martes, 13 de agosto de 2013

Una vida sin vivir capitulo 9

Capítulo 9
Entonces, ¿vienen o no chicos? pregunté, porque todavía estaban sentados en
el sofá.
Sí, está bien suspiró Nicolas. Obviamente no quería venir, tal vez Gaston estaba
obligándolo. Agarró sus llaves y se dirigió a la puerta. Voy a buscar el auto al
porche. Los veo ahí.
Oh, mierda, me olvidé mi cartera dijo Mery, volviendo a mi habitación.
Inmediatamente Gaston me agarró y me besó, empujándome gentilmente contra la
pared. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, apretando los dedos en su
cabello.
Mmm, te he extrañado murmuró contra mis labios.
¿En serio? No tenía idea. ¿Podrías hacerlo más obvio? bromeé, haciéndolo reír.
Me besó de nuevo, chupando ligeramente mi labio inferior, pidiendo entrar.
Ansiosamente abrí mi boca para él; metió su lengua, explorando cada parte de mi
boca, provocando que sienta mariposas en el estómago. Alguien se aclaró la
garganta y nosotros saltamos alejándonos, pensando que era Nicolas.
Afortunadamente no lo era, era Mery.
Tenía la sonrisa más grande que alguna vez había visto en su cara.
Ustedes dos se ven sexy juntos declaró, sonriéndome.
Gaston se rió y pasó su brazo alrededor de mis hombros.
Ángel se ve sexy con quien quiera que esté. Sonrió y besó mi mejilla
suavemente.
Aww, ¡eso es tan dulce! arrulló Mery, poniendo una mano sobre su corazón, y
mirándolo con adoración.
Puse los ojos en blanco.
Oh, ¡vamos! Vamos a llegar tarde si no nos vamos ahora. Agarré su mano y la
empujé hacia la puerta. Me di la vuelta y le tiré mis llaves a Gaston, quien cerró la
puerta delantera detrás de él. Mientras me entregaba las llaves, sus dedos rozaron
los míos a propósito, haciéndome gemir un poco en la parte posterior de mi
garganta.
Oye, Gaston, no te importaría ir atrás con Rocio, ¿verdad? Realmente me quiero
sentar en el frente dijo Mery desde el auto, guiñándome un ojo.
Vi a Nicolas negar con la cabeza a Gaston, obviamente pidiendo ayuda. Gaston sonrió en
su dirección.
No. Está bien, si quieres ir en el frente. Me miró por la esquina de su ojo y le
sonreí sutilmente a Mery. Amaba a mi mejor amiga; bendita sea, me estaba dando
algo de tiempo con él.
Me subí a la parte de atrás y Gaston se deslizó a mi lado, presionando su rodilla
contra la mía. Puse las manos en mi regazo y sonreí. Se estiró y tomó mi mano,
sujetándola con fuerza y poniéndola en el asiento del medio y movió su pierna
para taparla de la vista en el caso de que Nicolas se diera la vuelta. Aunque no había
muchas posibilidades, teniendo en cuenta que estaba manejando, pero supongo
que es mejor prevenir que lamentar. El toque casual de Gaston me estaba enviando
chispas de electricidad a través de mi brazo. Me mordí el labio y miré por la
ventana, luchando con el deseo de sujetarlo y besarlo hasta que no pudiera
respirar. Después del más largo e insoportable viaje en auto, llegamos a la bolera.
Está bien, eso fue un poco exagerado, sólo duró diez minutos, pero todo el tiempo
estuve luchando conmigo misma para no saltar sobre él y sujetarlo con fuerza.
Éramos ocho jugando a los bolos: Gaston, Nicolas, Mery, Candela, Agus, su novia Daky, que
había traído a su hermano Mark, que había venido desde la universidad, y yo.
Parecía que a Gaston le había desagradado Mark instantáneamente por alguna razón.
Estaba siendo lo suficientemente educado, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos. En
realidad me estaba divirtiendo a pesar de estar perdiendo completamente. Era
terrible en los bolos y la única razón por la que había venido era para estar con mis
amigos. Lo más destacado de toda la experiencia fue ver a Gaston jugar. Cuando él se
inclinaba para lanzar la bola, obtenía una perfecta visión de su trasero, y apenas
podía contener mi disfrute.
No eres demasiado buena en eso de los bolos, ¿huh? preguntó Mark,
sentándose junto a mí y sonriendo.
Reí.
