. no haría sentir mal a Lali, ella le quiere y yo no seré aquella persona que se interponga entre ambos.
—No, nada. ¿Qué te hace pensar eso? —Reí nerviosa pero un fuerte cierre de puerta nos dejó sin aliento, volteé rápidamente a ver de que se trataba, pero no era nada, seguramente habría sido el viento.
—Demonios.. —Susurró Euge— Cada día odio más a este estúpido viento.
Me quedé observando a la puerta, ¿El viento es tan poderoso?.

Narra Gastón.

Me volví a su hogar para preguntarle algo, si es que sintió exactamente lo mismo que yo cuando besé sus labios y ella se apoderó de los míos, pero entonces, oí algo que logró llamar mi atención
—Rochi
.. —Llamó Lali.
—Dime. —Respondió ella.
—¿Tú.. tú sientes algo por él?.. —Cuestionó, yo me encontraba oculto tras de su puerta de entrada semi abierta.
—¿Por Gastón? —Respondió en forma de pregunta.
—Sí, y por favor.. sé sincera.
—Yo..
Nadie habló durante — Aproximadamente— quince segundos.
—No, nada. ¿Qué te hace pensar eso? —Rió Rocio.

Una furia incontrolable se apoderó de mi cuerpo. ¿Nada?, ¿Absolutamente nada? y yo como un completo idiota a sus pies. Cerré la puerta de golpe y me eché a correr, abrí la puerta de mi vehículo y conducí a toda prisa por las calles de Londres, tenía la mirada fija sobre el camino y mi ceño fruncido. Finalmente una chica lograba encender aquel sentimiento en mi ser y descubro que ella no sentía absolutamente nada.

Llegué a mi apartamento y maldije en voz baja, que todo se vaya a la mierda. Tiré las llaves sobre la mesa con fuerza, me dirigí a mi cuarto donde encendí el televisor y me quedé durante horas observándolo, cosas aburridas, nada interesante, hasta que una llamada irrumpió el aburrimiento. Observé la pantalla iluminada de mi celular, número desconocido.
—¿Hola? —Articulé cuando contesté.
—¡Dalmau! ¡Ven rápido! —Exclamó una voz femenina. La reconocía, era aquella amiga de Rochi.
—¿Eugenia Suarez? —Dije confundido.
—Sí. Gastón, ven ahora por favor, ¡Algo le ocurre a Rochi! ¡Es grave! —Gritó.
—Claro. —Corté la llamada y me dirigí a la puerta de casa, diablos, ¡¿Qué mierda ocurrió ahora?!.

Narra Rochi.

Tras transcurrir una hora, Euge se encargó de alistarnos y de traer mi atuendo para esta noche, un hermoso vestido corto versase color blanco. Lali utilizó un vestido strapples corto color anaranjado con vuelo bajo la cintura y sus curvas hacían que luciera aún mejor puesto en ella; mientras que Euge lucía un vestido fucsia con algunos brillantes sobre el pecho, una cinta rodeaba su cintura del mismo color y bajo ella —Al igual que con el vestido de Lali— habían unos pequeños vuelos.
—Perfecto —Habló Euge— Nico llegará en cinco minutos. —Sonrió.
—¿Nico
? —Cuestioné.
—Exacto. —Rió— ¿Quién lo diría no?, aunque ambos somos sexys.. nos igualamos en algo. —Reí.
—Y vuestro cabello rubios. Bien, —Dí media vuelta— Lali, tu irás conmigo, ¿Verdad? —Sonreí.
—Claro. —Sonrió de vuelta.
—Rochi necesito que me ayudes en.. —Dijo Peter entrando a mi habitación pero paró en seco al observarnos a el trío— ¡Wow! ¿Qué hiciste con Rochi? —Cuestionó como un idiota— Luces muy bien Suarez.
—Gracias. —Sonrió Euge.
—Tú.. tú también Lali.. —Tartamudeó rascando su cabeza.
—¡Gracias! —Exclamó ella.

Mi celular comenzó a vibrar sobre mi cama, lo tomé rápidamente y me dirigí a la terraza disculpándome con los chicos.
—¿Hola? —Contesté.
—Rocio, yo.. —Diablos no.
—¿Qué demonios quieres Pablo? —Dije harta.
—¿Me darías otra oportunidad? —Comenzó a hablar con aquella voz que él sabía que me derretía, pero ya no más, nunca más.
—No. —Contesté fría— Eres un imbécil, ¿Cómo te atreves a marcarme? luego de el término de nuestra relación no quedamos si quiera como amigos.
—No puedo soportar otro día sin ti Rocio. Te necesito a mi lado, necesito tus labios, tu voz susurrando a mi oído, tus melódicas risas.. —Claro, ahora el sin vergüenza se creía poeta.
—Okay, okay, vete a la mierda, okay, okay. —Respondí y corté rápidamente la llamada, ¿Realmente el muy idiota creía que caería a sus pies así de fácil?.

Me retiré de allí y entré nuevamente a mi habitación.
—¿Lali, Euge? —Grité, pero nadie contestó— ¿Peter? —Elevé la voz— ¿Hola? —Nada.
Diablos, ¿Se habrían ido sin mi?, no..— ¡¿Chicos?! —Grité nuevamente pero tampoco tuve respuesta.
—¡Rocio Igarzabal! —Gritó mamá desde las escaleras— ¿Qué diablos?, ¿Por qué gritas? —Dijo llevando una de sus extremidades a su frente.
—Buscaba a los chicos. —Respondí fría.
—Oh, un chico abajo espera por ti. —Comentó y entró a su habitación. Como siempre, no tenía el menor interés sobre que haría ésta noche, pero por otro lado estaba aquel chico de el que mi madre hablaba.

