Capitulo 2
Sugiero que acostemos a la niña y así puedas explicarme de qué demonios
estás hablando-bramó
Gastón, con la boca tensa. Rochi entendía completamente sus sentimientos. Hacía quince
meses Gastón era el prometido de Eugenia. ¡Un pequeño detalle que su hermana pareció
olvidar cuando vio a alguien que le gustaba!
-¿No debería dar el
biberón a la niña antes? -preguntó ella con inseguridad.
-¡Pues no creo! -Gastón
dirigió una significativa mirada a la niña dormida.
Rochi sintió cómo
el calor invadía sus mejillas de nuevo. Normalmente ella siempre tenía todo bajo control, sobre todo
ante Gastón, que siempre era tan competente, Y no se sintió más cómoda con la
situación cuando los dos colocaron a la niña
en su capazo y la taparon. Parecían
un par de padres con su adorada hijita,
por Dios santo... y, teniendo en cuenta el estado estéril de su matrimonio, era algo que nunca ocurriría.
-Hora de un
brandy, creo -murmuró Gastón una vez que dejaron a la niña en la habitación de invitados.
-Voy por mi bata -le dijo Rochi.-Gastón la miró de reojo.
-He visto mujeres
con menos ropa, Rochi -dijo con desdén.
Ella se echó el pelo hacia atrás, levantando
la barbilla con altivez.
-A mí no -replicó.
-Cierto -murmuró
él burlonamente-. Pero eres mi esposa...
Rochi sabía que lo
era. No hacía falta que se lo recordase. Y tampoco que había habido otras mujeres en la vida de Gastón
antes de casarse con ella.¿Y desde entonces...? ¡No! Esos
pensamientos no la llevaban a ninguna parte... excepto a noches sin
dormir, torturándose mientras
se preguntaba si Gastón estaba realmente fuera
por trabajo, o podía haber otra razón, alguien...
Era un aspecto de su matrimonio del que no habían hablado cuando decidieron casarse hacía catorce meses. En ese momento a Rochi no se le había ocurrido hablar de ello, suponiendo que Gastón haría su vida. Pero hacía unos meses que había empezado a pensar en esa parte de la vida de Gastón...
Era un aspecto de su matrimonio del que no habían hablado cuando decidieron casarse hacía catorce meses. En ese momento a Rochi no se le había ocurrido hablar de ello, suponiendo que Gastón haría su vida. Pero hacía unos meses que había empezado a pensar en esa parte de la vida de Gastón...
Porque era un
hombre muy atractivo, y sería ridículo pensar que había permanecido célibe durante su matrimonio. ¡Y
ciertamente no había sido ella con quien había hecho el amor...!
Gastón había
servido los brandys cuando Rochi se unió a él en el salón, donde el fuego encendido animaba la habitación.
Lo que estaba bien, porque la severa expresión de Gastón era de lo menos
alentadora.
-Así que, como era
de esperar, Eugenia ha vuelto a hacerlo... solo que esta vez te ha cargado con su hija -soltó él sin
preámbulos.
-No exactamente -Rochi
bebió su brandy agradecidamente-. Es decir, sí, han traído a Alai, pero no ha sido Eugenia.
Verás...
-No... no lo veo
-la interrumpió él con frío desdén-. Pero tratándose de tu irresponsable hermana, ¿quién ve algo
claro?
Rochi ni siquiera intentó
defender a su hermana gemela. No podía imaginar a dos personas más distintas que Eugenia
y ella; Eugenia recorría el mundo en busca de las últimas primicias, y era raro que pasase mucho tiempo
en el mismo sitio, mientras que Rochi había vivido en Londres toda su vida, dedicada a forjarse
una carrera en el mundo de la moda.No, no podía decir
que comprendiese la necesidad que tenía su hermana gemela de viajes y emociones, pero aun
así era su hermana..
.
.
-Eugenia está en
América -le dijo a Gastón sin alterarse-. La niñera de Alai se casa mañana, y obviamente no podía
cuidarla...
-Obviamente -reconoció Gastón con indignación.
