Amor en Desencuentro... Capitulo 28

Gastón sonrió de lado y apagó el motor.

-       Lamento eso. – dijo girándose para mirar a su acompañante.

Candela alzó el rostro.

-       Está bien, no fue tan malo, creo que solo fue Pablo… Siendo Pablo. – su expresión se ensombreció un poco. – Solo quisiera que dejara de criticar mi relación con Victorio o mejor aún, que me critique, adelante, pero que no se meta. Es mi vida y yo amo a Victorio. ¿Por qué no puede verlo? – Habló con cada vez más vehemencia.

-       Porque está ciego – respondió Gastón con una sonrisa torcida al ver el amor y la pasión con que la joven hablaba de su novio. – o es idiota.

-       O las dos. – sentenció ella.

Gastón sonrió más ampliamente.

-       Como sea ya acabo – dijo ella.    

Si, había acabado, en paz. A Pablo se le había metido en la cabeza que Gastón y Candela tenían algo y había pasado, el resto de la noche, hablando sobre la genial pareja que hacían y echando pestes sobre Victorio.

Gastón increíblemente se había relajado el resto de la velada, salvo en esos horrorosos momentos en los que tenía que soportar ver como Pablo besaba a Rocío y debía aguantar las ganas de romperle la cara.

“Ella es su esposa” – se había recordado a sí mismo. Él no tenía derecho sobre Rocío pero como quería alejarla de todos y tenerla solo para él.

A Gastón le había sorprendido el modo en que Rocío lo hacía reaccionar.

Nunca había sentido algo así por nadie. Y eso lo asustaba un poco.

¿¿Cómo Pablo no se daba cuenta??

La manera en que Rocío lo trataba, fría, distante.  

Gastón la había visto dulce, entregada y el contraste era tan grande.

Si Rocío algún día lo trataba con el mismo rechazo con que trataba a Pablo, Gastón no lo soportaría.

Si Pablo pensaba que Rocío y él tenían algo, no lo demostró.  Todo había sido mucho más fácil desde que Candela irrumpió en su cena y les dio su apoyo. 

-       Debo agradecerte el haber estado Cande – habló Gastón saliendo de sus pensamientos – no habríamos podido hacerlo sin ti.

Candela se sonrojó y se encogió de hombros.

-       Rocío se merece ser feliz, tú la haces feliz y Pablo no la merece  - suspiró – solo espero que todo termine bien, no quiero verla sufrir de nuevo.

Gastón frunció un poco el ceño y asintió.

-       Yo tampoco quiero que sufra Cande, la quiero y quiero lo mejor para ella.

-       Como todos – respondió la joven.

-       Todos menos Pablo – Gastón no quiso que sonara como un reproche pero le fue imposible evitarlo.

-       Pablo es demasiado egoísta para ver lo mucho que sufre ella a su lado.

Gastón suspiró preguntándose lo mismo una y otra vez.

“¿¿Por qué se casó con él??”

-       ¿¿Por qué es tan importante para ti saberlo?? – Preguntó Candela y le hizo ver a Gastón que había hablado en voz alta.

-       Yo… - negó con la cabeza – sé que quizás no la conozca lo suficiente, y sin duda no la conozco tanto como tú pero… Sé que ella nunca deja que la dominen, que es terca y testaruda y jamás calla ante nadie – se giró para mirarla de frente – ¿¿Cómo llegó a estar con alguien como Pablo??¿¿Qué está sucediendo??

Candela se removió incomoda.

-       En el pueblo se cree que Cesar tiene algo que ver.

Gastón la miró como si le hubiera golpeado con un ladrillo.

-       ¿¿Cesar?? ¿¿Quién es Cesar??

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Rocío sintió nauseas y quiso gritar, la mano izquierda del hombre seguía sobre su boca y la derecha se arrastraba perezosamente sobre su pierna.

Su visión era borrosa y las lágrimas la empañaban, se quería ir, correr lejos. Se removió inquita intentando liberarse y él hombre pareció incrementar la presión.

Rocío comprendió que su lucha por intentar irse no hacía más que excitar a su captor y se quedó inmóvil.

“Por favor no” – rogó para sus adentros.

Se sentía sucia y el miedo la tenía paralizada.

Las manos del hombre encontraron sus suaves senos y apretaron con fuerza haciéndola arquearse del dolor.

-       Te gusta perra – su voz ronca y violenta hizo que un escalofrió de terror la recorriera.

“Por favor no”

Él hombre quitó la presión y la soltó un momento, Rocío se sintió libre de su peso y notó con creciente angustia que estaba tan entumecida que su cuerpo no reaccionaba.

