viernes, 17 de octubre de 2014

No Te Tengo Miedo... capitulo 32


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—Te amo.. —Murmuré sobre sus labios.
—Yo no. —Musitó con una sonrisa, le miré extrañada— Te amo, te adoro, me encantas.. —Dió un beso fugaz en mis labios. Ruborizada, le abracé— Debemos poner en marcha el vehículo, los de atrás están furiosos haciendo sonar la bocina —Rió.
—Lo siento —Me disculpé y volví a mi asiento, él encendió el motor y continuamos nuestro camino.

Ahora sonaba “Sorry Seems To Be Hardest Word”, díos mío, Elton John es el mejor artista de la música.
—“Is sad, so sad..” —Canté mirando hacia la ventanilla del automóvil, a pesar de toda ésta alegría que poseía ahora mi ser, una parte de mí estaba triste con respecto a mi familia, o lo que quedaba de ella, mi madre.
—No te preocupes por tu madre. —Musitó él con voz dulce como si hubiese leído mis pensamientos— Todo se arreglará entre ambas, una madre nunca odia a su hija o hijo.. —Ahora su voz se cortaba, claro, Silvia.
Ella había fallecido mientras yo estaba enfadada con los chicos sin razón alguna. Ella era tierna, delicada y muy buena persona, aunque le haya visto una vez, me quería como si su hija fuese.
—Discúlpame, no fué mi intención hacerte recordar a Silvia.. —Musité en un susurro triste.
—Descuida, no fué tu culpa.
Volteé a mirarle y su vista estaba en el frente, seria y contenía sus lágrimas. Una de mis manos se dirigió a su rubio y brillante cabello, le acaricié de una manera tierna y él me volteó a mirar con una sonrisa en sus labios.

Cuando le ví por primera vez, jamás creí que sería así, tan dulce y sensible, ya que su aspecto era de “chico malo”. Por mi parte, al igual que muchos, pensé que era un delincuente, pero siempre que oía que hablaban mal sobre él, yo intervenía en la conversación, defendiéndolo, diciendo lo contrario. Siempre me llamó la atención.
—¿Estás mejor? —Cuestioné dulce. El camino cada vez se hacía más obscuro, desconocía donde me llevaba, pero confiaba en él.
—Sí, contigo todo es mejor. —Sonrió.
—¿Qué fué lo que pensaste la primera vez que me viste? —Cuestioné, mientras la canción “Goodbye Yellow Brick Road” sonaba en el radio.
—Que eras muy hermosa. —Contestó, sonreí.
—Que va, hablo en serio. —Reí.
—Es la verdad. —Sonrió— El primer día en que llegaste a Black, yo iba tarde, y cuando entré a el aula, te noté al instante, reías con Lali, destacando entre la gran cantidad de alumnos que asistieron aquel día. Pensé que serías una chica más que creería los falsos rumores, que temería de mi y se alejaría al instante, pero al contrario. Un día llegaste y me dijiste todo lo que tenías que decir, creo que fue el tercer día en que iniciaste las clases. —Rió— Mencionaste unas palabras muy divertidas.
—No las repitas, por favor. —Dije mientras llevaba ambas manos a mi rostro, reí.
—“No Te Tengo Miedo, Dalmau”. —Musitó riendo— Vale, volviendo al tema. No sonreía, no reía, no hablaba demasiado, solo lo hacía con Agustin y Nicolas, y acepto que estaba enfadado con todo el mundo. Siempre llamaste mi atención, pero aún más cuando nos encontramos en el corredor del instituto, te estrellaste contra mí y casi caes al suelo, pero no lo hiciste, gracias a mí. Creo que fué la primera vez que mis ojos hicieron contacto con los tuyos, brillaban en ese instante.
—Cuando vi tus ojos verdes.. También tenían un brillo, eran únicos y aún lo son —Sonreí.
—Soy hermoso y único —Rió.
—Ego.. —Canturrié— ¿Cuánto tiempo falta?, ya van dos horas.
—Son las 20:03, aproximadamente quedan diez minutos.
—¿Dónde iremos?.
—¡Vamos! ¿Continuarás con eso?, —Rió— es una sorpresa.
—Bien, bien. Me rindo. —Reí.
Mi bolsillo vibró, —Mi celular— pensé. Lo saqué de allí y lo llevé a mi oído, tenía número desconocido.
—¿Hola? —Atendí.
—Serás mía, nuevamente, cueste lo que cueste. —Habló la voz del otro lado, Pablo.
—Eres un idiota, no estoy para bromas. —Dije con fastidio.
—No es una broma Rocio. Si no fuiste mía por las buenas, lo serás por las malas, haré todo lo posible para recuperarte. —Musitó, yo temblé.
—¿Por las malas?, ¿A qué te refieres? —Cuestioné con temor.
—Me desharé de cualquier obstáculo que se interponga entre nosotros, me vale mierda lo ocurrido con Maria, solo tengo ojos para tí como tu los tenías para mi hace un tiempo. Suerte con tu noviesito nuevo Rocio Igarzabal. —Cortó la llamada.

