sábado, 14 de septiembre de 2013

Amor en Desencuentro... Capitulo 53







-          Como que te los dio??
-          Bueno – ella sonrió – que me dio los papales del divorcio.
-          Y los firmó??
-          Qué clase de pregunta es esa?? Si, Pablo me dio el divorcio.
-          Estás jodiendo??  
Ella bufó.
-          Como voy a joder con algo así.
-          Rocío como  puedes contarme esto por teléfono?? – le reprochó él 
-          No podía esperar a verte – susurró ella – siento que no es real, divorciada entiendes?? Puedes creerlo??
 Él guardó silencio.
-          Oye!! Te estoy diciendo que soy libre, que soy una mujer divorciada, no me dices nada??
Gastón suspiró en el auricular.
-          Y no te dijo nada cuando te dio los papeles??
Ella frunció el ceño
-          Nada de qué??
-          Nada de algo Rocío, todo esto no me huele bien, es decir, Porque ahora?? Porque de esta manera??
Rocío resopló.
-          Que no era esto lo que queríamos?? , Que importa el motivo??
-          Importa, esto puede ser una trampa.
-          Gastón – ella cambió el teléfono de mano – no me pinches el globo, no ves que estoy feliz??
-          Si, solo… No confío en Pablo o las intenciones que tenga, siento que algo anda mal.
Ella rodó los ojos.
-          Si?? Que te lo dice?? Tu sexto sentido?? – preguntó sarcástica.
-          Hablo enserio Rocío.
-          Pues yo no y me harté de tu mala onda, adiós Gastón
Sin más colgó.         


Candela abrió los ojos cuando los primero rayos del sol impactaron de lleno en su rostro.  Se estiró y, prácticamente, ronroneó de felicidad cuando los fuertes brazos de Victorio la rodearon por la cintura.
-          Buenos días dormilona.
Ella bufó como solo una mujer satisfecha puede hacerlo.
-          Que cara dura, a mí me dices dormilona??, y tú que eres entonces??    
-          Un hombre cansado tras una maratón de…
-          Victorio!! – Candela le lanzó una almohada.
Victorio rió.
-          Y si, si eres una insaciable. Tengo derecho a dormir mujer.
Ella lo golpeó en el hombro.
-          Tarado.
-          Re, y re enamorado también.
Candela sonrió burlona.  
-          Enamorado?? Tú?? Mira, y de quién??
Él comenzó a besar su cuello.
-          De la mujer más increíble y bella del mundo.  

Ella ladeó la cabeza para darle mejor acceso a sus caricias.
-          Ah, qué bueno, no la conozco, felicítala de mi parte.
   Él rió.
-          Segura que no la conoces??
Ella fingió pensárselo.
-          Puede que me la haya cruzado pero no recuerdo que me la presentara formalmente.
-          Ah no?? – Victorio se apartó y la miró.
En un movimiento se puso en pie completamente desnudo y caminó hacia el baño.
-          Ya te la voy a presentar.
Candela sonrió ante lo que veía y frunció el ceño cuando él se perdió de vista.
-          No puedes presentármela sin salir de la cama?? Y por favor continua haciendo eso que hacías con tus labios hace solo un momento.

Victorio se asomó por la puerta del baño.
-          Que mandona??
Ella rió.
-          No te estaba mandando pero si lo prefieres puedo hacerlo.
Él salió del baño con una sonrisa masculina en los labios.
-          Eso cariño será fenomenal, pero en otra ocasión, ahora quiero que salgas de la cama.

Ella se giró y se enrolló aún más en las sabanas.
-          No quiero, y no puedes obligarme. – protestó como una nena.    
Él alzó una ceja.
-          Que no puedo qué??
Antes de darse cuenta, Candela se vio siendo cargada por los fuertes brazos de Victorio camino al baño.
-          Técnicamente no me levanté, tú me cargaste así que no cuenta.  – se enfurruño ella.
Victorio rió y la deposito en el piso del baño.
Más serio.
-          Quieres saber quién es la mujer más hermosa, más inteligente, más increíble, y sobre todo a la que más amo??  - ella alzó una ceja y él rió – corrección, a la única que amo con todo mi corazón.  

Candela asintió y Victorio quitó las sabanas que aun envolvían su cuerpo antes de girarla y obligarla a verse en el espejo.

Ella se observó a ambos, su imagen en el espejo, su reflejo y su corazón dio un vuelco.  

Este era Victorio, su esposo, el hombre al que amaba más que a nada en el mundo.  
Estos eran ellos, juntos, por fin juntos, casados, enamorados y felices hasta el final de sus vidas.


-          Se puede??
Rocío que en ese momento se ponía su chaqueta se detuvo y miró hacia la puerta.    
Un gran ramo de margaritas cubría el rostro de la persona que llamaba a la puerta.
Ella sonrió adivinando.
-          Depende de quién seas.
-          Solo el repartidor con una entrega.
Rocío terminó de vestirse se cruzó de brazos.   
-          Bueno, si es así póngalas en la mesa y ahí se van a quedar porque yo me voy yendo.

Gastón bajó el ramo de flores y la miró.
-          Ya te dieron de alta??

Ella asintió.
-          Y ya te vas??
Rocío volvió a asentir.
Él frunció el ceño.
-          Y por qué no me avisaste??
-          Te llamé y tú no hacías más que gruñir y ponerme de mal humor.
Él no respondió a eso.
-          Puedo ver el documento??

Ella frunció los labios y se lo entregó.
Gastón estudió los papeles un segundo y luego la miró.   
-            Al parecer está todo en regla.
Rocío murmuró algo inentendible y extendió la mano en su dirección.
-          Si ya terminaste me quiero ir.
Él suspiró.
-          Sigues molesta??
Ella alzó una ceja.
-          Y ti que te parece??     
Él sonrió juguetón y la abrazó por la cintura.
-          Me parece que me debes un beso.
-          No Gastón no te servirá esa sonrisa compradora, no intentes hacerte el galán conmigo, yo no…
Sus palabras quedaron ahogadas por los labios del joven quien le robó uno de esos besos apasionados que hicieron a Rocío olvidarse hasta de su nombre.   
Varios minutos después ambos se separaron lentamente.
-          No es justo que me hagas esto.
-          Esto que?? – preguntó él inocente.
-          Besarme cuando estoy molesta contigo, ya no me acuerdo porque peleábamos.
Él volvió a besarla y sonrió.
-          Creo que esa es la idea, y ahora dime rubia hermosa, a dónde vamos??
-          Tengo que ir a casa porque Pablo… -Rocío se calló de repente y miró a Gastón con tal incredulidad en su dulce rostro que él se acercó y la besó.
-          No Rocío, ya no tienes que volver a esa casa nunca más, Pablo ya no te espera, eres libre.

El rostro de felicidad que puso Rocío se quedaría eternamente en la memoria de Gastón.



3 comentarios:

  1. Genial!! genial!! me encanta, espero q pablo no hagan nada malo, aunque lo va a hacer pero buee me encanta!! sube el prox pliss

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  2. Lindos!! amo esta pareja, gastochi <3

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