miércoles, 28 de noviembre de 2012

Antes y Despues de Odiarte capitulo 37


No supo ver los pequeños cambios que se sucedían con un encuentro tras otro, unas caricias tras otras. Unos besos tras otros.
Poco a poco fueron desapareciendo las veces en las que la poseía como un animal herido y se iba casi sin despedirse. Lo que comenzó siendo para él un desahogo rápido, se fue transformando en noches enteras de caricias que no siempre buscaban la finalidad del sexo. Ni el desapego de él en cuanto desaparecía el orgasmo, ni la preocupación de ella en no dar ni pedir más de lo que él quisiera, impedían que durante el sueño sus brazos y piernas se enredaran y sus cuerpos descansaran el uno en el otro.
Pero el tiempo y la repetición convierten en cotidianas las cosas más extrañas.
Gaston, que se fue impregnando de ella como esperaba, no llegó a saciarse como pretendía. Su cuerpo y su alma fueron necesitando cada vez un poco más de ese alivio que solo ella les daba. Y terminó disfrutando de las noches para arrepentirse y martirizarse durante los largos días, mientras no la tenía cerca.
—¿Quieres manzanilla, melisa, jazmín, té verde? preguntó Rocio, una de esas noches, después de casi dos semanas de ardientes encuentros, mientras miraba en el cajón de las infusiones.
—¿No es peligroso? preguntó Gaston. Ella volteó el rostro para mirarle con curiosidad. Mezclar relajantes con un poderoso excitante, ¿no es peligroso? aclaró pegándose a su espalda y pasándole los brazos por la cintura.
Rocio sonrió con disimulo y tomó dos bolsitas de melisa. Le gustaban esos ratos en los que hablaban de cualquier cosa, como una pareja normal y no como adultos que se encontraran solo para acostarse. Además, tenía la esperanza de que, al fin, él permitiera que una de esas charlas terminara en la explicación que ella necesitaba darle.
No tenemos por qué mezclarlos. Le siguió el juego, deseosa de alargar la conversación. Primero nos tomamos la infusión y un rato después... Se detuvo con un incontrolado gemido. Él le mordisqueaba el cuello al tiempo que sus dedos recogían pequeños pliegues de tela que le iban alzando el borde del vestido. Cuando las manos le alcanzaron las caderas desnudas, ella emitió un ronco sonido de complacencia.
Gaston gruñó excitado y se la llevó consigo hasta el centro de la cocina. La giró para tenerla frente a sí y la hizo retroceder hasta tropezar con la mesa.
Levantó el tejido hasta la cintura sin perder el contacto con sus ojos y le rozó las ingles con las yemas de los dedos. Ella se estremeció y él sintió la garganta repentinamente seca. Se humedeció los labios y tragó.
Rocio trató de hablar, temblorosa y excitada, pero él la interrumpió atrapando su boca como hacía siempre que la quería en silencio. Le comió los labios derritiéndola mientras él mismo se quedaba sin voluntad.
La soltó el tiempo justo para mirar hacia la mesa y asegurarse de que estaba vacía.
Entiendo que quieres algo más fuerte que una infusión bromeó ella, sin aliento, mientras se le escurrían de los dedos los preparados de hierbas.
La tendió sobre la pulcra madera y se colocó entre sus piernas. Volvió a besarla de forma arrebatada. Terminó de enrollarle el tejido hasta pegarlo a su cuello y le mordisqueó los pechos a través del encaje blanco del sujetador a la vez que sus dedos se abalanzaban directamente hacia su sexo. La sintió estremecer, la escuchó gemir y apartó la boca para dejarla respirar y mirarla a los ojos.
Quiero dibujarte así —susurró al verla con los párpados entrecerrados y las pestañas aleteando de excitación. No sé qué me pasa, pero te dibujo a todas horas; con lápiz, sin él... confesó casi de modo inconsciente. Rocio sonrió con dulzura y él perdió el poco aliento que le quedaba. Creo que me estoy volviendo loco susurró, sorprendido por su propia revelación, y escondió la cara en la suave curvatura entre su hombro y su cuello. Abrázame pidió con voz ronca. Abrázame muy fuerte. Abrázame todo lo fuerte que puedas.
Inspiró al sentir sus brazos rozándole la espalda y notó cómo su delicado olor a azahar le penetraba y recorría su cuerpo hasta encontrarle el alma. Escuchó los agitados latidos de su corazón y besó con ternura la suavidad de su piel.
Nada era comparable a eso. Ni siquiera entrar en ella y estallar en el placer más absoluto. Nada se podía comparar con la paz que sentía cuando ella lo encerraba en el cálido refugio de sus brazos.