El teléfono celular resbaló por mi mano y cayó al suelo del vehículo. Estaba temblando, no sabía de lo que era capaz Pablo, pero por sus palabras, podía hacerme una idea.
—¿Estás bien?, ¿Quién era? —Preguntó Gastón a mi lado.
—Pablo.. —Musité en un hilo de voz y él frenó bruscamente.
—¡¿Qué quería ese imbécil?! —Elevó la voz y golpeó al manubrio.
—Me.. me ha dicho.. me ha dicho que se deshará de cualquier obstáculo que se interponga entre yo y él.. —Tartamudeé, no podía articular una frase bien.
—¡¿Qué diablos se cree ese hijo de perra?! —Cuestionó enfadado, luego me miró y sus ojos poseían algo que jamás había visto en ellos, furia.
—Tengo.. miedo..
Mis ojos se cristalizaron y luego lágrimas recorrieron mis mejillas. No quería que nada ocurriese con Gastón o con los “obstáculos” a los que se refería.
—Tranquila.. —Musitó Gastón. Él era tan bipolar que ahora su mirada era pasiva y dulce.
Llevó una de sus manos a mi rostro y con su pulgar limpió aquellas invisibles gotitas que caían por mis mejillas.
—Lo siento, tranquila, no debí enfurecerme así.. —Susurró— No ocurrirá nada mientras yo te proteja y esté a tu lado Rochi, ¿Recuerdas?. —Asentí con la cabeza— Ahora bajemos, ya estamos aquí. —Sonrió— Solo.. disfruta lo que te espera esta noche.
—Sí. —Sonreí, únicamente debía pensar en él y cosas buenas, nada ni nadie arruinaría ésta noche con Gastón.
—En fin, —Suspiró— ya estamos aquí. —Sonrió, diablos, su sonrisa era perfecta y hermosa.
—¡Woho! —Celebré con un aplauso mientras él reía.

Gastón bajó del vehículo y segundos después abrió mi puerta, para que pudiese salir de éste.
—Gracias —Sonreí dulce.
—No hay de qué. —Sonrió— Ahora cierra tus ojos —Ordenó.
—¿Por qué?
—Es parte de la sorpresa. ¿Por favor? —Hizo un puchero. ¿Quién resiste a su dulzura?.
—Vale —Sonreí dejando a la vista las perlas bajo mis labios.
Cerré mis ojos.

Sentí el tacto de su mano contra la mía y luego besó mi mejilla, reí por lo bajo y me guió donde se encontraba la “Sorpresa” que tenía preparada.

1 comentario:

  1. hay seguilaaa que sera la sorpresa.. por favor que pablo no haga nada malo.. seguilaaaa pronto.. esperaba la novela *-*

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