miércoles, 13 de noviembre de 2013

Casi capitulo 40 FINAL

Capítulo 40
::Gaston::
no pensé que se podría hacer, pero ustedes dos
lo lograron. —El Señor Foley hizo una pausa
para mirarnos desempacar las últimas cajas
para la Feria del DigiToyTech. El stand de Geekstuff.com está casi
completo—. Si alguno de los dos quiere un trabajo real el próximo verano,
todo lo que tienen que hacer es llamar. Seguro ha sido una buena práctica
tenerlos a ambos trabajando para mí este verano.
Bajé la cesta de titanio gigante rebosante de mariquitas y ranas
plásticas y empecé a marcar mi teléfono. —Estoy dejándole un mensaje
ahora mismo, señor. Me encantaría un trabajo de verano. No obstante,
¿usted me dejará trabajar durante el resto del año? Percy dice que siempre
tienen espacios en el montaje para personas que necesitan un horario
flexible.
Yo asiento hacia Percy de Montaje que está ensamblando unas
barras de luz. Las puertas de la feria no han abierto aún, pero ya todos
habíamos visto la enorme cola de gente fuera cuando nos habíamos
detenido en la gigante estructura del estacionamiento al muelle de carga.
Es ahora o nunca para mí sellar este acuerdo. El Señor Foley está feliz con
mi trabajo y se dirige a una conferencia previa de alto nivel. Ojalá que no
me rechace.
—Creo que podríamos hacer algo. ¿Por qué necesitas el horario
flexible? —Agrega el Señor Foley, lanzándome una mirada suspicaz. El
tipo no se pierde nada.
—Torneo estudiantil de hockey sobre hielo. Necesito estar
disponible para los juegos, exhibiciones de reconocimiento, cualquier cosa
que me ayude a enganchar una beca. Estoy esperando para la DU.
Señor Foley sonríe. —Esa es la Universidad a la que fui, hijo. Saca las
calificaciones para entrar a esa escuela y anota un punto en el equipo de
Hockey de la DU y, entonces mi compañía coincidirá con cualquier beca
que traigas. Lo hacemos por todos los empleados. Y diablos sí, te voy a dar
un horario flexible, pero tendrás que conseguirme entradas para los juegos
de la DU frente a la Universidad. El hockey es lo que te
consiguió la segunda entrevista, pero esas entradas en mi mano podrían
lanzar tu carrera.
—¡Oh, lo recuerdo! —Sonrío, lanzándole a Rochi un guiño y corro
para ayudarla a transportar la segunda cesta de titanio llena de mariquitas
y ranas en la parte posterior de la cabina.
—Y eso me recuerda —continúa el Señor Foley—, Dalmau, esos
protectores de disco y tus otras sugerencias de producto de tu entrevista
siguen siendo algo que me gustaría considerar. Vamos a programar algo de
tiempo para revisar aquellas antes de que termine el verano.
—Si usted lo dice, Señor. Estaría honrado de ver algunas de mis
ideas convertidas en productos.
—¿Eso es lo que tenías en esa mochila? —Rochi disparo la más oscura
de las miradas fulminantes. Sonrío de vuelta mientras el Señor Foley se
mueve hacia el otro lado de la cabina. La chica es tan linda cuando está
haciendo esa cara.
—¿Eso es lo que nunca me mostraste? —ella está despotricando—.
Él Señor Foley iba a contratarte sobre mí y lo sabías.
—No lo estaba. Tus cosas (las pegatinas de parachoques) fueron
mucho mejores —discuto, inclinándome hacia delante para soplar un
pequeño beso en su oreja.
—El trabajo era todo tuyo y lo sabes —agrego. Aunque ella está
trabajando arduamente para mantener su cara seria no pude perderme la
piel de gallina que he causado en sus brazos y a los lados de su cuello. Ella
se estremece y podría jurar que está mirando mis labios como alguna
versión retorcida de venganza contra mí. Y está funcionando.
Sin desanimarme, sacudo mi cabeza y sonrió, susurrando en su oído
una vez más: —Si sigues mirándome así, ambos vamos a ser despedidos
porque estoy honestamente cerca de plantarte uno en frente del jefe. Más
tarde, podemos negociar insignias, ¿mientras puedo suspirar en tu foto
por el resto del día?
