El
frío le calaba hasta los huesos y la decoración se le antojó más lúgubre que
nunca, las tablas de madera crujieron bajo sus pasos y el sonido le puso la
carne de gallina. Sabía que hacia lo correcto, sabía que pronto todo sería como
debía ser, solo debía ser fuerte y aguantar un poco más, lo venía haciendo
desde hace años, solo un poco más.
–
Rocío.
Se
puso tensas y se giró lentamente para verlo parado al pie de la escalera.
–
¿Dime?
Pablo la
estudió un segundo como si no supiera determinar si era real o no.
–
¿cuándo
llegaste?
–
Hace
solo un momento.
Pablo asintió con la
cabeza y siguió su camino hacia su estudio.
Algo no estaba bien,
ella podía sentirlo. Había estado preparada para todo, gritos, peleas, incluso
golpes, pero él no había reaccionado, él ni siquiera la había visto realmente.
¿Qué pasaba?
Rocío dudaba que todo
hubiera terminado, muy al contrario sabía que no era más que el principio.
Lo extrañaba, hacia
menos de 3 horas que lo había visto y ya lo extrañaba – ese pensamiento la
asustó, ella jamás había dependido así de una persona, ni siquiera Mariana, y
el miedo de sentir el mismo dolor que sintió al perder a Lali hizo que sudara
frío.
No iba a perder a
Gastón – se dijo así misma. Ella no iba a permitir que nada los alejara.
Toda su vida había
buscado eso, alguien a quién amar, alguien por quién lucha. Lo había
encontrado.
Un poco más tranquila
caminó despacio hasta su cuarto y se detuvo frente a la puerta. Algo no estaba
bien. ¿Algo había cambiado? ¿Qué?
Miró en todas
direcciones, los largos pasillos que había recorrido tantas veces buscando ese
algo ¿Qué?
–
Saqué
las fotos de Mariana, espero que no te moleste.
Rocío por fin las vio.
En las paredes estaban
todas las fotos de Lali que Pablo había quitado tras su muerte y que Rocío
había dado por perdidas. Rocío frunció aún
más el ceño al recordar cada ocasión en que quiso colgar fotos de su hermana y
Pablo se lo prohibió. ¿Que había cambiado?
Sorprendida lo miró insegura.
–
No,
no me molesta para nada pero... ¿Por qué las volviste a colocar?
–
Fue
mi mujer, creo que hay que recordarla como se merece.
Rocío rechinó los dientes e ignoró la rabia
sorda que iba apoderándose de ella.
–
Nunca
quisiste ponerla, ¿por qué ahora?
Pablo caminó de largo y se detuvo frente a una de las enormes fotografías donde
mostraba a una sonriente Mariana con su largo vestido de novia, sonriendo a la
cámara rodeada de pétalos de rosas, con los ojos enamorados.
–
Necesitaba
tiempo para conllevar el duelo de perderla. - respondió lacónico.
¡Bastardo!
–
No
tardaste mucho tiempo en casarte conmigo – le reprochó Rocío con ácido en la
voz.
–
Así
es, porque es lo que ella hubiera querido.
Rocío dio un paso hacia él indignada.
–
¿Cómo
puedes saberlo? ¡Realmente no la conocías!
–
Fue
mi esposa.
–
¡Y
un cuerno! - gritó furiosa.
–
Rocío-
Pablo la miró sereno – baja la voz.
–
¿porque? no es como si alguien pudiera escucharnos
discutir.
Pablo se pasó una mano por el pelo y la tomo
fuertemente del brazo acercando su rostro al de ella.
–
si
yo digo que te calles, te callas.
Ella lo miró sin pestañear.
–
jamás
callare cuando la deshonres, y mentir diciendo que ella querría esto es
faltarle el respeto a su memoria.
–
Ella
quería que yo fuera feliz. - gritó Pablo haciendo que Rocío se sobresaltara.
–
Si
– Ella lo encaró – quería que fueras feliz junto a ella.
Pablo hizo una mueca, que Rocío no entendió, y
la soltó. Sin decir una palabra la dejó sola en medio del pasillo.
...
–
¿Qué
parte de, fue ella y no yo, tú no entiendes? -
Peter rió.
–
Para
que haya un beso se necesitan dos personas.
–
Ella
me besó.
–
y
tú le seguiste el beso...
–
NO
– Gastón suspiró – la aparte.
–
¿entonces
qué es lo que te preocupa?
–
Su
simple presencia me preocupa.
–
Porque...
–
porque
ya suficientes problemas tengo con Rocío.
–
¿crees
que se pondrá celosa?
Gastón hizo una mueca.
–
creo
que es probable que se sienta insegura.
Peter bebió de su vaso.
–
Y
no la culpo. Si un ex novio sexy viniera a buscarla y la estuviera esperando en
boxers en su cama creo que...
–
ok,
para con esa idea – Gastón se puso de pie – suficiente tengo con imaginarla con
Pablo para agregarle un ex novio sexy.
Peter rió.
