sábado, 13 de abril de 2013

Amor en Desencuentro... Capitulo 31










Gastón se pasó las manos por el pelo mientras caminaba de un lado al otro de la biblioteca, un suave susurro lo hizo detenerse y mirar a una frágil Candela que lloraba en silencio sentada en una esquina del sillón.
Ahogando sus frustraciones Gastón se sentó junto a ella y pasó un brazo por sus delicados hombros.
-       No te preocupes – susurró sobre su cabeza.
Candela hundió el rostro en su pecho y lloró con más fuerza.
-       Me odia Gastón, jamás podrá perdonarme.
Gastón sintió su corazón en un puño por el sufrimiento de su amiga.
-       Él te ama Candela, es todo un malentendido, te perdonara.
Ella lo miró atreves de las lagrimas.
-       Se fue Gastón, se fue hace tres días y no ha vuelto, no contesta el teléfono. No sé donde está…
Gastón la abrazó más fuerte.
-       Volverá.
-        ¿¿Y si no quieres escucharme?? ¿¿ Y si no me perdona más??
-       Yo hablare con Victorio – le aseguró él – le explicaré todo y se solucionara.
Ella guardó silencio y él la abrazó más fuertemente.
-         Lo lamento Cande, lamento que te veas envuelta en esto, lamento está situación, no la mereces.
-       Ni tu tampoco – susurró ella mirándolo – es injusto para todo.
De golpe se colocó en pie y lo miró ceñuda.
-       Pero Victorio no debió irse así, huir como un cobarde, sin dejarme explicar nada, sin buscar pruebas, solo basándose en…
-       En lo que vio con sus propios ojos Cande – dijo Gastón parándose a su lado – no seas dura con él, ponte en su lugar e…
-       No… - gimió ella – ponerme en su lugar es lo menos que quiero, el solo hecho de imaginarlo con otra, besando a otra, amando a otra – sus ojos se llenaron de mas lagrimas.
-       El solo te ama a ti – la consoló él.
Candela lo miró con una mirada compasiva y una sonrisa triste.
-       ¿¿Y a ti?? ¿¿A ti quien te ama??

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Rocío corrió por las calles lluviosas casi con desesperación, los pulmones le ardían, el aire le faltaba y la fuerte brisa con lluvia le nublaba la visión, sus propias lágrimas les nublaban la visión. 
Divisó la iglesia media cuadra más adelante y descendió el ritmo de sus pasos. La música le llegó a los oídos y ese coro que alguna vez le sonó hermoso ahora se escuchaba fúnebre y amenazaba con matarla.
Con las piernas temblorosas subió las escaleras y se detuvo frente a la enorme puerta, la puerta que la separaba de su peor pesadilla, pero quedarse allí y no hacer nada se le antojaba peor así que con un fuerte respiro abrió las puertas y entró.

El aroma de las flores fue lo primero que lo llegó, seguido por una vista de preciosas telas blancas y rosa que decoraban toda la iglesia. Caminó con paso tembloroso hasta que divisó al grupo de gente que sentados en las bancas observaban la ceremonia.
Gastón apareció en su visión entrando junto a padre, con su esmoquin negro entallado y su sonrisa iluminando su rostro. La miraba como si fuera la mujer más hermosa del mundo.
Rocío sintió mil sentimientos florecer, la alegría la inundo como un raudal y el amor por ese hombre que la esperaba en el altar la abrumo de tal manera que no la dejaba respirar.
Dio un paso tentativo en su dirección cuando dos manos la tomaron por los hombros y obligaron a quedarse donde estaba. Rocío se retorció intentando liberarse, intentado llegar a Gastón, pero el ya no la veía.
Rocío se dio cuenta, con un dolor en el pecho, que Gastón no la miraba, no la veía a ella, miraba detrás. Desesperada se retorció para ver quien entraba por el pasillo de la iglesia y en su lucha se detuvo en seco al ver que su captor era Victorio, que con lagrimas en los ojos, sin soltarla observaba como una mujer, Candela, la mujer que él amaba, la mujer que Gastón veía con adoración, entraba en la iglesia vestida de novia.
El aire abandonó los pulmones de Rocío y dejo de luchar contra Victorio, miró como la pareja de novios se miraban con amor y sintió como las lágrimas rodaban en silencio por  sus mejillas.    
El hombre que amaba se iba a casar con otra.


Rocío miró por la ventana el día nublado y negó con la cabeza. Había estado recordando el sueño que la había despertado. Con una taza de té y envuelta en una manta, se sintió cálida y relajada, había sido solo un sueño, una pesadilla, la realidad, de momento, era más placentera, Pablo se había ido de viaje y ella era dueña de su tiempo.

“el hombre que amaba se iba a casar” … Rocío repitió esas palabras con un suspiro.

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-       ¿¿Ser fue?? ¿¿Cómo que se fue??
-       Se fue Gastón ayer por la noche – contestó Peter mirando a su amigo atreves de sus gafas
-       ¿¿A dónde se fue?? – preguntó el rubio desesperado
-       No sé, solo me dijo que tenía cosas que arreglar.  Aprovecho que Pablo tampoco estaba y se mando. No es una nena, sabe cómo cuidarse.
Gastón lo fulminó con la mirada.
-       ¿¿tú eres tarado??  Te conté lo que paso.
-       Si Gastón me contaste pero eso no va a hacer que ella se tire de un risco o algo así, relájate.
-       No me puedo relajar, tengo casi una semana sin relajarme porque Candela no hace más que llorar desde que Victorio se fue, no he podido hablar con Rocío sobre lo que sucedió y ahora para mas, se fue. ¿¿Cómo esperas que me relaje??
-       Te van a salir canas antes de tiempo.
Gas fulminó con la mirada a su amigo.
-       ¿¿A qué se pudo haber ido Rocío?? – preguntó desplomándose en la camilla del consultorio de Peter.
-       No sé Gastón, ella no es de viajar mucho, quizás Pablo le pidió que se reuniera con él.
Gastón gimió y colocó su brazo sobre sus ojos.
-       Esa imagen no me ayuda, Pablo y Rocío de viajes juntos…  gimió de nuevo.
Peter rió y se paró junto a su amigo.
-       ¿¿Crees que Rocío le permitiría llevarla a una cita romántica?? Se cortaría las venas antes de eso.
-       ¿¿y entonces donde está y con quién??
Peter se encogió de hombros.
-       No lo sé.
Gastón se sentó de un brinco.
-       No tiene un número para llamarla, la angustia me está matando.
-       Si tiene teléfono, pero yo no lo tengo el número.
Gastón sacó su teléfono.
-       Yo… - se calló en el momento en que su celular sonó con un mensaje.
Impaciente lo leyó y su amigo se puso a su lado al ver que palidecía.
-       ¿¿Quién es?? ¿¿Qué dice?? – preguntó Peter.
-       Es Daniela. – contestó Gastón cerrando los ojos y masajeando su sien.
-       ¿¿Daniela?? ¿¿Quién es Daniela?? ¿¿Qué significa??
Gastón miró a su compañero.
-       Significa problemas.  

2 comentarios:

  1. Con esta novela siempre me quedo con ganas de más. Y mucho más ahora que Rocío se ha ido y no se sabe donde y encima, tiene que aparecer Daniela. Lo malo se junta, estoy con Gastón: "significa problemas".
    Sigue con la novela y ojalá no tardes en subir :)

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  2. por favor no esperes hasta el proximo sabado para subir subelo antes me muero de la intriga

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