“Corre Rocío, Maldita sea corre”

Su cuerpo no reaccionó.

La presión del hombre volvió y Rocío lo sintió el doble.

Su olor a suciedad y alcohol le llegó como una bofetada mareándola y haciendo que tuviera arcadas.

-       Eres una maldita – el hombre susurró en su rostro muy cerca de sus labios.

El pánico crecía en ella. El miedo. El dolor.

Rocío sintió como acercaba su boca a la de ella y lo mordió tan duro que lo hizo sangrar.

La bofetada la vio venir pero eso no impidió que el dolor estallara con el impacto. Su cabeza rebotó con el duró suelo y las piedras bajo su espalda se clavaron un poco más. Él sabor de la sangre se mezclo en su boca con la bilis.

En un momento él la alzó por el pelo la arrastró.

-       Eres una perra miserable – acercó su rostro al de ella y sonrió cínicamente – vas a ver lo que te voy a hacer y lo vas a gozar.

Rocío le escupió en el ojo y él volvió a golpearla, esta vez con un puño.

Volvió a tirarla contra el piso y se sentó sobre ella.

Su dureza clavándosele en el estomago.

“Por favor no”.

Arrancó su delicada blusa desnudándola de la cintura para arriba y rió.

-       Eres una maldita bastarda, ni siquiera pareces una mujer – dijo mirando con descaro sus suaves montículos. – pero voy a conformarme contigo hoy.

“Por favor no”

Las lágrimas le impedían ver mientras el hombre le recorría el cuerpo con las manos.

Se sentía sucia y dolida.

El terror la carcomía y el dolor la llenaba.

Él hombre toco sus piernas y fue subiendo. 

Rocío sintió el pánico recorrerla y gritó mientras se removía incansablemente.

Él hombre rió a carcajadas mientras sus manos siguieron subiendo.

“Por favor no”

Él la tocó.

“Por favor no”

Rocío se incorporó en la cama de un golpe. Miró desorientada la oscuridad de la noche.

Estaba en su cama, estaba bien. Solo había sido una pesadilla.

Su respiración acelerada fue reduciéndose poco a poco.

Rocío luchó contra las lágrimas que se formaban en sus ojos.

Solo había sido una pesadilla, no era real. Un escalofrió la recorrió “Fue real”.

Cerró los ojos y alejó esa idea.

Un movimiento a su derecha hizo que se pusiera alerta.

Pablo encendió la luz de la lámpara y la miró.

-       ¿¿Estás bien??

Rocío asintió y se giró para fingirse dormida.  

Una mano se paseo por su cintura y la pegó al cuerpo solido de Pablo.

Varios besos fueron regados por su cuello.

Rocío tuvo otro escalofrió. Ya no estaba soñando.

“Por favor no”. 

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-       ¿¿él padre??

Gastón miró a su amigo y luego la foto.

-       ¿¿Me dices que este hombre, Cesar, era el padre de Mariana??

Peter se pasó una mano por el rostro y asintió.

-       Yo no lo conocí pero dado lo que me cuentas sí, yo opino que lo es, ¿¿Sino quien??

-       ¿¿Cómo es posible que no lo conocieras?? Viviste aquí toda tu vida.

Peter suspiró.

-       Pero estudiaba en un internado, no me la pasaba aquí, sé que era un bombero y la gente lo apreciaba pero jamás lo vi.

Gastón miró la foto.

-       No tiene sentido. Si la gente lo aprecia y respetaba porque las chicas parecen tenerle terror.  

Peter también miró la foto.

-       No tienes pruebas de que él – señaló al hombre – sea Cesar, el padre de Mariana. Solo Candela puede decírtelo.

Gastón se pasó una mano por el pelo.

-       Pero no quiero meter a Candela en esto.

Peter alzó una ceja.

-       ¿¿Qué es esto??  - lo miró serio- es una muerte Gastón, la muerte de Lali, un caso cerrado para  todos salvo para ti.

-       Es un caso cerrado pero no resuelto. Hablamos de Lali ¿¿que no se merece que se haga justicia??

-       La policía no encontró nada y dudo que tú jugando a Sherlock Holmes encuentres algo tampoco.

-       Pero voy a intentarlo. ¿¿Qué no eras tú él que amaba a Lali??

Peter lo fulminó con la mirada.

-       La amo Gastón, Lali murió hace casi 3 años y no hay día en que no piense en ella. La amo como si estuviera aquí.

La expresión de Gastón se suavizo.

-       Lo sé, solo quiero descubrir lo que pasó, por Lali.

Peter sonrió.

-       ¿¿Por lali o por Rochi??

Gastón miró la foto.

-       Por todos.