–
Era
solo un ejemplo, el tema es que es normal que se sienta insegura. Solo debes
demostrarle cuanto la amas y hacerle ver que jamás la engañarías, aunque
tampoco es como si fueran algo para...
–
somos
¿ok?, no sé qué somos, pero somos.
–
Bien.
Entonces demuéstrale que la amas. - dijo
Peter.
–
Demuéstrale
que la amas – lo imitó Gastón. - como si
fuera tan fácil, volvió con Pablo, ¿dime como se lo demuestro si está lejos?
–
No
sé si lo sabes pero hay un pequeño aparatito llamado teléfono que sirve para
comunicarse con la gente cuando están separados por largas distancias, es más eficaz que las señales de humo.
–
JA-JA-JA
– Gastón fulminó a Peter con la mirada – no puedo hacer eso, corremos el riesgo
de que Pablo nos descubra.
Peter se echó atrás en el sillón reclinable.
–
Bien,
entonces deja que se ahogue en inseguridades.
Gastón suspiró y dejó caer los hombros.
–
Yo
jamás la engañaría.
Peter se puso de pie.
–
Lo
sé. Y creo que ella también lo sabe, ¿porque estás tan seguro de que está
celosa?
–
No
lo estoy, solo lo creo.
–
¿por
qué?
–
Porque
se fue sin despedirse y no me esperó en el bar con Candela. Todo después de la
entrada estelar de Daniela.
–
Así
que crees que está molesta.
Gas se sentó y apoyó sus brazos de sus muslos.
–
Sí,
no, no lo sé. Sino está molesta ¿porque se fue sin despedirse?
Peter se encogió de hombros.
–
Y
me lo preguntas a mí, el día que entienda a las mujeres se hiela el infierno.
Gastón rió a medias y suspiró.
–
Hombre
suspiros como ese son dolorosos – se burló Peter - ¿qué dijo Candela, que
vendría siendo la voz de la razón, de todo esto?
–
Ella
dice que no me preocupe.
–
Entonces
ya está, no te hagas lío. Se feliz y tomate un trago.
Gas sonrió.
–
que
buenos consejos los tuyos.
Peter alzó su copa y rió.
–
¿Para
qué están los amigos sino es para instarte a tomar hasta que no recuerdes ni tu
nombre?
–
Salud.
...
–
no
puedo creer que lo hicieras.
–
¿el
qué?
–
¿como
el que? ¡Emborracharte!
–
No
te la agarres con él, Gastón solo necesitaba descargar.
Rocío fulminó a Peter
con la mirada.
–
¿Descargar?
¡NO puedo creer que lo consintieras!.
–
Lo
necesitaba – se defendió el morocho.
–
¿Lo
necesitaba? - gritó Rocío y Gastón dio un respingón. - ¡Perdón! -se disculpó
pasando las manos por su rostro.
–
Estaba
preocupado por ti Rochi – habló Gastón con la voz ronca y débil -
Ella lo miró.
–
¿preocupado
por qué?
–
Porque
te fuiste sin despedirte y no sabía cuándo volvería a verte y encima está
Daniela, que realmente no sé qué es lo que quieres pero que no se va, y
necesitaba decirte que te amo que no debes preocuparte por nada porque la única
mujer que amo y he amado nunca eres tú.
Rocío luchó con todas
su fuerzas por seguir molesta pero se perdió la batalla miserablemente y todo
su enojo se esfumo como el aire de un globo.
–
Gas
– lo besó en la frente – mi bello y tonto Gas. Yo confío en ti, sé que jamás me
engañarías, no estoy preocupada por Daniela, si me molesta que este aquí, pero
sé que no es culpa tuya y sé que no la amas a ella porque me amas a mí.
Gastón sonrió e hizo
una mueca cuando el gesto le causó dolor.
–
¿entonces
porque te fuiste?
Ella acarició su
cabello.
–
Porque
sabía que necesitabas tiempo para hablar con Daniela y luego en el bar uno de
los trabajadores me dijo que Pablo estaba en las tierras del sur y quería
llegar antes que él a la casa.
Gastón se incorporó y
se agarró la cabeza cuando todo le dio vueltas.
–
¿cómo
te fue con eso?
Rocío lo ayudo a
recostarse de nuevo.
–
Supongo
que bien, no hubo ningún accidente.
Él la miró entornando
los ojos.
–
¿y
eso que significa?
–
Significa
que de momento no hay nada de qué preocuparse.
–
¿estás
segura?
Ella negó con la
cabeza.
–
No,
con Pablo nunca se sabe.
Gastón gimió.
–
No
me gusta.
Ella lo besó en la
frente
–
lo
sé, a mí tampoco. Pero lo bueno es que se fue hoy a una reunión a la ciudad y
eso me da tiempo de mimarte. Aunque no te lo merezcas.
Gastón cerró los ojos y
se dejó mimar.

me encanto el capitulo por suerte Pablo no reacciono mal tengo miedo de lo que se puede venir entre PAblo y Daniela
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