Estaría hundiendo mi cabeza en la arena si no dijera que las cosas
cambiaron entre Gaston y yo después de esa noche. Nos volvimos más
cercanos. Las miradas compartidas y el entendimiento de lo que
significaban nos volvían más íntimos. Y pasábamos un montón de
tiempo
juntos. Decidí no pensar en el futuro. En ese entonces, estaba
teniendo
increíble sexo con un gran tipo que también resultaba ser mi
amigo. No
quería un mañana. Sabía lo que me estaba esperando en el mañana, y
lo
que me esperaba era un completo desastre.
Todo era mucho mejor en el presente.
El sábado llegó antes de lo esperado, y era la noche del DJ
invitado por
Gaston en el Fire, para despedir la primera semana del comienzo de
la
universidad. Yo no estaba particularmente interesada en sumergirme
en
una multitud de alumnos de primer año, pero tampoco Gaston, y él
tenía
que estar aquí como una muestra de respeto a este famoso DJ del
que
nunca antes había oído, así que Lali, Peter y yo estábamos aquí
para
hacerle un favor.
Cometí el error de salir de compras con Lali y Luz para buscar un
vestido y me permití a mí misma ser persuadida de comprarme un
minivestido.
Nunca había tenido un minivestido. Era simple, color turquesa con
cuello
alto y sin espalda justo hasta mi cintura, y el borde se
encontraba justo a
unos centímetros sobre mis rodillas… definitivamente más corto de
lo que
nunca antes usé en público.
De acuerdo, si estaban esos pantaloncillos verdes y blancos, pero
un
vestido corto era definitivamente más riesgoso.
Recogí mi cabello muy arriba en mi cabeza, me maquillé un poco más
pesadamente ya que dejé que Lali lo hiciera, y me coloqué botitas
del
mismo color que el vestido. Lali estaba, como siempre, asombrosa
en un
ajustado vestido dorado y sandalias.
Nos encontramos con Gaston en el club, lo cual fue probablemente
una
buena cosa ya que el darme un vistazo a mi llegada hizo que
frunciera el
ceño. Los cuatro estábamos parados en su oficina, la música
resonando a
nuestro alrededor. Mis manos volaron hacia mis caderas ante su
expresión.
—¿Qué? —espeté.
Sus ojos viajaron a lo largo de mí, y volvieron con un peligroso
brillo en
ellos.
—¿Qué demonios estás usando?
Estreché mis ojos. —¿Cuál demonios es tu problema?
Lali se aclaró la garganta. —Creo que ella se ve bonita.
Gaston la cortó con una mirada de advertencia. Herida por su
respuesta
ante lo que yo consideraba un bonito y sexy vestido, me encogí de
hombros
como si no me importada.
—Busquemos algo de beber. —Giré sobre mis tacones y sentí
satisfacción
por el sonido de furiosa inhalación de Gaston. Había conseguido un
vistazo de la espalda de mi vestido.
Escuché pasos siguiéndome cuando salí, mientras hacia mi camino
hacia
el bastante tranquilo club. Habíamos llegado temprano y las
personas
recién comenzaban a aparecer. El espacio del primer piso del Fire
era
enorme y se dividía en dos niveles. Cuatro largos escalones curvos
separaban la barra de la pequeña pista de baile, con sofás y mesas
a su
alredeor.
Paredes negras con centelleantes luces rodeaban el nivel superior,
y por
debajo del espacio principal, los bordes del cuarto estaban
decorados con
llamas de papel, iluminadas desde atrás.
Una enorme lámpara de araña moderna moldeada como enormes llamas,
colgaba desde un enorme techo y le agregaba drama a lo que de otra
manera seria un club discreto. Los clientes ingresaban al club
desde un
nivel inferior donde una escalera los guiaba hasta aquí arriba, y
otra los
guiaba escaleras abajo a otros dos. El primer nivel hospedaba un
salón
más pequeño y una pista de baile, y el nivel del sótano tenía una
barra de
bebidas.
Ni siquiera había llegado hasta las escaleras que me guiarían
hacia el bar
de arriba, cuando fui tirada hacia el pecho de Gaston. Sus manos
se
deslizaron por mi cintura y se aprisionaron contra mi cadera,
mientras él
se inclinaba para murmurar en mi oído.
—Te ves lo suficientemente bien como para comerte. Ese es mi
problema.
Hice mi cabeza hacia atrás para mirarlo, sintiéndome estúpida por
no
darme cuenta de que él estaba teniendo un momento de cavernícola.
—Oh —sonreí ahora con un poco de petulancia—. Bueno, entonces es
una
buena cosa que seas el único que podría meterse debajo de este
vestido
¿huh?
