sábado, 3 de agosto de 2013

Amor en Desencuentro... Capitulo 47








-          Peter – Rochi le tomó el rostro y lo obligó a mirarla – mírame.
El morocho ni siquiera pareció oírla.
-          Peter mírame.  – el joven doctor alzo sus ojos atormentados y a Rochi se le partió el corazón. – necesito que me digas eso que no me estás diciendo.
Él respondió sin mirarla.
-          ¿¿De qué vale?? ¿¿Ya para que importa??
-          Importa, a mi me importa. Necesito saber la verdad.

Peter la miró.
-          ¿¿Cuál verdad?? En esta maldita historia no existen más que mentiras y secretos.
-          Bien – Rochi se puso en pie – ayúdame a descubrir la verdad y sacar a la luz los secretos. Dímelo.

Peter se puso de pie en un movimiento y la fulminó con la mirada.
                   ¿¿Qué verdad?? -  volvió a agachar la cabeza mientras más sollozos brotaban de él. - Le arrebataron tanto Rochi… le quitaron todo, y ahora... no solo a ella sino también a la criatura que iba a tener. yo... me odio tanto por no haberla salvado.
                   ¡NO! - Rochi se puso frente a él y lo obligo a mirarla – no es tú culpa, ella no quería ser salvada, no podemos... sé cómo te sientes... pero no puedes seguirte culpando por algo que se escapaba de tus manos.

Peter negó en silencio.
                   Yo la amaba con locura. Debí hacer algo para salvarla así sea de sí misma, raptarla, correr, llevarla lejos, lo que sea. Pero no debí esperar tanto... me la arrebataron. -  miró a la nada – daría lo que sea por tenerla un segundo más conmigo, solo un minuto más. Tendría que haber sido hombre y enfrentarme a Pablo pero ella... - se le quebró la voz – ella lo escogió a él y yo no hice nada.

Rochi se limpió las lágrimas que corrían por su mejilla.
                   Exacto Peter, ella, por mucho que nos duela lo escogió a él, nosotros no pudimos hacer nada.

Peter sonrió con amargura.
                   Eso no me hace sentir mejor ¿sabes?
Rochi lo imitó.
                   A mí tampoco, pero me ayuda a darme cuenta que no fue mi culpa, ni la tuya y que ella merece ser recordada con sonrisas, no lágrimas.

- lo sé, ella era todo sonrisas y locura... - Peter observó la ecografía – pero me duele no haber tenido aunque sea este legado de ella.


Rochi lo miró.
                   ¿Te hubieras quedado con un bebe de Pablo?. Eso contando con que él te lo daría.

Peter se desplomó en el sofá y miró hacia otro lado.
                   Pablo no hubiera podido quitármelo.
Rochi bufó.
                   ¿cómo que no?. Era su hijo.

Peter estudió el papel en sus manos nuevamente.
                   No, no lo era.

Rocío tardó un segundo en procesar eso.
                   ¿a qué te refieres con que no lo era?

Peter la estudió a ella con suma atención.
                   Llevas un años casada con Pablo pensé que ya lo sabrías.

Ella se puso alerta.
                   ¿saber qué?
Peter la miró a los ojos seriamente.
                   Que Pablo es estéril. Él no puede tener hijos.

Un peso caliente se desplomó dentro de ella.
                   ¿y de quién era ese bebe?
La respuesta la supo antes que él la pronunciara.
                   Mío.
...

  El restaurant se encontraba a la espera. Todos miraban con atención el rostro del joven arrodillado en el piso, claramente nervioso, y la sonrisa triunfal de la joven que seguía en completo silencio.

La atención podía cortarse con cuchillo y el silencio reinaba.

Alguien carraspeo a lo lejos y Candela ladeó levemente la cabeza.
                   ¿me amas Victorio?
                   Más que a mi vida – se apresuró a responder él.

Antes de que Victoro de diera cuenta se encontraba tumbado en el suelo con una Candela llenándolo a besos. 
                   ¿esto significa si?- preguntó sonriendo entre beso y beso.

Ella se apartó un poco,  sonrosada, ante la vista de todos los comensales.

                   si, definitivamente si mi amor. - sus ojos se llenaron de lágrimas y sus brazos lo envolvieron un abrazo – te amo tanto mi amor. Sí, quiero casarme contigo, y si quiero despertar contigo el resto de mi vida.

Victorio se levantó sonriendo de oreja a oreja y la ayudó a incorporarse.
Tomó su mano y lentamente colocó el pequeño anillo en su dedo.

Ella lo observó un segundo con sus ojos llenos de lágrimas de felicidad. No podía ser más perfecto

-          ¿¿De qué estás hablando??
-          De nosotros – Daniela dio un paso hacia el – me tratas como si fuera una perra sin sentimientos, ¿¿Qué te hice?? , antes de irte estábamos bien, ¿¿Qué nos pasó??
-          Nos perdimos – Gastón suspiró – bha, yo me perdí – se acercó a ella y le acarició el brazo fraternal – no es tu culpa, y lo lamento, eres una mujer increíble, pero… no somos el uno para el otro y lo lamento.

-          Lo somos, íbamos a casarnos ¿recuerdas?
-          Jamás lo hablamos.
-          No era necesario que lo hiciéramos, era obvio, tú y yo lo sabíamos, estábamos destinados a ello.
-          No Daniela – Gastón se alejó – pensé que era así pero…
-          ¿¿Qué cambió?? – Ella caminó hacia él - ¿¿Qué nos pasó??

-          No eres tú, soy yo – dijo él tras un minuto de silencio.

Daniela lo fulminó con la mirada.
-          No te atrevas a insultarme con esa frase novelera. Quiero que me digas que pasó, tengo derecho a saber porque actúas así.
-          ¿así como? – preguntó él con desdén.
-          Así como si ya no me amaras. – gritó ella.
-          Ya no te amo – respondió él frío.
Los ojos maquillados de Daniela se llenaron de lágrimas.
-          ¿¿Cómo puedes tratarme así?? –
-          ¿¿Así como?? – volvió a repetir él –
-          Así tan frío, no eres el Gastón de quién me enamoré.
-          Ni tú la Daniela que creí amar. Dejemos de hacernos daño y terminemos con esta pavada. Es el fin. Ambos lo sabemos.
-          Lo único que sé es que te amo y no me pienso rendirme sin luchar.
-          Daniela… - Gastón habló con voz cansina.
-          No voy a dejar que esa perra se robe tu amor, eres mío.

Gastón que ya planeaba marcharse se puso tenso.

-          No sé de quién hablas.
-          No insultes mi intelecto negándola. – gruñó ella.
-          No existe…
-          Una perra con la que te estás revolcando?? – terminó ella por él. –si la hay Gastón. No te atrevas a negarla. Desde ya te aviso que no voy a rendirme sin luchar.
-          Daniela… - le advirtió él.
-          No Gastón. Escúchame, y escúchame con atención, no sé qué te habrá dado ella o que te habrá metido en la cabeza pero yo me voy a encargar de demostraste lo arpía que es.
Sin más salió batiendo sus caderas.  

3 comentarios:

  1. como odio a Daniela y Pablo .. pobre Peter era su hijo subi pronto

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  2. yo sigo diciendo q esa nena q tiene piter es de lali y ella creo q esta viva?? *-*

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  3. Genial hespero el proximo con ansiasss quieroo GASTOCHI prfavor jeje =D

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