Había tardes en las que a Gaston le costaba esperar a que llegara la noche para encontrarse con Rocio. Cuando eso ocurría se acercaba a la tienda sabiendo que, apenas asomara, ella se apresuraría a salir a su encuentro dejando a Mery a cargo de todo.
Ese fue uno de esos días en los que llegó a buscarla ansioso por recorrer con ella las calles, cruzar el puente, descender por la escalera de caracol y subir en el ascensor gastándola a besos.
Pero esa tarde, con mery ausente del comercio, esperó pacientemente a que llegara la hora de cierre. Husmeó entre papeles pintados y telas mientras Rocio atendía a los clientes, pero sin dejar de mirarla más allá de unos segundos. Tan pendiente estuvo de ella que no advirtió que, desde la calle, unos ojos les acechaban con excesivo interés. Ni reparó en ello un rato después, cuando salieron y él bajó la persiana y la afianzó a la cerradura encajada en el suelo. Menos aún se percató de que estaban siendo acechados cuando la ayudó a enrollarse la bufanda, tiró de los extremos para acercarla y la besó sin prisa en la boca. Y es que ella le hacía olvidarlo todo, incluso su necesidad de mantenerse vigilante para seguir con vida.
La tomó por la cintura y la arrimó a su costado. Deseaba recorrer con ella las calles más largas y desiertas que les condujeran a Deusto. No era consciente del peligro que suponía alejarse del gentío.
Al detenerse en el segundo semáforo se inclinó para susurrarle al oído. Por entre su cabello, unos pocos metros más atrás, creyó distinguir dos rostros inquietamente conocidos. Rígido, volvió su mirada al frente sin tiempo a comprobar si la visión era real o simple producto de su imaginación. Su primer pensamiento fue para Rocio. Debía mantenerla a salvo de esos hombres. Le pasó el brazo por el cuello y la llevó contra sí para evitar que vieran su rostro. Ahora su urgencia consistía en escapar de allí. En ese momento no era solo su vida la que estaba en juego.
—¿Qué pasa? preguntó ella al sentirlo tenso y percibir que su respiración se aceleraba.
Se ladeó para besarla en los labios. El corazón le retumbaba con fuerza y sus sentidos estaban en completa alerta. Pudo ver que los tipos mantenían la distancia para no ser descubiertos. Y él se preparó para el instante en que el semáforo cambiara a verde. Entonces los peatones de uno y otro lado de la calle se cruzarían formando un pequeño tumulto.
—¡Corre conmigo! susurró en el último instante.
La sujetó con fuerza por la cintura y salió abriéndose paso entre la gente. Llevaba la cabeza baja para no sobresalir y ser localizado. Rocio iba sin aliento, sobre todo cuando la alzaba y ella sentía que sus pies no tocaban el suelo.
La hizo girar bruscamente hacia la izquierda y no se detuvo hasta alcanzar la parte trasera del kiosco de prensa.
—¿Qué pasa? volvió a preguntar ella, con la espalda apoyada en el cristal y respirando jadeante.
Necesitaba besarte a solas susurró. Y lo hizo a la vez que temblaba por dentro.
El corazón de Rocio se aceleró hasta acompasarse a los feroces latidos que golpeaban el agitado pecho de Gaston. Correspondió a sus besos con descuido mientras se preguntaba de qué se estaban escondiendo, hasta dónde alcanzaba la gravedad de lo que le estaba ocultando esta vez.

3 comentarios:

  1. Ay ay ay que lindos son..! Me encanta que anden por las calles y que tengan una vida casi de novios! La confesiòn de Gaston fue lo mejor! Que emociòn, quiero màs capituloooos! Quiero que le diga de una vez lo que siente, quiero màs ternura en ellos! son tan lindooos ♥ aw aw aw me enamore de este cap jajaa Ah y q desaparezcan estos tipos que arruinan el romance jajaja :))

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  2. Se zarpan eh, son divinos. Aca lo malo es Gaston, y Rochi que piensa que el es 'malo', bah asi lo veo yo. Pero son muy tiernos, y esta buenisimo estod e que se den cuente que estan enamorados, más por él, que se este comportando de esa manera es aklsajkshajsj, son muy lindos y quiero más, me asusto al final, pense que los iban a encontrar.

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  3. Estoy de acuerdo con vicky... Que desaparescan estos tipos que estan arruinando todo
    Espero el proximo... No tardes en subir porfa!!!!!
    Besos

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