Sonrió predadoramente, claramente apenas apaciguado, pero asintió,
cediéndome esa.
—Es justo. Ve y únete a Lali y a Peter en la mesa que reservé para
ustedes. Ya les enviaré algunas bebidas.
—¿Adónde vas?
—Los invitados están llegando, incluyendo a los medios locales.
Tengo que
ser visto por un rato. Volveré pronto.
Asentí y me volví, haciendo mi camino hacia Lali y Peter, quienes
parecían estar en una conversación bastante cariñosa. Estaba por
girarme
e ir a otro lugar, cuando Peter levantó la vista y se deslizó
apropósito del
lado de Lali, sus ojos diciéndome que plantara mi trasero ahí. Le
lancé
una mirada de “eres un idiota” y me senté al lado de Lali.
—gaston se encargará de enviar las bebidas. No me había dado
cuenta
de que había invitado a otras personas. Creí que sólo éramos
nosotras.
—No. —Lali arrugó sus labios claramente en mal humor ahora—.
Algunas
de sus ex, igual que algunas de sus amigas con beneficios previas,
aman
los clubes. Las invitó y a un par de sus amigos hombres.
Ella podría bien haberme golpeado. Me puse rígida, asombrada de
que
Gaston hubiera invitado a sus Ex-novias esta noche. Y
también ¿tenía
amigas con beneficios previas? Me había dicho que nunca hizo eso
antes.
—Lali —Peter le disparó una mirada de reproche—, ¿a qué estás
jugando?
Confundida, ella sacudió la cabeza y él asintió hacia mí. Lali se
volvió
hacia mí y lo que fuera que vio la hizo palidecer.
—Oh, mierda Rochi, no quise decir nada. Quiero decir, esas chicas
no
significaron nada...
—Vamos a tomar —anuncié.
Peter me miró cuidadosamente.
—No creo que sea buena idea. Esperemos por Gaston.
Pero esperar a Gaston resultó ser mucho más de lo que podíamos
esperar. Por un rato me dediqué a observar a través de la tenue
luz del
club llenándolo todo, y fui testigo de chica tras chica paradas
flirteando
con él mientras les sonreía en respuesta como un idiota,
sosteniendo sus
bebidas.
No acostumbrada al fuerte repunte de celos que estaba sintiendo,
me
enderecé en un modo súper genial al estilo Rocio de la calle
Dublin y me
dirigí hacia la pista de baile.
Lali se quedó conmigo por un rato, y Gaston se paró para ver cómo
estábamos. Lo despedí con una frágil sonrisa y antes de que
pudiera
preguntar, fue alejado por otro “invitado”.
Entonces Lali desapareció y la busqué entre la multitud, sólo para
localizarla en la barra, disparándole con la mirada a Peter, quien
estaba
coqueteando con una chica que no reconocí. Hombres. Sacudí mi
cabeza
enojada. Imbéciles.
Tal vez estaba un poco ebria.
Estaba por ir hacia la barra para pedir algo de agua, cuando sentí
una
mano fría en mi espalda desnuda. Me volví, sorprendida de
encontrar a
Nicolas, del personal de Trainer, sonriéndome.
—Rochi —sonrió aún tocándome—. Es bueno verte de nuevo.
Admitiré que esa enorme sonrisa que le di, era más por estar
cabreada con
Gaston por hacerme tomarme la noche libre y entonces ignorarme por
la
mayor parte de éste.
—Nicolas, hey.
Él silbó mientras dirigía su mirada por todo mi cuerpo, y noté el
ligero
balanceo del suyo. Definitivamente estaba ebrio.
—Te ves increíble.
Sonreí de nuevo.
—Gracias.
—¿Qué haces aquí esta noche?
—Uh... conozco al dueño.
Sus ojos se estrecharon y asintió lentamente. —Ya veo.
—¿Qué hay de ti?
—Bueno, estoy aquí para bailar. Contigo.
Una carcajada se me escapó. —Oh, claro.
—Lo intento. ¿Por qué...?
Smack.
La mano de Nicolas fue arrancada de mi cuerpo, y observé
horrorizada
mientras se desplomaba sobre el suelo, la sangre chorreando por su
nariz.
Miré hacia arriba a Gaston, quien sacudía su ya hinchado puño, su
pecho
expandido con furia, mientras miraba a Nicolas. La multitud se
reunió a
nuestro alrededor, observando, y sentí a Peter y a Lali acercarse
a
nosotros.
—¿Qué demonios fue eso? —espeté, lo suficientemente alto como para
ser
oída sobre la música que casualmente fue bajada un tono cuando la
multitud exclamó ante el golpe de Gaston.
Gaston me disparó una mirada sucia.
