-
Peter – Rochi le tomó el rostro y
lo obligó a mirarla – mírame.
El morocho ni siquiera pareció oírla.
-
Peter mírame. – el joven doctor alzo sus ojos atormentados y
a Rochi se le partió el corazón. – necesito que me digas eso que no me estás
diciendo.
Él respondió sin
mirarla.
-
¿¿De qué vale?? ¿¿Ya para que
importa??
-
Importa, a mi me importa. Necesito saber
la verdad.
Peter la miró.
-
¿¿Cuál verdad?? En esta maldita historia
no existen más que mentiras y secretos.
-
Bien – Rochi se puso en pie – ayúdame
a descubrir la verdad y sacar a la luz los secretos. Dímelo.
Peter se puso de pie en un movimiento y la
fulminó con la mirada.
–
¿¿Qué
verdad?? - volvió a agachar la cabeza
mientras más sollozos brotaban de él. - Le arrebataron tanto Rochi… le quitaron
todo, y ahora... no solo a ella sino también a la criatura que iba a tener.
yo... me odio tanto por no haberla salvado.
–
¡NO!
- Rochi se puso frente a él y lo obligo a mirarla – no es tú culpa, ella no
quería ser salvada, no podemos... sé cómo te sientes... pero no puedes seguirte
culpando por algo que se escapaba de tus manos.
Peter negó
en silencio.
–
Yo
la amaba con locura. Debí hacer algo para salvarla así sea de sí misma, raptarla,
correr, llevarla lejos, lo que sea. Pero no debí esperar tanto... me la
arrebataron. - miró a la nada – daría lo
que sea por tenerla un segundo más conmigo, solo un minuto más. Tendría que
haber sido hombre y enfrentarme a Pablo pero ella... - se le quebró la voz –
ella lo escogió a él y yo no hice nada.
Rochi se
limpió las lágrimas que corrían por su mejilla.
–
Exacto
Peter, ella, por mucho que nos duela lo escogió a él, nosotros no pudimos hacer
nada.
Peter
sonrió con amargura.
–
Eso
no me hace sentir mejor ¿sabes?
Rochi lo
imitó.
–
A
mí tampoco, pero me ayuda a darme cuenta que no fue mi culpa, ni la tuya y que
ella merece ser recordada con sonrisas, no lágrimas.
- lo sé,
ella era todo sonrisas y locura... - Peter observó la ecografía – pero me duele
no haber tenido aunque sea este legado de ella.
Rochi lo
miró.
–
¿Te
hubieras quedado con un bebe de Pablo?. Eso contando con que él te lo daría.
Peter se
desplomó en el sofá y miró hacia otro lado.
–
Pablo
no hubiera podido quitármelo.
Rochi bufó.
–
¿cómo
que no?. Era su hijo.
Peter
estudió el papel en sus manos nuevamente.
–
No,
no lo era.
Rocío tardó
un segundo en procesar eso.
–
¿a
qué te refieres con que no lo era?
Peter la
estudió a ella con suma atención.
–
Llevas
un años casada con Pablo pensé que ya lo sabrías.
Ella se
puso alerta.
–
¿saber
qué?
Peter la
miró a los ojos seriamente.
–
Que
Pablo es estéril. Él no puede tener hijos.
Un peso
caliente se desplomó dentro de ella.
–
¿y
de quién era ese bebe?
La
respuesta la supo antes que él la pronunciara.
–
Mío.
...
El restaurant se encontraba a la espera.
Todos miraban con atención el rostro del joven arrodillado en el piso,
claramente nervioso, y la sonrisa triunfal de la joven que seguía en completo
silencio.
La atención
podía cortarse con cuchillo y el silencio reinaba.
Alguien
carraspeo a lo lejos y Candela ladeó levemente la cabeza.
–
¿me
amas Victorio?
–
Más
que a mi vida – se apresuró a responder él.
Antes de
que Victoro de diera cuenta se encontraba tumbado en el suelo con una Candela
llenándolo a besos.
–
¿esto
significa si?- preguntó sonriendo entre beso y beso.
Ella se
apartó un poco, sonrosada, ante la vista
de todos los comensales.
–
si,
definitivamente si mi amor. - sus ojos se llenaron de lágrimas y sus brazos lo
envolvieron un abrazo – te amo tanto mi amor. Sí, quiero casarme contigo, y si
quiero despertar contigo el resto de mi vida.
Victorio se
levantó sonriendo de oreja a oreja y la ayudó a incorporarse.
Tomó su
mano y lentamente colocó el pequeño anillo en su dedo.
Ella lo
observó un segundo con sus ojos llenos de lágrimas de felicidad. No podía ser
más perfecto
…
-
¿¿De qué estás hablando??
-
De nosotros – Daniela dio un paso
hacia el – me tratas como si fuera una perra sin sentimientos, ¿¿Qué te hice??
, antes de irte estábamos bien, ¿¿Qué nos pasó??
-
Nos perdimos – Gastón suspiró –
bha, yo me perdí – se acercó a ella y le acarició el brazo fraternal – no es tu
culpa, y lo lamento, eres una mujer increíble, pero… no somos el uno para el
otro y lo lamento.
-
Lo somos, íbamos a casarnos ¿recuerdas?
-
Jamás lo hablamos.
-
No era necesario que lo hiciéramos,
era obvio, tú y yo lo sabíamos, estábamos destinados a ello.
-
No Daniela – Gastón se alejó –
pensé que era así pero…
-
¿¿Qué cambió?? – Ella caminó hacia
él - ¿¿Qué nos pasó??
-
No eres tú, soy yo – dijo él tras
un minuto de silencio.
Daniela lo fulminó con la
mirada.
-
No te atrevas a insultarme con esa
frase novelera. Quiero que me digas que pasó, tengo derecho a saber porque actúas
así.
-
¿así como? – preguntó él con desdén.
-
Así como si ya no me amaras. –
gritó ella.
-
Ya no te amo – respondió él frío.
Los ojos maquillados de Daniela se llenaron de lágrimas.
-
¿¿Cómo puedes tratarme así?? –
-
¿¿Así como?? – volvió a repetir él –
-
Así tan frío, no eres el Gastón de
quién me enamoré.
-
Ni tú la Daniela que creí amar. Dejemos
de hacernos daño y terminemos con esta pavada. Es el fin. Ambos lo sabemos.
-
Lo único que sé es que te amo y no
me pienso rendirme sin luchar.
-
Daniela… - Gastón habló con voz
cansina.
-
No voy a dejar que esa perra se
robe tu amor, eres mío.
Gastón que ya planeaba
marcharse se puso tenso.
-
No sé de quién hablas.
-
No insultes mi intelecto negándola.
– gruñó ella.
-
No existe…
-
Una perra con la que te estás
revolcando?? – terminó ella por él. –si la hay Gastón. No te atrevas a negarla.
Desde ya te aviso que no voy a rendirme sin luchar.
-
Daniela… - le advirtió él.
-
No Gastón. Escúchame, y escúchame
con atención, no sé qué te habrá dado ella o que te habrá metido en la cabeza
pero yo me voy a encargar de demostraste lo arpía que es.
Sin más salió batiendo sus
caderas.

como odio a Daniela y Pablo .. pobre Peter era su hijo subi pronto
ResponderEliminaryo sigo diciendo q esa nena q tiene piter es de lali y ella creo q esta viva?? *-*
ResponderEliminarGenial hespero el proximo con ansiasss quieroo GASTOCHI prfavor jeje =D
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