No. Nunca le encontré el truco admití, sacudiendo la cabeza con fingido
horror.
Podría enseñarte si quieres. Todo se trata de la posición ronroneó
sugestivamente.
Tragué saliva nerviosamente, pero traté de que no se notara.
Posición, ¿de verdad? ¿Eso es por qué lo he estado haciendo mal todos estos
años? Sonreí, un poco incómoda, pero honestamente me gustaba coquetear,
siempre y cuando no obtengan la idea equivocada y comiencen a tratar de
tocarme.
Soy una especie de experto con las posiciones. Sería más que feliz de darte
algunas lecciones ronroneó, inclinándose más cerca de mí y haciendo que me
inclinara hacia atrás para mantener algo de espacio personal.
Bueno, es mi turno ahora, así que ¿qué sugieres? pregunté, parándome y
eligiendo mi bola.
Se paró y caminó cerca detrás de mí.
Definitivamente te sugeriría mover tus caderas con la bola. Tal vez deberías
separar más las piernas, te dará más balance dijo, moviendo las cejas.
Me reí de su propuesta; Dios, ¡éste chico es tan obvio!
Bueno, gracias por los consejos, veré cómo me va reí y caminé para tomar mi
turno. Mi bola fue directo, hasta el borde y solo golpeó un pino. Mi segunda bola
se fue directamente a la canaleta. Mmm, Mark. Creo que tal vez deberías trabajar
con tus consejos. Como que elevaste mis esperanzas aquí, y me siento un poco
decepcionada bromeé, haciendo un mohín.
Se rió.
Wow, nunca había decepcionado a una chica antes dijo, sonriendo
orgullosamente.
¿Demasiado engreído? pregunté, riendo.
¿Quieres descubrirlo? me provocó.
Mmm, déjame pensarlo. Estreché los ojos y los pasé por su cuerpo,
lentamente, desde la cabeza hasta los dedos del pie y hacia arriba nuevamente,
asegurándome de morderme mi labio de manera coqueta. Él estaba sonriendo
ampliamente. ¿Puedes voltearte? pregunté, tratando de ocultar mi risa.
¿Quieres que me de vuelta? preguntó, sonriendo.
Asentí.
Voy a necesitar ver la parte de atrás, no estoy segura si quiero aceptar tu oferta
dije con desdén. Me guiñó un ojo y se dio vuelta, obviamente pensando que
estaba de suerte. Me mordí el labio para evitar reírme y modulé ¡Qué idiota! a Mery
y Candela que se estaban riendo como locas drogadas. Está bien, puedes voltearte
de nuevo dije después de unos segundos.
Se volvió a mí.
Bueno, ¿te gusta lo que ves? preguntó, sonriéndome confiado.
Me incliné hacia él.
No, en realidad no. Simplemente no lo haces para mí, pero gracias por la oferta
declaré, sonriendo y guiñando un ojo mientras volvía a los asientos. Podía oír a
mis amigas estallar en carcajadas, Candela y Mery chocaron los cinco. Mark sólo me
estaba mirando con la boca abierta, obviamente no acostumbrado al rechazo. Le
eché un vistazo a Gaston, se veía herido y enojado.
¡Oh, mierda! ¿Qué hice? Simplemente estaba coqueteando, ¡no debería haber
hecho nada! Traté de llamar su atención pero él apartó la mirada al tablero de
puntuaciones, ignorándome. Mi corazón se hundió.
Nicolas fue a buscar bebidas entre los juegos así que tomé la oportunidad para hablar
con Gaston; ni siquiera había mirado en mi dirección desde todo el incidente de
Mark.
Hola dije, moviéndome para sentarme junto a él.
Hola murmuró, mirando a las personas a nuestro lado jugar.
¿No me vas a hablar? pregunté, asustada de que dijera no.
Suspiró.
¿Por qué hiciste eso? preguntó tristemente, sacudiendo la cabeza, aún sin
mirarme.
Tomé su mano y lo arrastré hasta los baños. Cuando entramos al baño de mujeres
cerré la puerta detrás de nosotros y la trabé con llave.
Lo siento. No me di cuenta que eso te molestaría. No quise decir nada con eso.
Estaba coqueteando conmigo, sólo estaba bromeando, eso es todo expliqué,
tratando de que me mirara, pero sólo cerró los ojos por un segundo antes de
mirarme otra vez.
Ángel, eso fue difícil de ver. Me empujó a su pecho, mirándome a los ojos;
podía ver que lo había herido mucho.
Lo siento, Gaston. Honestamente, no quise decir nada con eso, sólo me estaba
divirtiendo. La gente no sabe que estamos juntos así que difícilmente podía decir:
Mark, deja de coquetear conmigo, mi novio está sentado justo allí¿o si?
pregunté, poniendo los brazos alrededor de su cuello.
Suspiró.
Supongo que no. Todavía se veía molesto, y me sentía mal por haberlo
lastimado.
Aunque necesitas confiar en mí, nunca haría nada para lastimarte a propósito. Lo
siento. Tiré su cara hacia la mía y lo besé tiernamente.
Respondió de inmediato, besándome de vuelta y tirándome más cerca de él.
Deslizó una mano y sujetó mi trasero, ni siquiera me afectó en lo absoluto, bueno,
lo hizo pero no en una mala manera, me gustó, quería más. Tomé su otra mano y
la puse encima de mi cuerpo, haciéndola apretar mi pecho. Se apartó, mirándome
un poco sorprendido; le sonreí y lo volví a empujar hacia mí. Me besó con avidez,
masajeando mis pechos. Su boca viajó por mi cuello, haciéndome temblar con
deseo. Deslicé mi mano debajo de su camiseta, dibujando los músculos en su
pecho, haciéndolo gemir. Lentamente movió su mano a la parte inferior de mi
camiseta y la deslizó por debajo, pasando los dedos a través de mi piel,
moviéndola lentamente hasta que llegó a mis pechos donde los masajeó a través
de mi sujetador haciéndome gemir entrecortadamente.
Después de unos minutos se apartó, sonriéndome, sus ojos bailando con
entusiasmo. Puso su frente contra la mía, ambos estábamos respirando con
dificultad.
Lo siento. No quise ser posesivo dijo, besando la punta de mi nariz.
No tienes nada por lo que disculparte, tonto. Ninguno de los dos ha hecho esto
antes, así que tenemos que encontrar la manera de que funcione para ambos. Lo
besé tiernamente otra vez, saboreando la sensación de sus labios suaves contra los
míos.
Suspiró.
Creo que tenemos que salir ahora, antes de que la gente se dé cuenta que
faltamos.
Otro minuto no hará daño susurré, sonriendo coqueta. Se rió y se inclinó para
besarme de nuevo.
Esa noche estábamos todos apretados en mi sala de estar. Agus había traído Avatar
y ninguno la había visto antes, así que los siete estábamos sentados, comiendo
McDonalds. Íbamos a poner la película después. Yo estaba apoyada contra las
piernas de Gaston; Nicolas no pareció pestañear, lo que ambos tomamos como una
buena señal.
Mark se movió del sofá.
Aquí, Candela, siéntate aquí, me sentaré en el suelo sugirió, mientras se dejaba
caer a mi lado con una sonrisa coqueta. Me moví incómoda para tener un poco
más de espacio. Sentí a Gaston tensarse, así que puse mi mano sobre su pie, frotando
mi pulgar sobre la parte superior tranquilizadoramente. Así que, Rocio, ¿qué te
gusta hacer en tu tiempo libre? preguntó.
Un montón de cosas. Me gusta bailar e ir al cine. Ya sabes, cosas normales de
secundaria contesté, añadiendo énfasis a la palabra secundaria.
Se rió.
Wow, realmente eres una luchadora, ¿verdad? dijo, sacudiendo la cabeza.
No tienes idea murmuré, dándome vuelta fingiendo ver la televisión.
¿No quieres hablar conmigo? preguntó, fingiendo estar herido.
Dejé escapar un suspiro exagerado.
Sólo estoy tratando de ver esto.
Miró a la televisión y rió.
¿Este anuncio de sofás nuevos?
Miré a la televisión que estaba pretendiendo ver, y era de hecho, un anuncio.
¡Maldita sea!
Sip, soy una chica sofá, nunca puedes tener suficientes sofás bromeé.
Eres graciosa se rió, acercándose a mí.
Gracias, y tú eres muy mayor para mí declaré, sonriendo con dulzura.
Sólo tengo diecinueve me miró desafiante.
Asentí.
Sí, pero dieciocho es mi límite, así que estás fuera de combate, amigo dije. Oí a
Gaston reír detrás de mí.
Podría hacerte cambiar de opinión declaró Mark con confianza.
