martes, 14 de febrero de 2012

Dilema y un no hay tal Crisis capitulo 9


Lunes por la mañana, un sol fresco me levanto, sonreí al darme cuenta que había logrado dormir placidamente. Me sentía aliviada, había hablado con gaston y ahora ya no le ocultaba nada, lo que el decidiera me tenia sin cuidado, ahora sabia que no estaba sola y todo estaba comenzando a agarrar color.
Hoy era un día especial, mery había logrado ponerme los nervios de punta con todo eso de que mi empleo era importante y ahora estaba mas nerviosa que nunca.
Tarde horas en el baño y al salir me encontré con mi gran dilema, mi ropa. Busque en todo mi closet pero estaba lleno de “nada para ponerme”. No sabia que usar, termine optando por un pantalón negro y una camisa verde agua con botones adelante que me hacia lucir como toda una secretaria. Tome un desayuno rápido y salí dispuesta a comenzar mi primer día de trabajo.
Al llegar al edificio note que habían cambiado la foto en el banner de afuera, antes se podía ver una foto de una modelo en ropa interior, hoy se veía una modelo no muy tapada pero que lucia un atuendo mas de invierno. A mi nunca me gusto este mundo, para mi, todas las modelos esqueléticas son iguales, nunca me imagine trabajando en una revista, mi yo adolescente me habría escupido en la cara. Cuando estudie comunicación social lo hice con la idea de un gran proyecto que despierte al mundo, siempre fui un poco naturista por eso tantas frivolidades en el mundo de la moda me horrorizaban.
Quien lo diría, estoy subiendo las escaleras rumbo a mi nuevo trabajo en una revista de moda de esas que yo solía usar para golpear a mis mejores amigos Vico y Peter cuando me molestaban, porque mejor uso no les encontraba.
Ahora trabajo en esta empresa, apenas llego y ya me veo rodeada de gente con más maquillaje que piel en la cara y que además usan tacones que son tan finos como una aguja , que si se los pego a alguien en la cabeza le abro un agujero, tampoco es que yo sea una desubicada en la moda, mi guarda ropa siempre tiene las colecciones mas nuevas porque pool mi estilista se encarga de mes tras mes rellenar mi closet con como ya dije antes “nada que ponerme”, gracias a eso estoy actualizada, es un pequeño lujo que me doy por puro fastidio de salir de compras. Y ahora estoy metida a pleno en el mundo de la moda, definitivamente un día de estos tengo que ir con pool a que me de unas clases para no andar tan perdida.
Estoy a tiempo y entro a la oficina, la verdad todavía no entiendo porque tanto glamour.
-Rochi, por fin llegas – me dijo hope apenas me vio entrar.
-hola esperanza, gracias por ayudarme – le respondí mientras observaba como ella me miraba críticamente – estoy bien?? No quise venir muy elegante porque… bueno nose. - trate de defender mi atuendo.
- no, esta bien perfecto para tu puesto. – me respondió con una sonrisa y comenzó a caminar, enseguida camine tras ellas por pasillos y mas pasillos, hasta llegar y detenernos frente a una gran puerta con el logo de la revista. se voltio me miro de nuevo, abrió la puerta y entro, quede paralizada no sabia que hacer, decidí esperar y así transcurrieron unos minutos antes que esperanza se asomara por la puerta y me invitara a pasar. Al entrar quede asombrada por la inmensidad de la oficina, estudie los miles de cuadros de portadas que cubrían las blancas paredes, los estantes llenos de adornos y la gran ventana que deja ver una vista espectacular de la ciudad.
Una voz melodiosa me paralizo, comencé a transpirar, me sentía mareada, todo me daba vueltas, esa vos.
FLASHBACK
-no te vayas mama – le rogué ahogada en llanto, mientras veía como mi madre empacaba.
-tranquila hija, son solo unos día, no es mas que un viaje de negocios – me respondió ella con su inconfundible sonrisa en el rostro, pero yo sabia que no, dentro de mi lo sabia.
Esa mañana me había levantado con la horrible sensación de que algo me faltaba, de que algo se me iba; no logre descifrar la razón del nudo que tenia en la garganta, no podía frenar las lagrimas que salían sin razón aparente de mis ojos, solo podía verla a ella empacar y alistar sus cosas para irse y esa imagen me congelaba y me provocaba un dolor muy profundo, algo totalmente ridículo pues era solo un viaje de negocios de 3 días.
Mi madre mercedes siempre fue una mujer increíblemente bella, era alta y delgada con un cuerpo envidiable y un cabello castaño rojizo claro casi rubio, sus inconfundibles ojos azules y su sonrisa perfecta eran sus rasgos mas hermosos.
Me tuvo muy joven y eso hizo que se convirtiera en mi mejor amiga.