Rochi respiró hondo, controlándose, sabiendo que el enfado de Gastón era justificado. Eugenia iba a oír exactamente lo que Rochi pensaba de ella cuando volviese. ¡Cuando...!
Rochi respiró hondo, controlándose, sabiendo que el enfado de Gastón era justificado. Eugenia iba a oír exactamente lo que Rochi pensaba de ella cuando volviese. ¡Cuando...!
-Pero la niñera me
ha asegurado que Eugenia tendría que volver el lunes -añadió más con esperanza que con seguridad.
-¿Y te ha dejado
aquí colgada con su hija... literalmente? -dijo Gastón mordazmente. Ella frunció el
ceño.
-Admito que es una molestia...
-Admito que es una molestia...
-¡Molestia! -repitió Gastón,
sacudiendo la cabeza irritado-. Teniendo en cuenta que ni siquiera habéis hablado durante un
año, lo encuentro increíble. ¡Aunque ya no me
sorprende nada de lo que hace tu hermana!
-añadió bruscamente.
Consternada,
Rochi se dio cuenta de que a Gastón todavía le importaba. Hacía
quince meses que Eugenia había roto su compromiso sin ninguna consideración,
pero por la amargura que mostraba Gastón, estaba
claro que todavía no había olvidado el insulto. O
perdonado...
¿Y
por qué iba a hacerlo? ¿No era por esa razón por la que Gastón
y ella se habían casado...?
La relación de Gastón con Eugenia había sucedido de forma tan repentina, hacía dieciséis meses, que en la misma cena para celebrar su compromiso fue cuando los dos presentaron a sus respectivas familias. Dado que los padres de ambos habían muerto, Eugenia y Peter representaban a la única familia que les quedaba.
La relación de Gastón con Eugenia había sucedido de forma tan repentina, hacía dieciséis meses, que en la misma cena para celebrar su compromiso fue cuando los dos presentaron a sus respectivas familias. Dado que los padres de ambos habían muerto, Eugenia y Peter representaban a la única familia que les quedaba.
Rochi se había mostrado muy escéptica ante lo repentino de la relación, considerándolo otro de los precipitados, y normalmente desastrosos, impulsos de Eugenia. Pero para su sorpresa Gastón Dalmau había resultado ser exactamente la clase de hombre con que cualquier madre desearía que su hija se casase: rico, muy atractivo, y con una arrogancia que protegía a todos aquellos que estuviesen cerca de él. Y, como futura esposa de Gastón, Eugenia había entrado definitivamente en esa categoría.
El único problema que Rochi había podido ver en la relación era que mientras Gastón poseía un gran control sobre sí mismo, Eugenia, por el contrario, era diez años más joven que su prometido, llena de vida y ganas de divertirse, ansiosa de emociones y aventuras.
Pero los cuatro habían disfrutado de una agradable cena juntos. Peter Dalmau era diez años más joven que su hermano, un fotógrafo que trabajaba por su cuenta para varias revistas conocidas. Físicamente era completamente diferente a su hermano, alto, con el pelo morocho excesivamente largo y unos sonrientes ojos castaños.
Lo que debería haber sido evidente para todos ellos esa noche era que Peter también estaba lleno de vida y ganas de divertirse, ansioso de emociones y aventuras... Rochi se había quedado fascinada con él, con las historias de sus viajes por África en busca de fotografías de animales salvajes. Y se sintió encantada al aceptar su invitación para cenar juntos al día siguiente. Durante un mes había estado cautivada, embelesada con Peter y su forma de ser tan poco convencional. Cada vez que Peter hacía una de sus inesperadas apariciones, ella dejaba todo, incluso su trabajo. Pero todo había terminado bruscamente el día que había ido a visitarlo a su apartamento, ¡y se había encontrado a Eugenia allí con él...!
Rochi
miró a Gastón, recordando muy claramente la
humillación que ambos habían sentido al enterarse de
que sus hermanos habían estado manteniendo una
relación a sus espaldas...
-Debería habérmelo imaginado,
maldita sea -murmuró Gastón para sí mismo. Rochi lo miró perpleja.
