La casa de eugenia está tranquila y vacía, y me quedo de pie
vacilante en la cocina mientras revisa sus mensajes.
No puedo creer que gaston este viniendo. No puedo creer que yo
esté aquí. ¿Por qué una vez estuve de acuerdo con esto de nuevo? Porque
quiero verlo. No estoy aquí por eugenia. Estoy aquí por mí, y soy terrible.
Soy terrible y ninguna clase de amiga en absoluto y yo… No puedo evitarlo.
Todavía quiero verlo. eugenia cuelga el teléfono —¿Qué pasó cuando comprobaste tus
mensajes? —le digo. eugenia frunce el ceño.
—Oh, lo de
siempre. Mamá está trabajando hasta tarde y, por cierto, piensa que parezco que
le he puesto un poco de carga, y papá no llamó —suspira y suavemente patea la
parte inferior del horno con un pie—. ¿Por qué mis padres me odian? —No te odian —le digo—. Tu mamá es…
es cómo es, y tu papá ¿no siempre está lejos si parece que habrá otra cosa
legal? —Siempre
hay otra cosa legal —dice eugenia—. Soy como este hueso que él y mamá luchan
por conseguir. A veces pienso que podría ser un perro o un jarrón y todavía
actuarían exactamente igual —me mira—. Y no miento y digo que no es verdad. —Saben que no eres un perro o un jarrón —digo
y no estoy mintiendo. Creo que los padres de eugenia saben que existe y que es
su hija. Sólo que no creo que a ninguno de ellos les importe. No es importante
para ellos, como debería ser, y sé que es muy duro para ella. Me acerco a donde
está de pie y le pasó un brazo alrededor de ella. —Eres mejor que ambos. —¿Tú crees?
—Totalmente. —Nunca
trataría a mi hijo como ellos, cuando tenga hijos, los hare quererme más que
nada. —No
tendrás que hacerlos quererte, eugenia. Simplemente lo harán —No, a veces tienes
que hacer que la gente te quiera
—No puedes hacer que alguien te
quiera. —Por supuesto que puedes. Solo sé lo que ellos
quieren que seas y, eventualmente, lo harán. —Eso
es… —horrible, quiero decir, pero la mirada en el rostro de eugenia, una mezcla
de rabia e impotencia, me detiene
—. Pero ¿qué pasa con ser una misma? —¿Qué
tiene eso de bueno? —dice—. Quiero decir, mírate. Eres pequeña y tranquila, por
lo que los chicos nunca se enteran de ti. Eso es porque son estúpidos y sólo
piensan en apariencias y cosas, por supuesto, pero aún así. —De
acuerdo —digo, ofendida, y mi voz se quiebra.
—No estés triste", Dice eugenia—. Sera diferente con
el tiempo, estoy segura de eso. Además tus padres te aman de una manera
locamente impresionante, y sabes que te quiero. Si pudiera tener una hermana,
serías tú totalmente, pero me gusta pensar que ya somos hermanas. ¿No crees
eso? —Sí
—digo, pero me pregunto si hay hermanas allí donde una se siente como si fuera
una sombra de la otra. Si hay una chica con una hermana que a veces la hace
sentir como nada. —Oh
mie*rda, gaston estará aquí pronto —dice eugenia—. ¿Esperas aquí abajo y lo
dejas entrar por mí? Tengo que ir a prepararme. —Pero
te ves genial —digo, aterrada. Quiero
verlo, pero ¡no quiero estar a solas con él! —Tengo que parecer perfecta —dice—. Todo
lo que tienes que hacer es hablar con él durante unos minutos. —eugenia…
—Está
bien, no hables. Sólo haz los deberes con él. Puedes hacer eso, ¿verdad? Vamos
a hacer los deberes esta noche de todos modos. —eugenia
—digo de nuevo, pero corre escaleras arriba gritando —: Tú
eres más grande que nunca, rocio —y sé que nada del cohibido gaston yendo
arriba conseguirá que baje antes de que esté lista.
Agarro mis
deberes y trato de averiguar dónde sentarme. ¿En el extraño banco pequeño de la
puerta principal? No, porque entonces se verá como si estuviera esperándolo y
yo… Bueno, la cosa es que lo hago.
Quiero que se den otro beso y estén juntos y Eugenia este con nico!!!!
ResponderEliminaray me encanta la novela ya kiero k esten juntos espero el siguiente pronto besoss
ResponderEliminarcada vez me cae peor euge... tiene cero personalidad la mina.. y con Ro me da rabia.. q se deje de joder y se oponga a eu... quiero a gas YAAA
ResponderEliminar