Mi madre mechi, siempre fue un misterio para mí, día tras día veía como sin descanso lidiaba con la responsabilidad de ser la esposa de un empresario tan exitoso como mi padre; iba a reuniones, asistía a fiestas y caminaba de la mano de Bartolomé mi padre como un buen ejemplo ante todos. Su circulo social siempre fue obviamente conformado por las mejores familias del país que la respetaban como si de la primera dama se tratara.
Ella siempre fue mi ejemplo pues aunque lloraba por dentro sonreía por fuera de tal manera que nadie nunca se entero de su sufrimiento, porque ella sufría de eso estaba conciente. Mercedes antes de casarse con mi padre era una simple mucama, trabajaba para mi padre cuando jóvenes, el se enamoro de ella y simplemente se casaron sin importar los comentarios. Vivieron felices y me tuvieron a mí, su única hija; se podría decir que éramos la familia perfecta pero eso no era real y yo lo sabía, mi padre nos amaba pero estaba tan enfrascado en su trabajo que muchas veces aun sin querer nos convertíamos en segundos para el, mi madre la mujer ideal aunque siempre sonreía y estaba lista para todo, no era feliz. Siempre vi a mi madre como un ave enjaulada. Recuerdo que varias ocasiones la miraba subir al gran ático, ella iba directo a un baúl que contenía unas faldas de colores y joyería extraña que nunca le vi usar en publico, se vestía como una gitana; con vestidos largos de estampados coloridos, bailaba al son de una música extraña de flautas. Su bailes con el vientre y las caderas mas la música me hipnotizaba, mirándola así no era extraño adivinar el porque mi padre se enamoro de ella, se veía tan linda y delicada, tal libre y feliz que no lograba entender como podía ocultar esa hermosa mujer de los ojos de el mundo que en ese momento la rodeaba, pero ella lo hacia. Mi madre era una gitana enjaulada en un castillo de cristal, era una hechicera refinada que ocultaba su carácter libre y feroz dentro de una caja de zapatos y se enfrentaba al mundo con una sumisión y delicadeza de muñeca de porcelana.
Ese día, hace ya muchos años, mi madre partió en barco a una reunión, nunca mas la volví a ver.
Fin Flashback
Una vos me saco de eso recuerdos, la misma vos que segundos antes sentí haber soñado, fije mi vista en la persona que me nombraba y pensé caer desmayada, mis ojos se abrieron como platos y necesite recostarme de la pared para no caer.
-mucho gusto soy luz, tu jefa- me dijo con total desinterés extendiendo su manos hacia mi la impresionante mujer que me observaba desde su escritorio.
Me acerque tambaleando unos pasos y estreche su mano, la sensación de su suave y fria piel con la mía hizo que rápidamente retirara mi mano asustada.
Luz era el vivo retrato de mi madre, sutiles diferencias, luz al contrario de mi madre que tenía el cabello castaño rojizo casi rubio liso y sedoso, tenía el cabello negro muy oscuro y ondulado, la piel de luz era de un blanco marfil de esos que solo poseían las mujeres que nunca salían al sol, mercedes aunque su piel era lisa y también blanca su tono de piel tenia un color miel muy suave y sutil que para mi la hacia ver mas hermosa si es que eso era posible. En mi madre nunca falto una sonrisa, su alegría contagiosa la caracterizo hasta la muerte, en luz, la frialdad y seriedad era casi casi palpable. Entre mas la miraba y comparaba menos se me parecía aunque seguía sin irse esa sensación extraña a la que todavía no había podido darle nombre. El rasgo mas significativo sin duda son sus ojos azueles, pensé que nunca mas volvería a ver unos ojos como esos, pero allí estaban frente a mi estudiándome.
- el placer.. es.. mío.. he.. luz.- dude al nombrarla.
- Me alegra que hayas venido – me respondió esta sin ningún tipo de emoción en la vos. Mire como los finos labios de luz se curvaban en una pequeña mueca, el rojo carmín de sus labios me hipnotizo por un momento haciéndome recordar el color chicle que usaba mi madre, otra diferencia sutil.
- Y? tiene el trabajo? – pregunto hope que hasta ese momento no había notado que estuviera presente.
- Si, por favor llévala a su loker – fue lo último que dijo luz antes de regresar a lo que sea que haya estado haciendo antes de que entrara.
Seguí a esperanza por los miles de pasillos de ese gran edificio hasta llegar a un cómodo escritorio cerca de la puerta central.
-bueno, aquí esta – dijo hope con una sonrisa en el rostro mientas señalaba mi nuevo escritorio.
Tiempo después me encontraba recibiendo llamadas y haciendo recados para luz, nada fuera de lo normal.

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