Capitulo 71
Consiguieron salir de la habitación sin desvelar sus
sentimientos. Cosa que les costó muchísimo a ambos. Bajaron por las escaleras
cogidos de la mano. Y por primera vez en mucho tiempo, estaban seguros de estar
junto a la persona que mejor los conocía del mundo. Se sentían felices y
seguros. Como cuando eran pequeños y dejaban de lado a sus compañeros para
estar juntos. Nadie era más importante.
- Pareces una princesa bajando por las escaleras –admiró
Gaston, viendo como el largo del vestido se esparcía a su alrededor.
- Es que lo soy -bromeó ella con una sonrisa dulce.
Llegaron hasta la sala donde les esperaban sus hermanos.
Gimena y Nicolas ya se había ido. Se pararon frente a ellos y su pícaro hermano
comenzó a silbar bromista.
- Sí que os habéis tardado ¿Me estabais haciendo tío? -se
burló el italiano, palmeando su hombro.
- ¡Cállate! Me estaba dando su regalo -explicó Gaston
enseñándole las entradas.
- ¡No! -gritó Peter quitándoselas de las manos-
Definitivamente, quiera una novia como la tuya.
- ¿Y a ti? -preguntó María a Rocio, ignorando a su hermano
emocionado- ¿Qué te ha regalado?
- Esta pulsera -señaló Rochi, mientras los hombres seguían
emocionándose con el que sería el partido del siglo.
- Es preciosa -afirmó la chica y después miró a sus
hermanos- Son como niños.
- ¡Peor! ¡Son hombres!
Las chicas se rieron mientras arrastraban a sus acompañantes
hasta la puerta. Ellos no dejaron de hablar del mismo tema una y otra vez. Juan
Pedro intentó convencer a su hermano para que le invitase a ir con él. Y aunque
no lo hubiesen hablado, él tenía la esperanza de ir con Rochi.
Llegaron a una fiesta bulliciosa. Y, por una vez, Gaston no
se molestó que todos se girasen para mirar a la belleza que iba de su brazo. Si
uno se atrevía a acercarse era otra cosa. Pero que la mirasen no le importaba.
Él sabía mejor que nadie que era la más hermosa del lugar. Y, al menos esa
noche, era toda suya. No importaba que todos la deseasen porque ella no se
alejaría de él.
¡De acuerdo, sí estaba celoso! Pero no estropearía la noche
demostrándolo. A no ser que algún id¡ota se atreviese a intentar algo. Entonces
lo mandaría al hospital y pediría misericordia después, hasta que a ella se le
pasase el enfado.
- ¿Y esa mala cara? -preguntó Rochi, observando como el rostro
amado se retorcía con cada pensamiento.
- Nada -disimuló él, con una sonrisa- Este lugar está muy
oscuro. No se ve nada.
Rochi miró a su alrededor y observó la tenue luz de miles de
pequeñas lámparas de colores esparcidas por toda la amplia sala. La diversidad
de atuendos, la mayoría muy llamativos. Las risas y la música inundaban el
lugar. Era perfecto. Todo estaba tan animado como su feliz corazón. Un fiel
reflejo de como se sentía. Y además, no tenía que ocuparse ella de que la
fiesta fuese un éxito. Podía relajarse y disfrutar. Y teniendo a Gaston a su
lado, eso sería muy fácil.
Rocio sonreía ante las expectativas de la noche cuando Peter
se les acercó.
- Bueno -dijo el joven frotándose las manos, como un
hambriento ante su festín- es momento de que nos dividamos. Sentiros como en
casa que yo me encargaré de encontrar quien me arrope.
- ¡Ag! Ahórrate detalles -rogó Rochi asqueada- Ve en busca
de tu victima ahora que están borrachas y vulnerables.
- Graciosa -gruñó Peter antes de irse hacía una exuberante
rubia.
La pareja observó como el italiano hacía reír a la muchacha
y se marchaban muy acaramelados. Rocio sacudió la cabeza con desaprobación y
miró a Gaston, como si fuese una copia del depredador que acababa de marcharse.
- Hay que reconocer que es rápido -concedió Gaston con una
sonrisa.
- Los hay mejores -replicó ella, con una mirada que le decía
que se refería claramente a él.
- Yo no soy así -protestó el chico ofendido- Admito que no
he sido muy formal en mis relaciones. Pero nunca me he ido con la primera que
se me ha pasado por delante -se interrumpió para meditarlo- Quiero decir, que
sí, puede que no haya sido muy selectivo, pero nunca las he engañado.
- Gas -dijo Rochi rodeándole los hombros con un brazo, en un
gesto fraternal- Te recuerdo que me conozco tus líos amorosos mejor que tú. A
diferencia tuya, yo me sé los nombres de todas las mujeres con las que has
estado. Al menos, de las que has conocido en nuestro círculo de amigos.
- Yo también los recuerdo -bramó indignado.
- ¿En serio? -preguntó ella risueña- ¿Cómo se llamaba la
prima de Daniela con la que estuviste una semana encerrado en su casa de la
playa el verano pasado?
Gaston se paralizó.
No sabía que le conmocionaba más, el darse cuenta que de verdad no recordaba el
nombre de la chica o el hecho de estar hablando de ello con Rocio. No debería
extrañarle que ella supiese lo que pasó ¡Cielo santo, él mismo se lo había
contado! Pero no era a su amiga, la que conocía todos sus escabrosos secretos,
a la que veía frente a él. Sino a la mujer que amaba. Y por mucho que confiase
en ella y el tema del que hablasen fuese pasado, le resultaba imposible
sentirse cómodo en la conversación. Tras años sin importarle que ella pensase
mal de su vida amorosa, ahora su único pensamiento era dejarle claro que no era
ningún patán desconsiderado. Él podía amar y hacer feliz a una mujer. La amaba
a ella. Y deseaba más que nada hacerla inmensamente feliz.
- No soy ningún bastardo que vaya de una mujer a otra sin
consideración hacía ellas -afirmó a la defensiva.
- No era una critica -aclaró la chica, agarrándolo del brazo
y caminando hacía algún lugar menos ruidoso- Pero me parece absurdo que finjas
ser lo que no eres.
- ¿Y qué soy, según tú? -preguntó él, parándose en seco.
- Un chico que ha aprovechado su atractivo para satisfacer
todas sus necesidades -explicó Rochi, encogiéndose de hombros, sin darle
importancia- Todos lo hacemos, si se nos da la oportunidad.
Debería aliviarlo saber que ella no lo juzgaba. Pero no era
id¡ota y sabía que tras ese argumento estaba explicito que ella había
disfrutado de esa ventaja tanto como él. Y lo enfurecía pensar en todos los
hombres que habrían tenido la fortuna de acapararla en su cama. No, no le
gustaba nada esa idea.
- ¿Hay muchos nombres que tú no recuerdes de tu lista?
-preguntó Gaston irritado.
- La verdad es que sí -admitió Rochi, ignorando el ceño
fruncido del chico- Suelo no escucharlos en exceso para no involucrarme más de
lo necesario.
- ¿Por miedo a enamorarte? -quiso saber sin pensar en que
podría descubrirse ante ella.
- No -respondió la chica sin percatarse del interés de la
pregunta- No me gusta hacerme amiga de ellos porque después me dan pena cuando
los tengo que dejar. O aun peor los tengo que soportar cerca. Siempre es mejor
no relacionarse con alguien cercano.
Rocio se arrepintió de sus palabras en cuanto salieron de su
boca. Quería hacerle saber que nunca había estado con ningún amigo o compañero
de trabajo. Que nunca había tenido nada serio con ningún hombre. Pero en lugar
de eso le había dado un argumento para que se alejase de ella ¡Era una mald¡ta
estup¡da! ¿Cuando aprendería a mantener la boca cerrada? Era novata en esto de
preocuparse por los sentimientos de un hombre. Y tenía que admitir que era
realmente difícil no herirlos cuando toda su vida lo había hecho como pura
diversión. Bajar la autoestima de un hombre y darle a entender que no le
interesaba era el juego que más la divertía a la hora de conquistar a un
hombre. Y ahora tenía que hacer que él supiese que era alguien especial ¡Era un
asco estar enamorada!
- Quiero decir que es más fácil tener algo sin importancia
con alguien que no conoces -rectificó la joven- Si es alguien cercano es más
probable que te preocupes por él y la relación sea más formal.
- Y no deseas eso -dijo él con un brillo en los ojos que Rochi
no supo descifrar.
¿Era una pregunta o una afirmación? ¿Intentaba mantener una
conversación o...? ¿Estaba proponiéndole algo? ¿Una relación? ¿Con él? ¡No, no
era posible! Se estaba dejando guiar por la maravillosa noche que estaban
pasando. Él no querría estar con ella de esa manera. No la amaba.
Se habría hundido en su autocompasión si no fuese porque su
cuerpo estaba demasiado ocupado en atender a todos los estímulos que le
brindaba el potente cuerpo bajo el traje de chaqueta ¡Estaba hermoso! Y si a un
hombre se le podía llamar "hermoso" sin duda, era a él. Era la
personificación de la sensualidad y misterioso poder de atracción.
- Yo... pretendo que cuando tenga un novio -fingió
atragantarse con la palabra y le sonrió burlona- Cuando llegue el hombre capaz
de soportarme no será un desconocido al cual no valore. No he estado con ningún
amigo porque creo que para estropear una amistad tiene que haber un buen motivo.
Y si no es amor, es desperdiciar una amistad.
- Entonces, nunca has estado enamorada -dijo Gaston vacilante.
Al no obtener respuesta insistió- ¿Y?
- ¿Qué? No has hecho ninguna pregunta -afirmó aliviada de no
tener que contestar.
- De acuerdo -aceptó el muchacho, reprochándose por no haber
sido más sutil y haber preguntado sin descubrirse- Entonces ¿sí serías capaz de
reemplazar una amistad por amor? Y por si te cabe alguna duda, es una pregunta.
¡Oh, sí, era una pregunta! Y ni siquiera ella era capaz de
ignorar las connotaciones que el interés por la respuesta implicaba. Él estaba
interesado en algo más que una amistad. Y no era sexo a lo que se refería.
De repente el lugar se volvió muy pequeño y agobiante. Y a Rochi
le costaba horrores respirar. Tenía que responderle. Y aunque la respuesta no
la comprometería, el saber que él no escondía su interés por ella la
desconcertaba ¿Por qué se estaba planteando una relación con ella? ¿Estaría
intentando compensarla por todo el daño hecho?
"¡No! Nada de autocompasión esa noche", protestó
una vocecita en su cabeza. Si él se exponía ante ella, ella haría lo mismo.
- Sí -balbuceó Rochi e intentó pensar en una explicación.
Gaston tomó esa aceptación como la respuesta a todos sus
deseos. No se había planteado que pudiese estar siendo tan obvio ante ella. Y
realmente le daba igual. Estaba harto de ocultar lo que sentía. A ella y a si
mismo. Ya ambos sabían lo que él sentía. Y por si a ella le cabían dudas, la
cogió por la cintura y antes de que pudiese decir nada la invadió con un
apasionado beso.
Rochi fue incapaz de pensar o asimilar nada en esos
momentos. Solo sabía que los labios más pecaminosos que había conocido nunca
estaban obrando milagros sobre los suyos. Sin darse cuenta de lo que hacía, lo
abrazó por el cuello y le devolvió el beso.
La hambrienta unión fue deshecha por Gaston. Sin soltarla ni
alejarse de ella un centímetro, resopló contra sus labios.
- Me voy a tener que hacer a la idea de que voy a pelearme
con todos los hombres del planeta que se atrevan a mirarte -bromeó Gaston con
una sonrisa tierna en los labios, mientras le acariciaba la nariz con la suya.
Ella entendió lo que quería decir aquello. No eran
necesarias más palabras ¡Estaban juntos! No de una forma temporal o sexual. Él
quería algo más. Quería estar junto a ella. Y ella lo deseaba más que nada en
el mundo.
- Cariño -dijo en tono burlón- hace años que te lías a
golpes con cualquiera que se me acerca -aclaró ella antes de echarse sobre sus
brazos y perderse en un devastador beso.
Fin Capi…
*Mafe*
Me ha encantado no puedo esperar al siguiente capitulo date prisa por fa!!!!
ResponderEliminarmuy bueno el cap
ResponderEliminarMe encanto el cap espero que subas pronto otro cap son muy lindas tus novelas !!!
ResponderEliminarAME EL CAPITULO!!.. Por fin, por lo menos le dio a entender que quiere estar con ella!!! ajajajaja... espero el proximo!! Besotes Mafee!! :)
ResponderEliminarAAAAAAAAAAAAAAH! genial genial!.. quiero más capitulos así, basta de peleas por un teimpito al menos! jajajaj
ResponderEliminarhay sos grosaa.. ame este cap no puden ser mas dulcess-s--- son divinosss... me encanta--- ya espero el siguientee
ResponderEliminarAAAAAAAAAAAH SISISISISISISI FINALY SIIIIIII QUIERO MAAAAAAAAAAAS :D AME ESTE CAPITULO <3
ResponderEliminarMOTHER OF GOD! Aslkhhgdfhs, que capitulon, me encanto, quiero saber que va a pasar, me quede media tonta leyendo, jajaja. Espero el proximo:)
ResponderEliminarNo seas wacha Mafe y entrega el capitulo q sigue!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar