sábado, 31 de agosto de 2013

Amor en Desencuentro... Capitulo 51








La tela blanca caía en cascadas desde el techo hasta al piso de la enorme iglesia, cientos de ramilletes con flores adornaban toda la estancia y una música serena y hermosa resonaba en el gran salón.
Rocío sonrió y se sintió en paz por un momento, cerró los ojos e imagino que eso era suyo, que era el día de su boda y que Gastón la esperaba junto al pastor.
El sonido de su teléfono la sacó de su momento perfecto y la devolvió a la tierra.
La novia le gritó, exigiendo saber donde estaba, incluso antes que contestara y Rocío con un sonrisa corrió por los pasillos hasta encontrarse con una Candela preciosa, envuelta un blanco vestido corte princesa, con su hermosa cabellera en lo alto de su cabeza en un recogido elegante, traía un velo, una tiara y los ojos llenos de lágrimas.
-          No puedes llorar Cande, se te correrá el maquillaje.
-          ¿¿Crees que no lo sé?? – Candela suspiró – no puedo evitarlo, mírame, parece que hubiera muerto alguien, no hago más que llorar como una magdalena y ni siquiera sé porqué lloro.   
Rocío tomó un pañuelo y se acercó hasta ella, lentamente secó sus lágrimas intentando no dañar el hermoso trabajo que había hecho el estilista.
-          Lloras de alegría Cande, lloras porque tanta felicidad no te entra en el pecho entonces se derrama un poquito por los ojos.
Candela sonrió.
-          Lo amo Rocío, hoy es el día más feliz de mi vida, el hombre que amo me espera en la iglesia, ¿¿puedes creerlo??¿¿Pensaste que este día llegaría?? , pellízcame haber si no estoy soñando.
Cande dio un respingón cuando Rocío hizo lo que le pedía y se masajeó el brazo.
-          Che, no era literal. – Rocío rió.
-          Yo si lo creo Cande, en realidad siempre lo supe, tú mereces ser feliz y Vico también, el muy tarado ha vivido la mitad de su vida babeándose por ti y la otra mitad soñando contigo. De hecho mucho había tardado en proponértelo.
-          Lo sé, ya empezaba a preocuparme.

Ambas rieron y luego un minuto de silencio cómodo se instalo entre ambas.
-          Lo van a lograr Rochi.
Rocío caminó hasta la peinadora y miró a su amiga desde el espejo.
-          ¿¿Enserio lo crees??
-          Ustedes están destinados a estar juntos, la siguiente boda será la de ustedes.
Rochii rió.
-          Dios te oiga mujer, pero ahora es tú boda así que enfoquémonos en ti.
Dándose la vuelta sacó un cofre.
-          Tu madre ya te dio algo viejo y tengo entendido que también tienes algo prestado así que mi regalo de bodas, bha, el mío y el de Gastón es esto –y abrió el cofre donde un hermoso collar de lágrimas azul rey brillaba desde el interior.   – algo azul.
Candela se llevó las manos a la boca y lucho con todas sus fuerzas para no llorar perdiendo la lucha miserablemente.
Rocío bufó y se acercó para volver a secarle las lágrimas.
-          Es hermoso, no tenían porque. –
-          Por supuesto que sí. Es lo menos que podíamos hacer. Ahora ven para ponértelo.

Candela se giró y Rochi enganchó el broche en su cuello. Al volver a girarse ambas se miraron y Rocío la abrazó.
-          Quiero que seas feliz Cande, se feliz y no dejes que nadie arruine tu sueño, aférrate a este amor con uñas y dientes. – se alejó para mirar a su amiga a los ojos, como no, llenos de lágrimas -  Vive tu cuento con el alma Cande.
-          De lejos la mujer más hermosa de la fiesta.
Rocío rió y se giró.
-          Tú enserio quieres meterte en problemas.
Gastón cerró la puerta con seguro y caminó hasta ella.
-          Hoy quiero ser un chico malo – la tomó con fuerza por la cintura – además la forma en que ese vestido gris se moldea a tu cuerpo tampoco me está ayudando a  mantener la calma.
Rocío sonrió encantada y pasó los brazos por los hombros del joven.
-          No Dalmau, no me eches la culpa si andas calenturiento, es la boda de nuestros amigos y está muy mal que estemos aquí.  Además es una oficina.
-          ¿¿Desde cuándo tan miedosa rubia?? , además fue Vico quién me habló de este lugar. 
-          Pablo… - comenzó ella, Gastón bufó –
-          Pablo ni siquiera vino.
Ella lo miró aguantando una sonrisa.
-          ¿¿Andas clandestino rubio??