-¿Qué deberías haber imaginado?
Gastón parecía que iba a estallar de furia.
-Eugenia me ha llamado y...
-¿Eugenia te ha llamado? -lo interrumpió
Rochi furiosamente.
Lo último que sabía de la amistad entre Eugenia y Gastón era que no se hablaban. ¡Y resultaba que Eugenia lo había llamado...! Él asintió con la cabeza.
-A mi teléfono móvil. Por lo visto ha estado llamando a casa por la mañana...
-Estaba de compras -dijo Rochi, aturdida. Gastón torció el gesto.
-Y es el día libre de la señora
Justina -señaló él-. Eugenia quería saber si íbamos a estar en casa este fin de semana. Le
aseguré que sí -dijo él con aspereza-. ¡No tenía ni idea de que la
razón por la que quería saberlo era porque pretendía dejarnos a su hija!
Bueno, al menos la llamada de Eugenia a Gastón demostraba que su hermana no era tan irresponsable como ella había pensado. ¿Pero qué más significaba...? ¿Era una costumbre que Eugenia llamase a Gastón a su teléfono móvil? A pesar de que era su marido, Rochi no tenía una relación con Gastón que le permitiese hacerle esa pregunta.
-Si no es una pregunta demasiado
estúpida... ¿Quién demonios es el padre?
-bramó Gastón.
La pregunta no era
tan irracional. Dos meses después de que Eugenia rompiese su compromiso con Gastón, porque supuestamente
estaba enamorada de su hermano, Peter y ella también lo dejaron.
Pero ya era
demasiado tarde para Rochi y Gastón... porque para entonces ya se
habían casado... Ella no era impulsiva por
naturaleza, como Eugenia, pero en aquel momento estaba destrozada tanto por Peter, de quien
estaba enamorada, como por el comportamiento de Eugenia. La reacción de Gastón hacia su
hermano y su prometida había sido completamente impredecible... ¡Le había pedido a Rochi que se casase
con él!
La reacción
inicial de Rochi a su proposición había sido de incredulidad. ¡Cómo, después de haber sido herida
tan profundamente iba a querer casarse con nadie! Estaba segura de
que Gastón no hablaba en serio, que solamente era una reacción instintiva ante la traición de Eugenia.
Pero él hablaba muy en serio. ¿Por qué no iban a casarse? Ambos eran adultos, y enamorarse había
demostrado ser una experiencia humillante para los dos. Él ya tenía treinta y
ocho años, estaba bien
situado, y era hora de que tuviese una esposa; y Rochi, tenía éxito, seguridad en sí misma, y era lo
suficientemente sensata como para no volver a cometer la estupidez de
enamorarse. Y ella,
le había asegurado él, ganaría un marido sin exigencias emocionales, que
estaría orgulloso de sus logros, y lo más importante de todo, nunca la haría daño ni la
humillaría como había hecho Peter.
Había sido ese último comentario, un recuerdo brutal de lo ridicula que iba a parecerle al mundo, lo que le había hecho tomar la decisión más impulsiva de su vida y acceder.
Había sido ese último comentario, un recuerdo brutal de lo ridicula que iba a parecerle al mundo, lo que le había hecho tomar la decisión más impulsiva de su vida y acceder.
Gastón mantuvo su palabra, y
su matrimonio fue un éxito. A todos los efectos pareció como si ellos dos hubiesen sido los
que se habían dado cuenta de que habían cometido un error, y lo habían rectificado casándose.
Sí, su matrimonio
había sido un éxito en todo. Hacía tiempo que Rochi se había recuperado del dolor que le había causado Peter a su
corazón. Gastón no tenía la culpa de que
ella hubiese empezado a sentir esa magnética atracción hacia él.
¡Y precisamente en
ese momento, la egoísta y despreocupada de su hermana Eugenia, había dejado con toda
tranquilidad a su hija de seis semanas en su matrimonio!
Rochi sacudió la
cabeza, en respuesta a la pregunta de Gastón respecto al padre de Alai.
-No tengo ni idea -suspiró-. Pero la
niñera no dijo nada de que conociera al
padre -añadió con el ceño fruncido.
-No durante algunos meses, al menos
-soltó Gastón con desdén-. ¡No puedo creer
que fuese tan estúpido como para
creer que amaba a esa mujer! -añadió
molesto consigo mismo antes de beberse su brandy de un trago sin inmutarse.
Rochi hizo una
mueca de disgusto. No podía soportar que Gastón hubiese estado alguna vez enamorado de Eugenia,
pero su feroz reacción ante la última aventura de Eugenia implicaba que todavía
seguía enamorado
de su hermana.
-¿Cómo podéis ser
tan parecidas físicamente y tan
distintas en manera de ser? -añadió él, sacudiendo
la cabeza con incredulidad.
Eugenia era guapa,
cariñosa y divertida, aunque irresponsable. Rochi, como la gemela mayor, aunque solo por
minutos, era más seria, objetiva y segura de sí misma, y dedicada a su carrera
profesional.
¡Y era obvio a quién de las dos encontraba Gastón más atractiva!
Dios, cómo le dolía
eso. ¿Cómo había sido tan estúpida de enamorarse de su marido? Porque eso era exactamente lo
que había hecho.
Rochi se puso de pie bruscamente.
-No creo que
ponernos a criticarla vaya a arreglar la situación -le dijo a Gastón, furiosa,
alisándose su bata gris de
seda.
Gastón torció el gesto.
-Probablemente
tengas razón... ¡Hablar de los defectos de Eugenia podría llevarnos toda la noche!
-En ese caso -dijo
ella fríamente-, sugiero que nos
acostemos... -se interrumpió cuando Gastón la miró
con sus oscuras cejas levantadas especulativamente-. Separados, por supuesto -añadió.
-Por supuesto -dijo él con sorna. Rochi lo fulminó con la mirada.
-Estoy cansada, y
no tengo ganas de aguantar tu retorcido sentido del humor, Gastón -le dijo ella con resentimiento...
porque una parte de ella deseaba que él no estuviese bromeando.
Todo el tiempo que
habían estado hablando, ella había sido consciente de que Gastón estaba desnudo debajo de su batín
de seda negro, y solo el pensarlo la hacía suspirar.
No era difícil ver
la anchura de sus hombros, su cuerpo delgado y bien musculado, y podía ver el vello rubio de su
pecho, y sus piernas desnudas bajo el batín. Solo con mirarlo a Rochi
le temblaban las piernas
con una necesidad que nunca había sentido antes. Con nadie...
-Perdona
-Gastón hizo una mueca, pasándose la mano
por su espeso cabello rubio-. Yo...¿Qué ocurre? -preguntó ante el suspiro ahogado
de Rochi.
Cómo demonios iba a decirle que deseaba acariciarla, yacer en la cama junto a él, mirándolo, besar cada parte de su cuerpo, descubrir el placer que estaba segura que Gastón era capaz de darle...
-Nada - respondió ella bruscamente-. Ya te lo he dicho, estoy cansada -se contuvo cuando él levantó las cejas ante su desacostumbrada agresividad-. ¿Has tenido un buen viaje? -preguntó ella mientras apagaba algunas de las lámparas antes de irse a la cama.
Él se encogió de hombros.
-Una reunión como todas las demás -respondió él con voz aburrida.
-No habrá sido todo
negocios, Gastón -intentó sonsacarlo Rochi.
Seguía preocupada
porque Eugenia lo hubiese telefoneado... ¡Y si era algo que había ocurrido antes!
Él la miró con sus
intensos ojos verdes, sin responderla durante unos instantes.
Rochi se preguntó
si se habría delatado ¿Había sonado como una esposa celosa?
Esperaba que no; era algo que sabía que Gastón
nunca toleraría. Él nunca le hacía preguntas
cuando ella volvía de sus viajes de trabajo, nunca mostraba el más mínimo interés por lo que ella hacía
cuando estaba fuera de casa.
-No, no todo ha
sido negocios, Rochi -respondió finalmente, sin dejar de mirarla con los ojos entrecerrados-. Mucho
trabajar y poco disfrutar, y todas esas tonterías... -añadió burlonamente.