—Ese es Nicolas. El amigo que se acosto a Analise. ¿Por qué mierda
estabas
hablando con él como si lo conocieras?
Mi boca cayó abierta mientras me giraba para mirar al entrenador
personal, observando mientras se ponía de pie. Asombro y disgusto
debatiéndose en mi interior.
—Es entrenador en mi gimnasio. Me ayudó una vez. —Volví a mirar a
Gaston—. Juro que no lo sabía.
Nicolas resopló y lo miramos. Se estaba limpiando la sangre de su
nariz y
sonriéndole a Gaston.
—Al parecer te has movido hacia cosas mejores, Gaston.
—Sus ojos escaneándome ahora, ruines y analizadores—. Espero que
la
historia se repita de nuevo por que he querido estar entre sus
piernas por
semanas. ¿Qué te parece, Rochi? ¿No te apetece follar con un
verdadero
hombre?
Gaston fue como un encendedor. Un minuto estaba parado a mi lado,
y al
siguiente tenía a Nicolas en el piso, su puño golpeándolo una y
otra vez.
Peter se hizo lugar empujándome y comenzó a tirar de él, la
seguridad
apareciendo entre la multitud para recoger al ensangrentado Nicolas
y
sostenerlo.
Peter sostuvo fuerte a Gaston mientras ambos se enfrentaban.
Gaston lo
señaló amenazadoramente.
—Mantente alejado de ella —ladró.
Nicolas se limpió el rostro de nuevo, parpadeando.
—Nunca me golpeaste por aprovecharme de tu antigua dama Gaston.
Bromeo sobre tu última captura y termino en el piso en cuestión de
segundos. ¿Está su cosa hecha de oro o qué?
Gaston gruñó y se abalanzó sobre el de nuevo, y uno de los
camareros
ayudó a Peter a sostenerlo.
—Sáquenlo de aquí —le ordenó Peter a los de seguridad y entonces
sus
ojos se estrecharon hacia Nicolas—. Te veré en la calle, haré que
tus dientes
se claven en tu cráneo.
Ante la amenaza de Peter, Nicolas hizo una mueca y dejó que
seguridad lo
empujara fuera del club.
Miré con los ojos muy abiertos a Gaston, ni siquiera en realidad
registrando las horribles palabras de Nicolas. ¿Gaston había
golpeado a
alguien? ¿Por mí? Justo después de decirme que no había golpeado a
alguien desde que tenía diecinueve, golpeó a alguien. ¿Por mí? ¿O
era por
su ex-esposa?
Luché por procesar eso, la sangre aún silbando en mis oídos.
Gaston se
quitó las manos de Peter de encima.
—¿Estás bien amigo? —le preguntó Peter.
En vez de contestar, los ojos de Gaston se deslizaron hacia mí.
Sus brazos
se dispararon y agarraron mi muñeca, tirándome mientras giraba y
comenzaba a hacer su camino hacia su oficina. Le disparé una
mirada
sobre mi hombro a una preocupada Lali, pero no me detuve por miedo
a
que pudiera torcerme el tobillo.
Fui arrastrada al interior de la oficina con un fuerte tirón y
empujada
contra el “enorme y bonito” escritorio de la oficina mientras la
puerta se
cerraba de golpe detrás de nosotros. Muy deliberadamente Gaston
giró el
cerrojo.
—Primero, te pones ese vestido para que cada hombre en este lugar
quiera
joder contigo. Entonces comienzas a coquetear con el hombre que me
traicionó —siseó en mi rostro.
Empujé contra su pecho en vano, mi propia furia levantándose.
—Hey —repliqué—. Primero: córtala con lo del vestido. Me gusta,
así que
jódete. Y Dos: ¡Ni siquiera sabía quién era!
Si fuera incluso posible su rostro se nubló incluso más. Temblé,
intentando dar un paso hacia atrás, pero el escritorio se
interpuso.
—¡Y aun así estabas coqueteando con él!
Nunca antes me había gritado, y me estremecí de nuevo, intimidada
y
molesta en igual medida. Empujé más fuerte su pecho, pero sólo
presionó
mis manos como un maldito bloque de cemento.
—¿Yo? —Bufé incrédula—. Me pediste que me tomara la noche libre
para
esto y entonces descubro que has invitado a todas tus compañeras
de
follada y novias, y que pasas toda la noche pavoneando tu trasero
con más
de una de ellas. ¿Qué es esto Gaston?
Sentí la ira disolverse en dolor y con eso mi voz se volvió más
baja.
—¿Estoy siendo despechada
antes de tiempo?