Bajé afirmándome de la baranda de la escalera y al llegar al primer piso me encontré con Gastón, ¿Qué diablos hacía aquí?.
—¿Qué.. qué haces aquí? —Cuestioné confundida, pero él tardó diez segundos en hablar, su mirada me examinaba de pies a cabeza de una manera bastante incómoda para mí.
—Euge marcó a mi celular, dijo que había una urgencia en tu hogar. Oh, y no sé como sabía mi número. —¿Que Euge qué?.
—No ocurre nada. —Sonreí incómoda— Me dirigía a la fiesta de Christian —Dije acercándome a él, tras suyo se encontraba la puerta por la cual necesitaba salir antes de incomodarme más— Si me disculpas..
—¿Te llevo? —Preguntó repentino alborotando aquel rubio cabello.
—Ahm.. —Musité nerviosa, ¡Estúpido Dalmau!, mis latinos salían de órbita por su maldita culpa.
—Iré. —Habló.
—¿Tú?, ¿Gastón Dalmau en fiestas? —Reí cínica.
—Sin mi, la fiesta no existe. —Sonrió pícaro— Además, nunca está demás algo de alcohol y chicas semi desnudas. —Fruncí el ceño, ¿Chicas semi desnudas? ¿Alcohol?, bueno,Gastónl jamás fue un ángel caído del cielo, más bien, según todo alumno en la preparatoria era un demonio dirigido a la tierra por mandamiento del diablo.
—¿Sabes? —Dije ¿Enfadada?, él arruinó mi noche hablando de estupideces— Iré en mi vehículo. —Hablé fría mientras giraba la perilla de la puerta pero él rodeó mi muñeca con sus grandes manos evitando que pudiera continuar realizando mi acción— ¿Qué diablos haces?.
—¿Rechazas mi invitación? —Rió.
—Sí. —Respondí dura— Así no nos ven juntos las chicas semi desnudas. —Me solté de su agarre bruscamente.
—¿Estás enfadada? —Dijo con voz burlesca a mis espaldas.
—¿Por qué debería estarlo? —Volteé y le regalé una de mis sonrisas cínicas, para luego seguir mi camino.
—Vamos. —Entrelazó nuestros dedos y me guió hacia su vehículo, abrió la puerta de co-piloto y me adentré en éste sin decir palabra alguna.
—Te odio. —Musité cuando él tomó asiento a mi lado.
—No me importa tu opinión en estos momentos. —Sonrió, estúpido idiota.

Todo el camino hacia la fiesta de Christian se tornó silenciosa hasta que Gastón estacionó su automóvil, la música era alta, desde hace una manzana y media se podía oír.
—Perfecto, adiós. —Dije mientras salía de su transporte.
—¡Hey! —Gritó y volteé— No te enfades. —Rió.
—Muérete. —Susurré para mis adentros.

La música alta casi me da un infarto al entrar a su casa, o más bien dicho, mansión por lo grande que era. Típico niñito mimado.
Personas bailando por un lado, parejas, tríos y hasta cuartetos besándose por un lado, chicos y chicas en la piscina, algunos con ropa, otros con bañador y otros cómodamente desnudos.
—¡Rochi! —Oí a mi lado— ¿Cómo te ha ido con Gastón? —Euge, la mataría.
—Te has ganado mi odio. —Grité para que me oyera, la música a todo lo que daba no lograba dejar hablar normalmente.
—¡Vamos! Sé que le quieres, no lo niegues —Rió.
—No es así. —Me defendí con cierto color rojizo sobre mis mejillas.
—Acompáñame, quiero presentarte a alguien. —Tomó mi mano y nos adentramos entre la multitud, divisé a Candela con un chico al que no lograba identificar, ella estaba sobre él. Traía un vestido rojo pasión ajustado a quince dedos sobre la rodilla, por Dios, ¿Más zorra por favor?— Él es George Shelley —Sonrió— & George ella es Rochi Igarzabal. Fin, adiós.
—Hola.. —Saludó nervioso alborotando su cabello, el chico era bastante guapo, llevaba una camisa rayada y jeans entubados oscuros.
—Hola George. —Saludé— Odio a Euge, siempre hace esto.—Reí.
—Yo le saludo y me presenta a una chica, siempre. —Rió conmigo— ¿ Quieres algo de tomar? —Sonrió. Oh rayos es adorable.
—Claro, gracias. —Copié su acción— Iré contigo.
—Vale. —Extendió su mano para que la entrelazara con la mía, así no me perdería entre la multitud. Por cortesía la tomé y comenzamos a caminar entre todos.
Finalmente lograba identificar al acompañante de Candela, claro, ¿Cómo fui tan torpe como para creerle?. Mis ojos se empañaron nuevamente al ver la forma de expresar su “amor”, ella sobre él rodeandole la cintura con sus piernas, sus labios unidos, casi comiéndose el uno al otro.
Nunca más Gastón Dalmau, nunca más. Púdrete.

1 comentario:

  1. hay sube porfavor.. que esten junto pronto.. no puede ser que siempre peleen seguilaaaa *-*

    ResponderEliminar