—Cállate. —Sus mejillas se tornan a esa sombra rosa adorable que
me encanta. Se da la vuelta tirando hacia delante su canastilla a unos
pocos centímetros y deja caer su cabello de lado así está fuera del camino.
Los extremos del mismo rosan contra mi brazo y soy golpeado por el
soplo del olor a letal melocotón cielo canela, y tengo que reconocerlo. Ha
ganado. Me mató, realmente.
Eso es todo lo que puedo hacer para mantener mi rostro tranquilo
mientras lucho contra mi propia acometida de piel de gallina y
precipitación de otras cosas. Me encuentro con su sonrisa demasiado
conocedora y retrocedo unos pasos. Voto por no mirar sus labios o
acercármele hasta que nuevamente bien pueda besar cada centímetro de
esa linda sonrisa lejos de venganza.
—Esta va a ser una larga feria, ¿no? —murmuro. Resentido y ya
rompiendo mi voto cuando mi mirada devora las pequeñas esquinas
dobladas hacia arriba de su boca—. Maldición.
Ella se ríe. —Me encanta cuando hablas contigo mismo. Tan lindo.
—Tú eres tan linda.
Percy se aclara la garganta y suspira detrás de nosotros. —Me alegro
de que resolvieras tus problemas, pero hombre, son asquerosamente
molestos.
Rochi se ríe otra vez y me alejo antes de que ella accidentalmente me
destruya doblemente. Estoy a dos segundos de que necesite arrojar hielo
sobre mi cabeza o hacia mis pantalones.
El Señor Foley, quien se había perdido todos nuestros descarados
coqueteos, se volvió y llamo sobre su hombro: —las ideas de los
productos de Gaston me recordaron los tuyos. Una vez finalizada esta feria,
intentaremos traer algunas de esas pegatinas de parachoques al mercado
también. Los que podemos tener en fabricación y encabezando la página
web antes de finalizar la pasantía. ¿Qué te parece? Ustedes chicos
realmente han subido la escala de lo que esperamos de los pasantes del
próximo año.
Rochi le sonrió abiertamente al Señor Foley. —¿En serio? Suena
formidable. ¡Gracias!
Ella me disparo una mirada extraña, marchando hacia donde el
Señor Foley estaba configurando los ordenadores Macintosh que son para
los kioscos de pedidos en línea. —Señor Foley, cree que puede decirme...
¿a cuál de nosotros hubiera contratado para la pasantía? ¿Usted sabe? ¿Si
usted podría haber elegido solo a uno de nosotros? ¿Habría sido Gaston o
yo? ¿Se acuerda?
—Una implacable, testaruda —murmuro.
Rochi me oye y alza su barbilla unos centímetros más alta mientras me
lanza su mejor sonrisa. El Señor Foley se detiene y golpea su dedo sobre la
mesa frente a él. —Sí. Recuerdo.
—¿Y? —Ella parpadea.
Contengo la respiración, preguntándome por qué esto duele un
poco... ¿por qué ella se preocupa?
—¿Importa? —La frente del Señor Foley se arruga como si no lo
quisiera decir—. Todo resultó tan bien.
Rochi, como si hubiera estado conteniendo su aliento también, respira
profundamente, sonríe, una sonrisa genuina al Señor Foley, dando a su
cabeza una pequeña sacudida.
—No. No. Tiene razón. No quiero saberlo nunca. Ha sido perfecto.
Cada segundo. Yo no sé por qué pregunte.
Mi corazón comienza a latir de nuevo y dejó escapar un largo
suspiro.
Rochi me escucha y me manda una sonrisa burlona. Entonces, ella
aclara su expresión a una que sé que es realmente ella. Mira hacia mí —
dentro de mí— y sonríe todo el camino hasta mi corazón.
Yo también estoy contento, porque sé que algunas de esas chispas
de luz azul en sus ojos están conectadas a su amor por mí. Ella me lo dijo,
anoche, una y otra vez. ¡También le gusta mi hoyuelo, mis ojos y la forma
de mi barbilla! Soy el chico más afortunado del mundo.
No dejará de mirarme, pero yo no puedo apartar la mirada tampoco.
Porque no puedo besar esa sonrisa hasta que esté apagado el reloj, se
la devuelvo y agrego un guiño que causo que se ruborizara.
También admitió que le encanta mis guiños.

fin

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