Sentí algo de la furia derretirse en su expresión, sus manos
levantándose
para tirar de mis caderas hacia las suyas. Mi respiración se
atascó cuando
sentí frotarse sobre mí, pero no estaba sorprendida. Había algo
eléctrico entre nosotros, y era bastante confuso estar así de enojada
y
encendida al mismo tiempo.
—Nena, no fue nada realmente lo de allá afuera. —Su voz fue baja,
su
cabeza inclinándose hacia la mía—. Quería mucha concurrencia esta
noche, y a muchas de esas chicas les gustan las fiestas, y tienen
un
montón de amigas a las que les gusta la fiesta. Eso fue todo.
—¿Y el coqueteo?
Se encogió de hombros.
—Ni siquiera me di cuenta. No quería lastimarte.
Me burlé, necesitando sostenerme en algún poco de dignidad.
—No me lastimaste. No puedo ser lastimada por ti.
Ante mi mordaz tono, la boca de Gaston se endureció, el enojo
estaba de
regreso. Me encontré a mí misma siendo empujada violentamente
contra el
escritorio, mientras Gaston se aferraba a la parte de atrás de mis
muslos y
levantaba mis piernas, presionándose entre ellas, mientras
levantaba el
borde de mi vestido por encima de mi cintura. Me aferré a él por
equilibrio,
el frío escritorio contra mi espalda.
—No me mientas, Rocio.
Intenté empujarlo, pero él sólo presionó más profundo, su mano
derecha
dejando mi pierna para desabotonar sus pantalones. Yo jadeaba
ahora.
—No miento.
—Estás mintiendo. —Besó mi cuello. Entonces me sorprendió tomando
un
tembloroso respiro—. Lo siento por lastimarte.
Sólo pude asentir insegura, sintiendo fuera de mi control toda la
situación.
—Nena. —Se hizo hacia atrás, sus ojos brillando con algo que no
comprendía—. Lo golpeé —dijo con voz ronca y de pronto me di
cuenta que
era incredulidad—. Lo golpeé. Verlo contigo… Lo golpeé.
Por mí. Tomé su rostro entre mis manos, de pronto ya no temerosa
de él.
—No —susurré sobre sus labios—. No te hagas esto a ti mismo.
Aplastó mis labios bajo los suyos exactamente en el mismo momento
en
que me quitó mis bragas, su lengua empujando dentro de mi boca
hambrientamente
Jadeé ante la repentina invasión, arqueando mi espalda mientras me
levantaba por mis muslos y golpeaba en mí una y otra vez, mis
gritos de
placer llenando la oficina, sus gruñidos amortiguándose en mi
cuello.
—Rocio —gruñó, intentando enterrarse más profundamente—. Acuéstate
—demandó.
Lo hice de inmediato, cayendo hacia atrás, la piel desnuda
revelada por el
vestido presionándose contra la fría madera. Con este ángulo,
Gaston
levantó más alto mis piernas, permitiéndole deslizarse más rápido,
más
profundo.
Yo me retorcía en el escritorio, la parte baja de mi cuerpo
completamente
bajo el control de Gaston. La tortura era exquisita
—Jesús. —Gaston me miró con hambre en sus ojos.
Finalmente mis músculos se relajaron y cerré los ojos, intentando
estabilizar mi respiración. Él se quedó en mi interior mientras se
disculpaba.
—Fui un idiota esta noche.
—Sí —murmuré.
Apretó mi cadera.
—¿Estoy perdonado?
Abrí mis ojos y sonreí burlonamente.
—Yo ya acepté la disculpa.
Gaston no rió como normalmente hubiera hecho.
—Mía.__murmuro
Parpadeé, insegura de haber escuchado correctamente. —¿Qué?
—Vamos —suspiró Gaston, levantándose cuidadosamente de encima, y
metiéndose de nuevo en sus pantalones. Gentilmente me levantó de
la
mesa, haciendo una mueca mientras levantaba mis bragas rotas.
—Ahora, tendré que salir de aquí con este vestido sin nada de ropa
interior, Hombre de las cavernas —sonreí descaradamente.
Gaston cerró los ojos ante el pensamiento.
—Mierda. adaptacion

jaja.. mato la ultima parte. igual creo que gas esta enamorado de rochi, que haya golpeado a nicolas lo dice y mucho.
ResponderEliminarYo pienso exactamente igual!!! Gas esta re enamorado, y rochi se esta enamorando!!! Quiero el otro ya!! No aguanto mas!
ResponderEliminarMe encanta la nove!
Besos :)
Ah pero son terribles che jajajaja Estan encendidos los pibes (?
ResponderEliminarBuenisimo el cap!! Me parece q gas ya esta enamorado, y eso me encanta!
Quiero maaaas! Es genial.