
Capitulo 29
Sabia que iba a ser duro desde un principio, lo supe desde esa llamada en la tarde.
Seque mis lagrimas que el dorso de mi mano y me dispuse a revivir todo lo que había sido mi vida hasta ahora.
Lo primero que saque fue una foto de la cual no me acordaba, en ella aparecía un joven castaño vestido de gala conmigo en, como una fiesta, busque en mi memoria el momento en que esa foto fue tomada y lo recordé, “Enrique Linares” ya sabia quien era y recordaba perfecto el momento.
“flashbacks”
Hace más de una mes que había sucedido ese traumático episodio con simon y como es obvio el glorioso beso con Gastón pero nada mas había sucedido, a partir del día siguiente que vino a trabajar había forjado una muralla entre ambos aun mas resistente que antes, nos tratábamos con cordialidad fingida, odiaba su actitud.
- rochi – me dijo mi padre asomándose a mi puerta – ya tienes todo preparado para esta noche?? - pregunto sonriendo.
Esa noche se celebraba una cena de gala, y mi padre me había pedido que lo acompañara, era costumbre que a los empresarios los acompañara su esposa y después de la muerte de mi madre sabia lo difícil que le resultaba a mi padre llegar a esa reuniones sin acompañante.
- si padre ya esta todo listo, tu dedícate a estar buen mozo – respondí sin apartar la vista del libro que estaba leyendo.
- Querida baja un momento quiero presentarte a alguien – me pidió después de escuchar un recado de Tina. Coloque mi libro en mi mesa de noche y me calce las sandalias, no tenia la menor idea de a quien me presentaría, me mire en el espejo y no me moleste en cambiar los shorts muy poco recatados y la camisa sin tirantes, era verano y yo moría por darme un baño en la pileta.
Al Salir me encontré de frente con gaston y sonreí al notar como me miraba; cuando su vista termino el descarado recorrido se poso en mis ojos y se percato de que había seguido su mirada, otravez compuso ese muro, y su cara fue una mascara de frialdad.
- tu padre te espera princesa - dijo con aparente desden y yo rechine los dientes.
- Mi nombre es rocio y ya me dirigía hacia allá, gracias – respondí con frialdad absoluta y me encamine hacia la escalera, por el espejo de enfrente note que cerraba los ojos como en una mueca y sus labios emitieron un sordo “alguna vez va a ser fácil” pero opte por ignorarlo.
Al entrar a la biblioteca donde se encontraba mi padre me percate de que había un hombre con el, más bien un joven pero no le di importancia.
- si dime padre – dije sonriendo al entrar, el joven se volteo y me recorrió con la mirada, no le preste atención.
- Te presento a Enrique Linares mi nuevo asistente personal. – el joven se acerco a mi y me tendió su mano. Era alto y me recordaba a David Bisbal por sus rizos, con la diferencia de que este personaje los tenia castaños oscuro como de color chocolate, era blanco y con un aire europeo, su nariz era delicada y aristocrática y sus labios eran finos y (hay que admitirlo, muy sexis), sus ojos de un azul claro muy intensos me resultaron encantadores, todo un adonis, nada importante.
- Un gusto- conteste tomando su mano, volteo mi palma y deposito un beso en ella, ese gesto había quedado extremadamente elegante y sexi cuando gaston lo hizo, ahora me resultaba cordial y algo zarpado. – rocio no??- pregunto con una sensual voz a la cual no preste ningún tipo de atención.
- Así es – conteste con una cordial sonrisa.
- El nos acompañara esta noche a la cena- anuncio mi padre.
- Así?? – pregunte con cordialidad, no puedo decir que me importe.- falta poco para eso así que iré a arreglarme- dije intentando zafarme – ya saben como somos las mujeres que tardamos horas- seguí hablando mientras caminaba hacia atrás. Choque con algo, con alguien, alguien a quien conocía muy bien. Me di la vuelta lentamente y comprobé mis sospechas, había chocado con gaston que me miraba con una sonrisa burlona.