Él la giró y la sentó en el escritorio.
-          Nunca te dijeron que las cosas son mejores cuando son prohibidas??
Rocío rió echando la cabeza para atrás y Gastón aprovecho para besar su cuello expuesto.
-          No conocía esta fase de tuya señor no rompo un plato.
Gas rió contra su piel.
-          Tú, eres la culpable, no puedes ponerte semejante vestido y esperar que no reaccione.
-          Me encantan tus reacciones. – contestó ella.
-          Si – gruñó él – agradece que reaccioné así y no de otra forma.
-          De otra forma, ¿¿Cómo?? – preguntó dándole más exceso al cuello.
-          De otra forma tumbándote sobre mi hombro y corriendo a esconderte para que ningún otro hombre pudiera verte.
Rocío rió encantada.
-          Me fascinaría verte hacerlo.
-          No me tientes que aun puedo.
-          Yo preferiría que siguieras haciendo justo lo que haces.
Gastón volvió a recorrer la espalda desnuda de la joven.  
-          Era necesario el escote?? – ella lo miró divertida y lo besó.
-          Si mi amor porque es tuyo. – él la miró sin comprender. – el escote de mi pecho – ambos miraron lo que ella mencionaba – el escote de mi pierna – ella alzó la aludida provocando que el vestido se subiera un poco más – y el escote de mi espalda – ella hizo que él colocara la mano allí – era para ti y nadie más que tu. Al fin y al cabo eres tú el único que tiene el derecho y mi pleno consentimiento para tocarlos.
El sonrió de una manera plenamente masculina e hizo que rodeara su cintura con las piernas para subirla al escritorio.
-          ¿¿Te dije que te amo??
Ella sintió.
-          Pues te amo – habló él besándola con amor y pasión en un mismo beso. – eres perfecta.
-          Tu eres perfecto, todo peinadito, y con traje mi muñequito de torta.
Él rió divertido.
-          Tú eres toda una bomba sexy y yo solo soy un lindo muñequito de torta??
Ella rió.
-          Sos mí muñequito de torta, aclaremos eso.
Él la besó.
-          ¿¿Tuyo??
-          Aja.
-          ¿¿Todo tuyo??
Ella lo tomó por la corbata y lo besó de manera apasionada.
-          Mío y nada más que mío.
Gastón se montó en el escritorio entre sus piernas y sonrió.
-          Perfecto.

Una mirada observaba la escena entre las sombras, un dolor y un odio, esa mirada quería venganza.


Una sonrisa de dibujaba en los labios de Rocío mientras arrancaba el carro, la noche había sido mágica. Sus mejores amigos habían tenido su boda de ensueño, Pablo no estaba, y lo más importante, Gastón.
Aun podía sentir el roce de sus labios sobre la piel. Un escalofrío la recorrió. Él se había vuelto su droga y eso le encantaba tanto como la asustaba.
“Eres – Café Tacuba” comenzó a sonar en el estéreo del carro mientras ella salía a la carretera. La noche era tranquila fresca, la alegría se sentía en el aire.
Rocío sonrió al recordar la insistencia de Gastón en irse juntos pero sabía que eso ya era tentar a la suerte, mucho riesgo corrían al verse.

Dos luces tenues de un carro la cegaron momentáneamente y ella frenó de manera abrupta, el carro pasó a su lado sin detenerse y el miedo, que ella sintió por un segundo, se desvaneció.

“Lo que más amo en éste mundo eso eres” – decía la canción y Rocío casi pudo escuchar a Gastón, cantándole esas palabras, mientras reanudaba la marcha del carro.
Tras 20 minutos manejando Rocío dio la vuelta a la plaza desierta de camino a su casa, eran casi las 4 de la mañana y no se veía siquiera un alma ocasional por las desiertas calles.
Se escuchó encenderse el motor de un carro pero ella lo ignoró por completo y giró a la derecha por un atajo. Las manos comenzaron a sudarle y la noche antes fresca ahora le pareció helada. Rocío aceleró un poco mientras un escalofrío la recorría. Examinó frenética los espejos retrovisores solo para descubrirse manejando sola.  
-          Cálmate Rocío estas paranoica nada pasa, nadie te persigue.
Al terminar de decir estas palabras, como un rezo, un auto salió de un callejón a su izquierda y aceleró con fuerza contra ella.
Rocío dio una sacudida y pisó el acelerador a fondo.
La camioneta con vidrios ahumados la persiguió un tramo antes de perderse en otra dirección.
Rochi respiró un segundo y miró en todas direcciones esperando ver a su perseguidor de nuevo.
Un chirrido de neumáticos y el choque por detrás hicieron que Rocío perdiera el control por un segundo y patinara dando vueltas. Piso el freno con todas sus fuerzas y chocó su cabeza contra el volante.
Las luces segadoras la hicieron ver que su perseguidora estaba junto a ella. Un chirrido de neumáticos y el choque lateral hicieron que Rocío perdiera el conocimiento. Todo se volvió negro.

5 comentarios:

  1. hay no lo dejes ahiiiii esta nove me encanta !

    ResponderEliminar
  2. no lo puedes dejar ahii!!!!!! me encanta espero que no le pase nada a rochiii pobresitaaa

    ResponderEliminar
  3. Oh no, muerooo!!! necesito saber màs y necesito mas de gas y rochi juntos

    ResponderEliminar
  4. ME ENCANTA!!! dioss no puede estar mas buenaa esta nove espero el proximoo QUIERO MUCHO MAS DE GAS Y ROCHI, QUIERO GASTOCHI!!!

    ResponderEliminar