domingo, 19 de febrero de 2012

Dilema... y un... no hay tal crisis! capitulo 30



Capitulo 30


Mi vestido era dorado, sin mangas, como un corsé lleno de brillos en seda, y una falda de la misma tela un poco mas volada que caía corta y ceñida hasta dos palmas por encima de mi rodilla, unas sandalias de tacón aguja con plataforma doradas y mi cabello ondulado y con forma que caía en cascada por mi espalda hasta mi cintura, brillo dorado en los ojos, con pestañas negras y resaltadas y unos labios rosa chicle con brillo, tanto dorado y brillo encandilaba, pero debía admitir que se veía bien.


Al bajar las escalera note que mi padre no estaba, para mi desgracias o bendición si se encontraban enrique y un poco mas atrás gaston.


- buenas noche caballeros – dije para que notaran mi presencia cuando aun me encontraba arriba de la escalera (había que ponerle un poco de dramatismo) coloque mi mano en la baranda y baje lenta y elegantemente las escaleras.


El primero en acercarse fue el asistente de mi padre, que me tendió una mano para ayudarme a terminar de bajar, vestía un traje gris que no le sentaba nada mal, me miro a los ojos con sus realmente increíbles ojos azules y yo le sonreí con coquetería.

Alce la vista y me encontré con su mirada clavada en mi, vestía un traje negro que me quito el aliento, (gaston venia a la cena??) me miro a los ojos y tuve la sensación de derretirme literalmente.

- estas realmente hermosa – hablo el joven asistente de mi padre, yo ni siquiera recordaba que aún se encontraba allí, me obligue a apartar la vista de gas.

- Gracias he… - no supe como llamarlo.

- Enrique - dijo con una sonrisa compradora – pero podes llamarme Kike si lo deseas. – otra sonrisa seductora.

- Bueno…he… gracias kike – fue lo único que me salio decirle. Kike se acerco peligrosamente a mi.

- Rocio – me llamo gaston con voz autoritaria y una mirada asesina en el rostro, agradecí que me llamara. –

- Si?? – hable acercándome a el y separándome lo mas que pude de kike.

- Es hora de irnos – hablo con frialdad.

- Así es – corroboro mi padre bajando las escaleras – ho!! rocio estas hermosa – hablo al llegar abajo y me abrazo.

- Gracias – dije aun entre sus brazos.


El viaje fue callado he incomodo… fue, realmente un juego de miradas, kike me miraba a mi con una sonrisa seductora, gaston observaba a kike con una mirada asesina, yo miraba a gaston sin ningún tipo de expresión esperando no delatarme y gaston me miraba a mi de tal forma que el pulso se me aceleraba.


Al estacionar dio la vuelta para abrir mi puerta y me sonrío tímidamente al tomar mi mano para ayudarme a bajar, lo había visto arrogante, enojado, frío, jamás tímido y ese salto tan extremo de expresiones me dejo anonadada y algo confundida, tome su mano y me lo imagine así, feliz, divertido, tímido, junto a mi, no pude evitar sonreírle al bajar.


Me coloque a la derecha de mi padre y tomada a el, ambos entramos. Así comenzó la noche.


El protocolo fue sencillo, sonreí y conocí personas a las cuales 5 minutos después no recordaba, mi padre se disculpo conmigo y se retiro a una reunión que tenia con nose cual empresario, mientras yo me quedaba sola disfrutando del champán mirando embelesada el gran salón.


- No hay palabras que describan su hermosura - dijo kike con galantería acercándose - un brindis por usted señorita – anuncio al llegar a mi lado y alzo su copa hacia mi, reí al notar la cara de frustración de otras señoritas de la fiesta que no podía apartar su obvia mirada de el caballero que brindaba por mi. Incline la cabeza con cortesía y bebí un sorbo, ((donde se había metido gaston??))

- Una foto – hablo el camarógrafo oficial de la velada y me sitúe junto a kike, poso una mano en mi cintura y yo reprimí el deseo de patearlo. El flash me deslumbro por un segundo. – hacen una pareja magnifica – escuche como nos halagó el fotógrafo y yo parpadee varias veces de manera rápida para quitar esa sensación de puntos blancos que deja la luz del flash, fue allí cuando vi a gaston justo detrás, ((desde cuando estaba allí??)) se veía, ((triste??)) me miro a los ojos y pude ver dolor que disimulo al cabo de un segundo, se dio la vuelta y salio del salón.

- Con permiso – le dije a los caballero y camine lo mas rápido que tacones de 12cm te permiten hacerlo tras gaston.


Nos encontrábamos en el salón principal del Hotel Inter-Continental uno de los más galardonados hoteles 5 estrellas de la ciudad, gaston caminaba por los pasillos según yo sin rumbo fijo, entro por una puerta y fui tras el, abrí la puerta y mire en su interior… que rayos??





No era una habitación, solo kilómetros de escalera en espiral hacia arriba, me dispuse a subir y maldije al que invento los tacones, cuando por fin tras nose cuantas horas de subir escalones llegue al final donde solo se encontraba una puerta, intente calmar mi respiración ((enserio tenia que hacer mas ejercicio)) abrí la única puerta y salí al frío de la noche, la brisa batía fuerte contra mi pelo y mi cuerpo, lo vi sentado junto al borde mirando hacia el horizonte; la ciudad se veía magnifica aun mas de noche, el cielo estrellado competía con la encendida ciudad que brillaba en toda su magnitud, como un mundo que nunca duerme.


- es hermoso – susurre y el se volteo a mírame.

- Si lo es – contesto volviendo a darme la espalda. – que haces aquí princesa?? Este no es lugar para su majestad – y lanzo una carcajada triste.

- Porque te fuiste así?? de repente… te llame!! – le reproche tímidamente.

- No tengo nada que hacer allá abajo – me contesto cortante.

A su lado descansaba una rosa blanca y recordé haberla visto cuando estaba en el salón, la tenia en la mano. Me arrodille a su lado y tome la rosa, la gire y observe atentamente por un segundo eterno.

- era para ti – dijo con un tono de tristeza y molestia, intento quitármela y la aparte de su camino. Me senté a su lado y mire la ciudad que se extendía ante mi. Mi pulso se disparo, ((el me iba a regalar una rosa!!)), algo en esa ultima frase no me gusto.

- porque “era”?? Porque no me la diste?? – la acerque a mis labios y acaricie sus pétalos con mi boca, su olor dulce me invadió – es hermosa.

Gaston sonrío con tristeza.

- para que iba a dártela princesa??, tienes un rosal en casa!!. – en ninguno momento me miro.

- Pero esta es especial, porque me la diste tú – objete, volvió a sonreír.

- Técnicamente yo no te la dí, tu la agarraste – me corrigió y yo reí.

- Yha, vale, pero tu entendiste lo que quise decir.- el rió.

- Si, princesa pero con que fin te la daba?? no tengo porque dártela, no debería, no corresponde. – su voz se fue apagando.

- No corresponde a que?? Puede no significar nada…

- O puede significar mucho, depende de la intención. – termino mi oración.

- Exacto – me salió.

- Y cual era mi intención??.

- Un gesto caballero – tire al azar, no esperaba mas que cortesía con ese gesto, gas había sido mas que claro en eso, solo quería una relación de trabajo, nada mas.

Gaston soltó una risa ronca.


- ojala – fue todo lo que dijo y yo lo mire sin entender. – rocío, cual era mi intención?? Es ridículo entiendes.

- Que es ridículo?? - estaba mas confundida que al principio.

Gaston se levanto de un salto y yo hice lo mismo mas lentamente aun con la rosa en la mano.

- ridículo es estar perdidamente enamorado de la princesa del cuento siendo un simple plebeyo, ridículo es amar a tu jefa y saber que ella jamás se fijaría en un tipo como yo, ridículo es ver como día a día pasan hombres dispuesto a bajar la luna por ella, hombre capacitados, de su nivel, hombres tan perfectos como ella y rogar con todas mis fuerzas que ella me regale aunque sea una mirada. – Se acerco a mí mientras yo estaba estática mirándolo con ojos como platos - Rocío, ridículo es amarte sabiendo que jamás te fijarías en un tipo como yo. – me quede muda.

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