- No me cabe duda de que estarás hermosa, aunque supongo que siempre lo eres – dijo enrique con galantería y Gastón lo fulmino con la mirada mientras yo le brindaba una sonrisa solo por regalarme esa expresión en gas.
Al salir al salón me di vuelta para encarar a gaston que me había seguido.
- me parece a mi o no te ha caído muy bien “enrique”?? – pregunte colocándole un poco de coquetería al nombre diciéndolo después de una significativa pausa. Me recosté de la mesa del comedor y tome una manzana para morderla sensualmente, gaston me miro y tenso la mandíbula. – hace cuanto estabas allí mirando?? – volví a preguntar.
- Lo suficiente como para ver sus trillado saludo de presentación al besarte la mano. – reí por lo bajo y no paso por desapercibido su pequeño gesto de disgusto al recordarlo.
- Supongo que cuando lo hiciste tu fue mas galante no?? – pregunte con un tono de burla.
- Pero por supuesto, no hay mejor prueba de ello que el encantador rubor que perlo tus mejillas esa mañana – dijo con suficiencia y yo lo fulmine con la mirada para que no notara la vergüenza - y el cual ni se asomo en esta ocasión con el basto saludo de… Enrique – dijo su nombre con disgusto. Y yo no supe que responder a eso.
- No ha estado mal – hable al final restándole interés – ya veré que tal esta noche. – gaston me miro un largo segundo y rechino los dientes.
- Pues te recomiendo que vayas arreglándote, tu misma lo dijiste, las mujeres tardan años vistiéndose – contesto con sarcasmo.
- Es cierto, pero no cabe duda de que estaré hermosa – dije acercándome a el - aunque supongo que siempre soy hermosa, o no??– pregunte con picardía ya muy cerca – o por lo menos eso fue lo que dijo “el” – termine de decir haciendo énfasis en el “el”.
- Supongo que hay que darle crédito por no ser ciego, eso es algo que no se duda.- ladee un poco la cabeza y rogué que los nervios no me traicionaran,
- Eso no me responde – estaba a centímetros de el – Tu crees que soy hermosa?? – me miro a los ojos y casi imperceptiblemente se acerco a mi.
- Si, lo creo princesa, incluso más de lo que debería – esa respuesta me sorprendió.
- Volverías a besarme gas?? – estaba tan metida en sus ojos que no pensé lo que decía y quise tragarme las palabras cuando caí en lo que dije. Se acero un poco mas mientras me miraba directo a los ojos, el pulso se me acelero y no pude evitar mirar sus labios. Inclino un poco la cabeza hasta quedar a centímetros de mi boca. Sentía su aliento en mi rostro, solo un centímetro más…
- Gaston te necesito en la cocina – escuche llamar a tina a lo lejos, se acercaba al salón, no podía ser mas inoportuna.
- Creo que deberías ir a vestirte princesa – susurro gaston a mi oído haciendo que un escalofrío me recorriera. Y sin más se dio la vuelta y se fue.
Subí a mi habitación con el corazón latiéndome a mil por hora, odiaba las sensaciones que despertaba en mí, lo mejor era mantenerlo fuera de mi cabeza. Me acerque a mi enorme closet, sonreí al recordar lo mucho que me costo que mi padre ampliara mi placar convirtiendo la pequeña habitación contigua en mi almacén, y saque mi vestido dorado, no odiaba usar vestido y usar tacones tampoco me importaba, solo que prefería estar en jeans y remeras.
Pase el resto de la tarde arreglando mi aspecto, sabía aunque no me gustara que las fiestas de este tipo eran más elegantes que la alfombra roja. Me di un baño relajante en la tina, sabia que la noche seria larga y llena de gente careta a quien tendría que saludar con efusiva alegría aunque no recordara ni sus nombres. Con suerte algo de suerte saldría viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario