La llegada a casa fue un caos. Cande y Vico los esperaban
impacientes, con miles de preguntas y reproches por no haber tenido contacto.
Ellos intentaban contactar con sus padres para informarlos de que estaban sanos
y a salvo, en el departamento de Rochi. Y Candela no dejaba respirar a su
amiga, con un apretado abrazo, al enterarse de la nueva relación.
- ¡No me lo puedo creer! ¿Estás hablando en serio? -preguntó
Cande, por decimoquinta vez, desde que se lo había contado.
- Sí Cande -repitió de nuevo la chica, cogiendo una bandeja
con algo de comida- Nada de fingir, ni juegos ¡Estamos juntos!
Su amigo chilló y saltó de alegría de nuevo y la volvió a
abrazar. Mientras Rocio hacía malabares para no caer la comida, los chicos
entraban en la cocina.
- Amor, deja respirar a Rochi -pidió Victorio con ternura.
- Estoy tan feliz -dijo la chica, mirando a su amiga e
ignorando a su novio- Sabía que estaríais juntos. Por muy cabezotas que os
pusieseis fingiendo que no sentíais nada ¡El amor siempre vence a la
cabezonería!
- ey -protestó Rochi, mirando a Victorio- te la dejo una
semana ¡y me la vuelves fresa!
Gaston abrazó a su bromista novia, sin dejar de reír. Era
muy fácil enfadarse con ella si te tomabas en serio lo que decía. Pero para
aquellos que la conocían, era imposible ¡Nunca hablaba en serio! Era cristalina
para él. Sabía que de verdad pensaba que todo aquello era una cursilería. Pero
también sabía que sus sentimientos hacía él eran reales. Y cuando ella sonreía,
era incapaz de razonar. Solo deseaba complacerla en todo lo que quisiese.
Pasaron el día juntos, pese a que Gaston no cesaba de
quejarse. La quería solo para él. Pero concedió porque ella aceptó que él
siguiese con su rutina de dormir juntos. Incluso sugirió que llevase algo de
ropa al departamento. Pero él se negó a alejarse de ella. Irían por sus cosas
cuando ella pudiese acompañarlo. Y ese no sería el día porque Candela la tenía
envuelta en cotilleos, de todos los conocidos de la ciudad. Además, acabaron
planeando los últimos detalles de la gran fiesta. Al parecer habían surgidos
algunos problemas en su ausencia. Y Rocio estaba concentrada en su
conversación. Por lo que Gaston resignado tuvo que prestar atención a su amigo.
- No pareces el mismo -afirmó Victorio risueño- Babeas con
solo mirarla.
- Eso también lo hacía antes, solo que ahora no disimulo
-aclaró él con una gran sonrisa.
- ¿Qué milagro paso en casa de tu madre? -preguntó el chico
curioso.
- Conocí a mi verdadero padre y reconocí estar enamorado de
mi mejor amiga ¡Lo normal en un viaje! -se mofó Gaston, riéndose de la cara de
su amigo.
Le contó más detalladamente lo ocurrido con Nicolas y sus
hermanos. Candela, cedió su charla para enterarse del chisme y la retomó al
terminar. Los chicos rieron ante la imagen de sus novias poniéndose al día de
sus vidas. Solo habían pasado una semana separadas y parecía que tuviesen años
que explicar. Victorio volvió su interés por el cambio de actitud de su amigo.
- Entonces ¿la amas? -quiso saber, serio.
- Creo que siempre lo he hecho. No quería ver lo que tenía
delante por miedo a que si la veía como una mujer, de verdad se convirtiera en
una de ellas. Y como tal se enamorará de un hombre ¡Uno que no fuese yo!
-admitió cabizbajo- No sabes lo que siento cuando la imagino con otro.
- ¿Ahora te vas a poner en plan celoso? -preguntó Vico bromista.
- ¡No! -exclamó Gas, riendo- Yo la conozco bien. Sé que
nunca haría algo así. Si está conmigo es porque quiere. Y si quisiese estar con
otro, me lo haría saber sin dudar. No es de las que anda a dos bandas por
inseguridades.
- Sí. De eso no te puede caber ninguna duda -dijo Victorio
con media sonrisa.
- Nunca hemos hablado de esto pero... -comentó Gas inseguro-
¿Ustedes por qué lo dejaron?
- ¡Se besaron! Y como tú has dicho, no está con uno cuando
quiere estar con otro ¡Y te puedo asegurar, que quiere estar contigo! -afirmó mirando
a las chicas- Ambos hemos encontrado lo que nunca pensamos encontrar. Nuestra
relación solo fue una diversión. Quiero decir, que no fue nada importante -se
corrigió al ver como se ensombrecía el rostro de su amigo- Compartíamos la
misma visión cínica de la vida.
- ¡Yo no soy así! No creía en el amor, por razones
equivocadas. Pero en el fondo, siempre quise una familia -explicó Gaston, con
tristeza.
- Por eso hacen tan buena pareja. Lo que a mi me enamoró de
Cande es esa mezcla entre inocencia y picardía -aclaró el joven mirando con
adoración a su novia- Es inteligente pero no ve la malicia en las cosas que le
rodea. Rochi se fija en las espinas de una rosa, Cande en su olor. Cada una es
como es. Tienen su encanto. Pero mi Candela es única.
- Si dices que estás enamorado nadie te cree -afirmó con
sarcasmo Gas- Cande es adorable, es verdad. Pero mi Rochi eclipsa al mundo sin
proponérselo.
Durante el resto de la noche los chicos siguieron alabando
las virtudes de sus novias mientras estás los ignoraban para hablar de los
últimos romances conocidos.
Una vez se habían ido sus amigos, Rochi y Gas pudieron
abrazarse y relajarse al saber que por fin estaban completamente solos.
- He estado pensando en algo -comentó Gas, acariciándole la
cintura con los pulgares.
- ¡Que peligro! -bromeó la chica, aferrada a su cuello-
Sabes que hacerlo en exceso te puede perjudicar. No estás acostumbrado. Tienes
que empezar por pensamientos simples y de ahí ir avanzando.
- ¡Graciosa! -protestó pellizcándole el trasero- Quería
comentarte lo de mi nuevo depa.
- ¡Ahm! ¡Tu dirás!
- Pensé que ya era hora de independizarme. He empezado a
trabajar, algunas horas a la semana con mi padre. Y cuando acabe el año
estaremos licenciados y será un trabajo fijo -explicó Gas, divagando.
- Ventajas de ser el hijo del dueño de la empresa -bromeó la
chica sin alejarse de su abrazo.
- Lo que quiero decir -retomó el tema, inseguro- es que
pronto tendré el depa a mi disposición. Seré el dueño, lo compré con mis
ahorros.
- Está claro que a los niños ricos la paga le llega para más
que a los de clase media -se mofó Rocio de nuevo.
- ¡Rochi! -suspiró el joven dándose valor- Lo que intentó
pedirte es que dejes este depa de alquiler y te vengas al mío.
- ¿Me estás pidiendo que vivamos juntos? -preguntó Rocio
sorprendida.
El valor desapareció por completo en Gaston. Quiso excusarse
diciendo que ellos, como amigos, siempre habían comentado que vivirían juntos.
Pero eran pareja y él no deseaba compartir una vivienda ¡Quería un hogar! Saber
que ella estaría en casa cuando llegase, o esperarla ansioso a que ella
llegase. Quería tenerla a su lado el mayor tiempo posible.
Rochi lo miraba como si lo viese por primera vez en su vida
¿Quería vivir con un hombre al que amaba tanto como para destrozarla si la
dejaba? Aquella relación perfecta empezaba a tener lagunas. Ella lo último que
deseaba era atarse más a él. No soportaría otro abandono. Pensar en crear una
nueva vida a su lado para que después se destrozase de nuevo, fue como si le
clavasen miles de alfileres en el corazón.
- Piénsatelo ¿sí? -dijo Gaston comprensivo.
La besó tiernamente y se encaminó hacía el dormitorio,
dejándola inmóvil, en medio de la sala ¿Podía darse en cuerpo y alma a ese
hombre sabiendo que la acabaría dejando?
Fin Capi…
*Mafe*
me encanto la nove, muy buenas novelas las que suben.
ResponderEliminarsuban mas seguido
Muy buena, media corta eh! jajaj.. subi más rápidoo! muero de la intriga, igual espero que sigan asi de bien por varios cap mas!! beso.
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