Dilema... y un... no hay tal crisis!! capitulo 42

-Fue algo hermoso – dije saliendo del recuerdo.

-nos amábamos y eso era lo único que nos importaba – acaricio mi mejilla.

-Nos amábamos – suspire – tiempo pasado – dije casi en un susurro mas para mí misma que otra cosa.

- las cosas cambian –

- Ya lose. – me gire y mire por mi ventana.

Suspire, sabía lo que debía hacer y me dolía.

- Gastón realmente que hace aquí?? – me gire para verlo.

Se lo pensó un segundo eterno.

- Quería regresar a tu vida – respondió perdido en la oscuridad de la noche que se colaba por mi ventana.

- No tiene derecho alguno a pedir eso después de lo mucho que te llore – dije serenamente casi sintiendo que no era yo quien hablaba.

- Lose y no sabes lo que daría por borrar cada una de esas lagrimas. – tomo su cabeza entre sus manos y suspiro – no tengo ningún derecho a hacer lo que hago y aun así lo hago porque… - me miro. – porque aun te amo.

Le sostuve la mirada tan ausentemente como me fue posible. Por mi bien, esas palabras no debían significar nada para mí.

- Todavía te amo porque nunca te olvide, porque… - se paro y comenzó a caminar revolviendo su rubio cabello – no soporto la idea de perderte, de saber que tu vida sigue adelante y yo no estoy con vos.

Me levante lentamente sin apartar la vista de él y sin mostrar la más minina expresión de algo.

- Eso es lo más egoísta que he oído. – solté en voz baja. Mi rostro era una máscara de frialdad.

- Losé – me miro con dolor – sé que es egoísta, se que te he hecho mucho daño, que aun te hago daño, sé que soy un idiota y que… - caminaba dando vueltas por la habitación - me siento tan dividido, tan frustrado, no puedo seguir así. No sabes lo que se siente estar con Kika, pensando en vos. – lo seguí con la mirada, inmune a lo que me decía.

- No hago nada con que pienses en mí estando con ella. – dije restándole importancia.

- Ya lose y te juro que he tenido mil noches de insomnio por esto.

- Gastón no quiero sonar grosera pero mientras sigas con Kika no me interesa en lo más mínimo - todo lo que me decía me tenia al borde de las lagrimas, no quería más que lanzarme en sus brazos y besarlo hasta morir pero estaba cansada de que me viera vulnerable, triste y sola, debía ser fuerte y no caer en sus brazos. Basta, estaba harta.

- Me doy cuenta que no te interesa lo que te estoy diciendo. – dijo mordaz.

- No te atrevas a enojarte conmigo – lo rete alzando un ceja – hasta que no blanquees lo que te pasa no te atrevas a exigir que me importe tu sufrimiento, mucho menos cuando estas consciente de lo mucho que yo he llorado por ti.

Vi como mil pensamientos se arremolinaban en el, iba a responder algo y luego cambiar su respuesta, al fin me miro y soltó.

- Qué te pasa?? –

- Qué me pasa de qué?? – pregunte siendo mordaz.

- Desde cuando te dio por ser esto?? – solté una carcajada para nada alegre.

- Esto?? Que se supone que soy ahora?? – entrecerré los ojos esperando una respuesta.

- Tan fría y distante, vos no sos así. – me señalo y yo avance hacía el.

- Soy así, soy lo que vos dejaste, estoy harta de que la gente me crea débil y frágil. no lo soy. – el dolor se convertía en rabia.

- Ya sé que no sos frágil eso lose perfectamente pero antes…

- Y antes un comino – lo interrumpí – antes, era antes. Hoy no me interesa escucharte porque estoy demasiado ocupada recordando cada lágrima derramada por tu culpa.

- Así que es una venganza – me gire e intente calmarme.

- Por dios Gastón no seas ridículo, que se supone que es una venganza el que siga adelante?? El que ya no me importe tu dolor.?? – me gire y lo encare – si me importa tu dolor, pero eso no va a detenerme, vos te fuiste y yo voy a hacer lo mismo.

- A donde pensas ir??- pregunto arrogante.

- A donde mi gana me dé, francamente no tienes derecho a preguntarme y exigir que te responda.

- Vamos a tener un hijo – recalco.

- Y piensas que lo olvide?? Soy yo quien lo lleva en el vientre.

- Al parecer lo que olvidas es quien es el padre.

- Vos lo sos y como te dije la noche en que te enteraste, eso no va a cambiar nunca.

Suspiro y volvió a sentarse.

- Esto no está saliendo como esperaba. – y que esperaba?? – discúlpame.

Lo mire un segundo.

-sos un pendejo gaston – la rabia y el dolor me consumían – y yo también soy una pendeja en eso somos iguales.

- sabes qué?? – Se paro efusivo - Si, soy un pendejo. Soy un pendejo por pensar que siempre estarías allí para mí.

Volví a reír, fue una risa fría y amarga que me quemaba la garganta. Sabía que reía para no romper en lágrimas. No de nuevo.

- Esperabas que me quedara a llorarte el resto de mis días?? – di un paso hacía el – esperabas que te esperara mientras eras feliz con Kika?? – el veneno me quemaba – enserio pensaste que tenias algún tipo de derecho en venir a reclamar cualquier cosa??.

- No sé lo que esperaba pero sin duda no era esto.

- Y qué rayos se supone que es esto?? – empezaba a perder el control – una rochi fría y distante??Gastón te fuiste con Kika, y lo recuerdas tan bien como yo cuando te dije que si te ibas no quería que regresaras. Me destruiste, fuiste y sos hasta ahora el único hombre que he amado, te convertiste en mi todo y me traicionaste. Sabes el dolor que me causaste?? –

- Yo… -

- No tiene ni idea, te di todo de mí y te fuiste con otra. Maldita sea!!. – golpee la mesa con la mano he ignore el dolor. – No voy a mentirte y decir que te olvide, no lo he hecho pero no pienso seguir persiguiendo un fantasma irreal, me canse de esperar que regreses, te extraño y lo sabes, te amo pero en este momento te juro que estoy entendiendo que mas me amo a mi misma y al bebe que llevo en mi vientre, no puedo seguir esperando por vos, no quiero seguirlo haciendo porque me hago daño entendes??

Una lagrima solitaria rodo por su mejilla y mi mundo se vino abajo, el no podía tener tanto poder en mi, era injusto. Le di la espalda para intentar calmarme.

- Que nos estamos haciendo gas?? – mi voz sonó débil, las piernas me fallaban.

- Que nos estamos haciendo?? – repitió y yo me gire para encararlo – que te estoy haciendo rochi??

Lo observe completamente muda.

Los segundo pasaban y ambos seguíamos en silencio cada quien en su mundo.

- Es difícil decir adiós – hablo con voz ronca y yo lo mire a punto de quebrarme.

Lo sabía, este era el final de toda nuestra historia, cada recuerdo lo conservaría como una joya preciada en mi alma, pero toda historia tiene un final y este era el final de la nuestra.