Reí sin humor.
¿Sabes qué? Te apuesto veinte dólares que no tienes nada que me interese
contesté con la misma confianza.
Se rió sombríamente.
Tomaré esa apuesta, pero tienes que esperar hasta que tu hermano no esté
mirando. Miró a Nicolas un poco nerviosamente.
Suspiré.
¿Qué es exactamente lo que crees que me interese? ¿Tienes un gatito en el
bolsillo? ¿O tal vez algo de dulce? ¿O las respuestas al examen que tengo mañana
en cálculo? bromeé, haciéndolo reír de nuevo.
No. Voy a besarte, y lo vas a amar. Se encogió de hombros, sonriéndome de
nuevo.
Las piernas de Gaston se sacudieron detrás de mí mientras que se movía para
levantarse. Me empujé contra sus piernas y comencé a frotar su pie otra vez.
¿En serio? Si tú me besas voy a patearte en las bolas. Sonreí a Mark,
inocentemente.
¿Crees que eso me va a alejar de un bombón como tú? preguntó, mirándome
poco a poco, haciendo que mi piel de gallina un poco.
Es sólo una advertencia amistosa. Me encogí de hombros, volviéndome a la
televisión que, afortunadamente, ahora había una película y no un anuncio sobre
sofás.
Estoy bastante seguro que mi dinero está a salvo. No he tenido quejas antes
susurró en mi oído, haciéndome que me diera frío de lo cerca que estaba.
Mmm, bueno, hay una primera vez para todo dije entre dientes, todavía
frotando el pie de Gaston.
Cuando la película terminó Gaston fue a su casa, a decirles a sus padres que se iba a
quedar aquí y a agarrar un cambio de ropa. En realidad tenía ropa de repuesto en
mi habitación, pero no podíamos decirle exactamente eso a nadie. Nicolas y Mery
estaban haciendo más palomitas de maíz. Ahora íbamos a ver Terminator Salvation,
porque la mayoría no la había visto. Fui al baño. Cuando salí alguien me agarró y
me empujó contra la pared. Al principio pensé que era Gaston, pero luego me di
cuenta que este chico no era lo suficientemente alto. Mi corazón comenzó a correr,
el miedo formándose en mi estómago. Mark se rió y estrelló sus labios contra los
míos, bruscamente, sujetando los lados de mi cara para que no pudiera moverme a
ningún lado. Traté de apartarlo, pero no se movía. Me mordisqueo el labio,
pidiendo entrar, así que apreté mi boca, cerrada, y subí mi rodilla tan fuerte como
pude contra su ingle. Me soltó inmediatamente, inclinándose y gimiendo.
Te lo dije. Esos son veinte dólares que me debes dije con dulzura mientras
pasaba junto a él y me dirigía a la sala con una sonrisa triunfante pegada a la cara.
Gaston estaba sentado de nuevo en el sofá así que rápidamente tomé el lugar junto a
él antes que alguien más lo hiciera.
¿Estás bien? preguntó, mirándome y sonriendo.
Sip contesté, haciendo estallar la p.
Sonrió.
¿Qué es tan gracioso?
Me reí.
Mark contesté, sonriendo. Justo en ese momento, Mark entró a la sala,
cojeando ligeramente con su mano sobre su ingle, luciendo como si estuviera
ligeramente adolorido. Tiró un billete de veinte dólares en mi regazo y se sentó en
el otro lado de la habitación.
Gaston estalló en carcajadas.
Esa es mi chica susurró, haciéndome sonreír.
Después de que todos se habían ido era casi medianoche. Mery y yo fuimos a la
cama, dejando a Nicolas y Gaston en la sala. Le guiñé un ojo a Gaston, mientras me iba a la
cama y decidí ponerme el más pequeño de mis pijamas esta noche así podía sentir
su piel contra la mía. Me puse mis rosados shorts cortos que tenían encaje púrpura
contra la costura. Los combiné con una camiseta apretada del mismo rosado con
un poco de encaje púrpura sobre los pechos. Me miré en el espejo y de repente me
puse nerviosa. Tal vez me debería cambiar, ¿estaba dando la impresión
equivocada? Me mordí el labio. No, está bien, me ha visto con esto antes así que lo
usaré.
Volví a mi habitación y Mery me silbó.
Wow, Rocio, deberías hacer un pequeño viaje a la cocina para tomar un poco
de agua o algo. Dale a Gaston algo con lo que soñar sugirió, mirándome de arriba
a abajo.
En realidad esa no era mala idea, de otra forma no lo vería hasta la mañana.
¿Eso crees? pregunté nerviosamente. Asintió con entusiasmo así que decidí
hacerlo antes de arrepentirme. Está bien dije riendo mientras abría la puerta.
¡Adelante! Dale una emoción hizo señas con entusiasmo cuando dudé en la
puerta.
Tomé una respiración profunda y caminé por el corredor con confianza. Por la
forma en la que está construida nuestra casa tienes que pasar por la sala para ir a
la cocina. Me pavoneé en la sala con mi pequeño pijama.
¿Alguien quiere algo para tomar? pregunté inocentemente, caminando junto a
Nicolas y Gaston, que estaban sentados viendo el canal de deportes.
No, gracias contestó Nicolas, sin siquiera mirarme.
Los ojos de Gaston se pegaron en mí, su mirada literalmente siguió cada uno de mis
movimientos, con la boca ligeramente abierta y los ojos amplios. Me mordí el labio
para no reírme. Oh sí, ¡totalmente valió la pena!
Tomé dos vasos con agua y volví a pasar por la sala, con Gaston quitándome la poca
ropa que tenía con los ojos. Nicolas lo vio mirando y lo golpeó en la nuca.
Amigo, ¡deja de pervertir a mi hermana pequeña! De todos modos, tienes novia
gruñó, claramente molesto.
Gaston se frotó la nuca.
Claro, sí, novia murmuró sonriendo.
Volví a mi habitación, riéndome con fuerza.
Eso fue tan gracioso le dije a Mery, que estaba sentada en la cama
esperándome.
Ella también se comenzó a reír.
¿Le gustó? preguntó, moviendo las cejas.
Sip confirmé, haciendo estallar la p. Me subí a la cama con una sonrisa en el
rostro.
Un poco más tarde escuché a Nicolas irse a la cama así que sabía que Gaston estaba en
la suya.
Mery, voy a ir a ver a Gaston un rato dije, una vez que supe que Nicolas estaría
dormido.
Oh, ¿enserio? ¿Vas a darle otra vista de ese sexy pijama? bromeó sonriendo.
Me reí.
Algo por el estilo. No me esperes despierta, puedo tardar un poco le guiñé un
ojo mientras me paraba de la cama, tomando un celular para poder usar la alarma.
Diviértete, y no hagas nada que yo no haría bromeó. En realidad no había
mucho que Mery no haría, había tenido unos pocos novios y definitivamente no era
virgen. Me reí y dejé la habitación, yendo por el corredor hasta la sala de estar,
donde Gaston ya estaba acostado en el sofá bajo el edredón de repuesto. Puse la
alarma a las seis; la hora sacar a Gaston por la ventana usual, y lo puse en el suelo.
Hola, Ángel susurró sonriéndome y quitando el edredón para que pudiera
acostarme a su lado. Me subí con entusiasmo y fundí mi cuerpo contra el suyo.
Suspiró con satisfacción y me envolvió con sus brazos con fuerza. Por cierto, eso
no fue justo me regañó, mientras me besaba la frente.
Sonreí burlonamente.
¿En serio? ¿No te gustó mi pijama? pregunté inocentemente.
Amé el pijama, pero no cómo paseaste tu sexy trasero en frente mío con tu
hermano sentado allí se quejó.
¿Piensas que tengo un trasero sexy? lo provoqué.
Mmm, no lo puedo recordar, déjame ver de nuevo dijo con voz ronca. Me reí y
giré sobre mi estómago, poniendo las manos bajo mi cabeza.
Volvió a gruñir y lentamente pasó su mano por mi espalda, a través de mi trasero y
por uno de mis muslos antes de volver a subir por el otro. Su mano se detuvo en
mi trasero, trazando la línea del encaje, haciéndome temblar. Vaya, ¿qué me estaba
sucediendo? En realidad quería que me tocara. Si hiciera un movimiento para
tocarme, no lo iba a detener esta vez. Inclinó su cabeza y besó mi hombro antes de
descender y desparramar besos a través de mi espalda y caderas. Besó la parte
inferior de los shorts y pasó su lengua a través del final de mi trasero, justo donde
se encuentra con la pierna. Di un grito ahogado y él se tensó.
Se apartó rápidamente.
Lo siento, lo siento. Me dejé llevar dijo en tono de disculpa.
Me sonrojé como loca.
Me gusto, Gaston dije con voz ronca, y temblando un poco por el deseo que
estaba corriendo por mis venas.
¿En serio? preguntó, sonando sorprendido.
Oh, diablos, sí admití con voz entrecortada, sonrojándome otra vez. Wow,
¿acababa de decir eso? ¡Es tan vergonzoso!
Gimió ligeramente y bajó la cabeza, pasando su lengua por el borde del encaje de
nuevo. Esta vez no pude evitar el pequeño gemido que se escapó de mis labios. El
sonido pareció alentarlo porque lo hizo de nuevo, y deslizó su mano por mi muslo
masajeando mi trasero y espalda. Me besó en la espalda, levantando la tela de mi
camiseta para poder besar mi piel. Me di vuelta para que estuviéramos cara a cara
y lo besé, tirando de él hacia mí para que todo su cuerpo estuviera presionando el
mío. Podía sentir su piel contra la mía y me alegré por haberme decidido por la
escasa ropa de dormir. Se estaba excitando escaleras abajo otra vez, podía sentirlo
presionando contra mi muslo, pero no estaba asustada esta vez, me alentó.
Levantó las manos y tomó mis pechos; dejé salir un suspiro cuando sentí su mano
caliente a través de la tela de mi camiseta porque no estaba usando sujetador.
Gimió mientras que frotaba su pulgar por mis pezones haciéndolos endurecerse. Él
sólo estaba usando shorts así que froté mis manos por su pecho y estómago,
simplemente asombrada de cuán perfecto y tonificado era.
Me besó en el cuello y a través de mis pechos sobre la camiseta. Mis manos se
enredaron en su cabello castaño y sedoso mientras besaba su camino hasta mi
estómago, apoderándose de mi camiseta con los dientes mientras subía y tirándola
hacia arriba, lentamente, exponiendo mi estómago. Gemí y bajó su boca a mi piel
desnuda, lamiendo suavemente y soplando sobre ella, haciendo que mi cuerpo casi
vibrara con la emoción. Deslizó la mano bajo mi camiseta y lentamente la
arrastraba hacia mis pechos, pasando sus dedos sobre ellos mientras continuaba
besando mi estómago. Pero estaba besando más alto ahora y mi respiración estaba
empezando a acelerarse en la anticipación de él besando mis pechos.
Oh, Dios, sí. ¡Esto es demasiado rápido!
Lo siento... Gaston... para murmuré.
Retiró su cabeza inmediatamente, y sonrió, con su hermosa sonrisa.
No tienes que disculparte, Ángel inclinó su cabeza y me besó de nuevo,
gentilmente. Le sonreí agradecida mientras que giraba para salir de encima de mí,
poniéndome cerca de su pecho, pasando sus dedos a través de mi cabello y me
miraba con amor. Eres tan hermosa murmuró, besando mi nariz gentilmente
mientras bajaba mi camiseta por mí. Reí y sacudí mi cabeza. ¡Realmente estaba
lleno de líneas cursis! Tal vez eso le funcionaba para conseguir que las chicas se
acuesten con él. Sonrió, luciendo un poco herido. No me crees afirmó.
¿A cuántas chicas le has dicho eso, Gaston? susurré, no muy segura de que mi
voz sonara bien si hablaba normalmente.
Suspiró luciendo un poco derrotado.
No puedo cambiar mi pasado, Ángel, créeme que lo haría si pudiera. Nunca he
sentido nada por nadie más, lo juro. Nunca le he dicho a nadie que era hermosa,
sólo a ti. Nada más se compara a ti dijo, mirándome intensamente, deseando
que entendiera. Mi respiración se atoró en la garganta ante sus dulces palabras. Me
apreté más cerca de él y enterré la cara en su pecho, respirando en él. Suspiró con
alegría y envolvió sus brazos con fuerza a mí alrededor, besando mi frente.
Buenas noches, Ángel susurró.
Buenas noches, Gaston murmuré contra su piel.
Tenía la sensación de que el plan de no darle mi corazón, había desaparecido
completamente. Todo lo que podía hacer ahora era rogar para que no lo rompiera.
Me acurruqué más cerca de él, descansando mi cabeza en su pecho y quedándome
dormida en minutos. Justo cuando comenzaba a perderme creí que lo escuche
susurrar algo que sonaba como te amo, pero Gaston no diría eso, así debió haber

sido algo más.

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