Ella tragó saliva, no muy segura de si deseaba seguir con esa
conversación, pero también sabiendo que era demasiado tarde para echarse atrás.
-¿Y de qué manera «disfrutas» cuando estás fuera de casa, Gastón? -Rochi esperaba que su
tono hubiese sonado desinteresado.
Él se agachó para
apagar el fuego antes de responder. ¿Para que le diese tiempo a pensar algo adecuado?
-He pasado mucho
tiempo en la piscina del hotel -dijo al fin, mirándola desafiantemente.
¡Porque no podía
haber pasado toda las noches en la piscina, y ambos lo sabían!
-Eso debe de haber sido muy agradable
-dijo ella, volviéndose para irse
-¿Esto... Rochi...? -Gastón la detuvo en la puerta.
Ella se quedó
paralizada, y se volvió lentamente. ¿Se habría delatado, después de todo? No
pudo leer nada en la cerrada
expresión de Gastón.
-¿Sí? -dijo ella cautelosamente.
-Espero que no haya inconveniente, pero
he aceptado una invitación a cenar con los D´alessandro
mañana.
¡Rochi no entendía
nada! ¿Por qué Gastón pensaba que podía tener algún problema? Siempre se había sentido
encantada de salir con él. De hecho estaba deseando que saliesen juntos; Gastón siempre se comportaba como
un marido atento en tales ocasiones, y aunque ella sabía que solo era una
fachada, se deleitaba con su cuidado protector.
-¿Alai...? -le
recordó Gastón al ver que ella continuaba con expresión de no entender-. No
creo que sea lo más
oportuno llevarla con nosotros -añadió con sorna.
¡La niña!
-¿Tal vez la señora Justina...? -dijo Rochi
esperanzadoramente.
-Podemos
preguntárselo -Gastón asintió con la cabeza-. Aunque no creo que eso
sea parte de su trabajo.
Rochi sabía que
no. Justina Merarda García era una mujer de cincuenta y tantos
años, que nunca había estado casada. Lo que significaba que no tenía mucha experiencia con
niños, y menos con bebés.
-Hablaré con ella por la mañana -le aseguró Rochi a Gastón-. Pero no creo que le importe.
-No -reconoció él irónicamente-. Cuando
viniste a vivir aquí pensé que tendrías
problemas con ella, pero ha resultado
todo lo contrario. La señora Justina
siempre acude a ti para que le des instrucciones -murmuró compungidamente-. Llena la casa de narcisos porque sabe que son tus flores
preferidas, y prepara las comidas que
te gustan...
-Si eso es un
problema para ti, Gastón, deberías haberlo dicho -intervino Rochi,
sintiéndose incómoda.
-Oh, no es ningún
problema, Rochi -le aseguró Gastón con desdén-. Simplemente me admira el encanto que has
ejercido sobre nuestra antes austera ama de llaves.
No era cuestión de conquistar a la señora; simplemente había tratado a Tina como a una persona, y entre ellas se había creado un lazo de entendimiento que Gastón probablemente no podía comprender.Gastón levantó sus oscuras cejas.
-¿Cómo es que no
has intentado nunca ejercer ese encanto sobre mí...? -le preguntó él roncamente.
Rochi le dirigió una aguda
mirada. ¿Estaba flirteando con ella?
Normalmente se comportaban de manera amistosa y cordial entre ellos. Y rara vez Gastón hacía ningún comentario que traspasase esa línea de amistad, y que pudiese ser considerado como un flirteo. Y sin embargo esa noche lo había hecho más de una vez...
Pero era muy tarde, esa hora de la noche en la que nada parecía lo que era, y Gastón probablemente no había pretendido nada en absoluto con ese comentario. Seguramente la conversación sobre Eugenia lo había instado a ello.
Ella le dirigió una compungida sonrisa.
-¡Probablemente porque sería una pérdida
de tiempo!
-Yo no estaría tan
seguro -murmuró él guturalmente.
-Yo sí -le aseguró
ella, sabiendo lo que él sentía por su hermana.
-¿Por qué no lo
intentas y así lo ves? -la animó él suavemente.
Repentinamente estaba más cerca de ella, aunque Rochi no había sido consciente de que se hubiese movido.
Repentinamente estaba más cerca de ella, aunque Rochi no había sido consciente de que se hubiese movido.
Rochi estaba segura
de que la estaba confundiendo con Eugenia.
-Realmente a ti no... -se interrumpió al
oír el llanto de Alai procedente del piso de
arriba.
-Salvada por la
campana... o en este caso por la niña -dijo Gastón, arrastrando las palabras con
sorna-. Creo que Alai ha
decidido que es hora de comer, después de todo -murmuró irónicamente.
¡Y Rochi no sabía si se sentía aliviada o desilusionada por la interrupción!
Había algo diferente en Gastón esa noche. Estaba ejerciendo un poder sensual sobre ella por el que tendría que estar totalmente desinteresada... ¡Pero estaba muy lejos de ello!
-Tú calienta el biberón y súbelo... yo apagaré las luces antes de subir -le dijo Gastón a Rochi enérgicamente, dándose media vuelta.
Y la atmósfera de intimidad que había surgido brevemente entre ellos se disipó mientras él volvía a su laconismo habitual.Rochi fue a por el biberón a la cocina y corrió escaleras arriba, todo el tiempo consciente de que Gastón seguía en el salón, donde lo había dejado.
Mientras le daba el biberón a
la niña, se preguntó qué había sucedido exactamente entre ellos. Y si había sucedido algo
realmente, o Gastón había dejado que su parecido físico con Eugenia lo engañase...
Tristemente, Rochi
tenía la sensación de que lo último era la explicación...
buenisimo
ResponderEliminarEspero el siguiente capitulo .
ResponderEliminarEsta buenísima
--Cómo te sentís transitando el último año de CA?
ResponderEliminarSiento una mezcla de tristeza y alegría.
--Hay clima de despedida en el elenco?
El otro día, en un ensayo en donde cantamos un tema de despedida, ya hubo algunos lagrimeos. Creo que es parte de todo esto. 4 años es mucha convivencia. Somos como una familia.
--Cuándo termina CA?
Deja de estar en la pantalla en Diciembre, pero las grabaciones terminan a principios de Noviembre. Por ahora ni lo quiero pensar.
--Tenés planes para después de eso?
Hay algunas cosas dando vueltas que están buenas, pero todo depende de Casi Ángeles porque todavía tenemos un disco y giras.
--Y a vos, para qué lado te gustaría llevar tu carrera?
Me gustaría seguir haciendo música y cine.
--Si no hubieras elegido la actuación, a qué tu hubieras dedicado?
Al cuidado de los animales. Biología o veterinaria.
--Cuál fue a mayor alegría que viviste con CA?
El primer Gran Rex
--Y la mayor tristeza?
El último Rex de cada año, porque no sabés si va a haber temporada teatral el año próximo. Ahí me lloro la vida.
--Qué cosas te hacen reir?
Mis amigos y mi perra.
--Qué cosas te enojan?
La injusticia y el maltrato.
--Te agarraste a piñas alguna vez?
No, jamás en la vida.
--Cuál fue el momento más romántico que viviste hasta ahora?
Un viaje a Buzios con mi ex novia.
--Actualmente estas solo?
Si, estoy en la etapa de divertirme un poco. Es que estuve 4 años y 1/2 de novio.
--Cuándo te separaste?
Hace 2 años. Pero como vivo trabajando, conocer a alguien se complica. Sinceramente me cuesta conocer a una chica. Voy de mi casa al trabajo y los fines de semana casi no salgo. Menos ahora que estamos con el teatro. Por 3 meses no voy a salir.
--No te gusta alguien del elenco?
Si, pero no lo voy a decir.
Dame una pista!
Es rubia (risas)
(LAS ENTREVISTA DE GASTON ES OBVIO QUE ESTA ENAMORADO DE ROCHI :D ) (ACA ESTA EL LINK DONDE LEE ESTO: