viernes, 6 de diciembre de 2013

Juguemos a Ser Novios... Capitulo 16



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¿Cuándo te irás? 

Las vacaciones habían terminado. Esas vacaciones que habían durado tan poco y que Gastón ya empezaba a extrañar. Observó por su ventana viendo el agradable sol de mayo que se extendía por los cielos, nada mejor que estar en la playa disfrutando del clima… sacudió su cabeza y regresó su atención al cuaderno de apuntes que reposaba sobre la mesa del escritorio.
Se sentía presionado, los exámenes llegarían pronto y luego también estaba su partida al extranjero por cuestiones de su trabajo pero había otra cosa más importante que esas dos anteriores, el cumpleaños de Rocio, el cumpleaños de ella estaba a tan solo unos días antes de su partida así que por suerte si podían pasar el día juntos el problema sería si la rubia quería pasar el día de su cumpleaños con él.

Después de todo no eran nada más que buenos amigos.
Sí, buenos amigos, esa había sido la frase que Rocio había empezado a utilizar cuando ellos dos estaban solos, ahora ya no eran cómplices ni mentirosos sino “buenos amigos”.
Gastón estaba empezando a odiar esas palabras cuando provenían de la boca de la muchacha que él prefería besar.

—Fabuloso —gruñó, ahora no podía apartar su mente de los labios de Rocio.

Ya casi no se habían besado, cuando intentaba besarla ella corría el rostro y solo se besaban en la mejilla, tal vez durante las vacaciones Gastón había dicho algo malo y ella se había molestado, no sabía y quería arreglar aquello que estuviera mal entre ellos.
Decidió que necesitaba un descanso del estudio y se puso de pie para estirar su cuerpo un poco, dio vueltas a la habitación hasta que de nuevo se sentó para estudiar o al menos intentar hacerlo. Dirigió su vista al cuaderno de apuntes pero antes de que pudiera volver a leer alguien tocó la puerta de su habitación y ya que acostumbraba a cerrar la puerta con seguro tuvo que ponerse de pie para poder abrirla.

—Joven Dalmau —dijo la mujer de la limpieza—. Sus padres necesitan hablar con usted, lo esperan en la oficina —y sin decir nada más la mujer se marchó rápidamente.

Eso no iba bien, si sus padres necesitaban hablar con él significaban malas noticias.
Salió de su habitación y bajó hasta la primera planta para después dirigirse hacia la oficina de juntas de su casa, cuando entró divisó a sus padres sentados frente a la computadora de la oficina, sus rostros eran serios y sus miradas firmes, esto llevó al muchacho a pensar que definitivamente había algo mal.

—Papá, mamá —dijo Gastón llamando la atención de sus padres—. Estoy aquí.

—Gracias por venir —habló Marcos a su hijo—. Tenemos noticias y no son precisamente agradables —dijo usando un tono de voz firme que para cualquier persona podía parecer molesto, por suerte él ya se había acostumbrado a esa voz.

—Eso supuse —suspiró Gastón—. ¿De qué se trata?

—La compañía de modelaje de MAK’s quiere que trabajes con ellos para unos anuncios comerciales, serán diversos —dijo Alejandra.

Bien, según recordaba Gastón tener trabajo no era una mala noticia y mucho menos con la agencia de modelaje MAK’s que solo contrabata a modelos, tanto femeninos como masculinos, con años de experiencia. Cuando pasó aquel problema con su ex-novia había perdido cualquier esperanza de tener una posibilidad de trabajar ahí así que definitivamente para él era una buena noticia. ¿Qué podía estar mal?

—¿Por qué es una mala noticia? —preguntó aun sabiendo que no podía haber una mala notica en ese trabajo.

—Trabajarás con otros modelos, ya no serás tú solo así que…

—Ya he arreglado mis problemas con compañeros de trabajo —ciertamente antes él no solía trabajar con cualquier personas, siempre terminaba discutiendo con todo el mundo ya que su actitud era un poco prepotente y sacaba a todos de sus casillas pero en el último año su actitud había empezado a cambiar para bien—. No tengo ningún problema con eso.

—Aun no me dejas terminar —le dijo su madre manteniendo su sereno tono de voz—. Sé que tu actitud ha mejorado bastante pero no es eso lo que nos preocupa, hijo, son las personas con las que vas a trabajar. Los otros modelos son el joven Pablo y la joven Maria.

Y ahora entendía porque era una mala noticia.
¿Trabajar con ellos dos?
Pablo, el modelo morocho que le había quitado su trabajo, su chica y encima le había hecho pasar un mal rato a Rocio en la fiesta, simplemente no.
Y luego estaba Maria, la chica que le mintió a todo el mundo diciendo que Gastón le había pagado para que fingiera ser su novia, la misma que se había ido con Pablo, la misma que había manchado su nombre en la agencia de modelos, la misma que le había roto el corazón. Definitivamente no.

No necesitaba pensar dos veces para saber que era una mala idea, sin embargo antes que sus sentimientos estaba el trabajo y si rechazaba a esa agencia podía arruinar su carrera a temprana edad además que también les haría pensar a “esas” personas que aun le afectaba todo eso.

—Tienes hasta mañana para pensar sobre el trabajo, la agencia nos informó que puedes contestar hasta mañana en la noche —Gastón asintió—. Piénsalo bien.

—Sí, lo haré —se dio media vuelta para dirigirse hacia la puerta pero nuevamente volteó a sus padres—. Saldré unos minutos.

Sus padres no dijeron nada pues sabían que la decisión era solo de Gastón y que ahora necesitaba aclarar su mente, sin embargo todos tenían presente que era una oportunidad única y que la decisión que tomara influiría en su futuro.

***
Eran de esos días que Rocio no planeaba salir ni siquiera al patio por lo que arreglar su cabello y quitarse la pijama no habían estado en sus planes para ese día, total solo estaría
estudiando para por lo menos lograr sacar un 8 en su examen, ella no era la chica más inteligente del colegio así que esas notas eran a lo más que aspiraba.

Mientras repasaba sus notas jugaba con el lápiz de colores que le había regalado Aleli, lo movía entre sus dedos de un lado a otro y cuando timbró su celular se sobresaltó dejando caer el lápiz al suelo, este rodó hasta quedar debajo del armario que compartía con Brenda.
Rocio rodó los ojos y tomó su celular para ver el número de Gastón, tardó en contestar quizá demasiado. Se suponía que no se verían ese día ¿Por qué le marcaba?
Suspiró y contestó el aparato.

—Rocio, te necesito —le había dicho Gastón cuando apenas había llevado el celular a su oído.

—Sí, buenos días —dijo la rubia con una sonrisa en el rostro.
Escuchó reír al muchacho a través del celular.

—Buenos días —saludó el chico—. Perdón por llamar así pero quiero verte, necesito hablar contigo ¡Oh mi voz de la razón! —Rocio rió mientras negaba con su cabeza—. ¿Crees que podamos vernos?

—¿Es tan importante? Sabes que no soy una chica de buenas notas ¿verdad? —dijo dirigiéndose a su armario—. Tengo que estudiar.

—Te juro que si no fuera importante no te interrumpiría en tus estudios —contestó Gastón rezando porque ella le dijera un simple “sí”—. Pero si no puedes está bien…

—Nos vemos en 40 minutos en el parque cerca de la plaza.

—¿Por qué no en tu casa? —preguntó.

—Es domingo y hay casa llena, además que Victorio y su novia están aquí y la chica es admiradora tuya —de su armario sacó un short corto de mezclilla y una blusa blanca de manga corta con encaje—. Si quieres tener la mirada de la chica sobre ti puedes venir…

—Entonces nos vemos en 40 minutos en el parque —dijo el chico—, anotado.

—Claro, nos vemos —se despidieron y colgó al aparato para apresurarse a ir a la ducha.

Las chicas siempre llegaban tarde se recordó Gastón volviendo a ver la hora en su celular faltaba un minuto para que se cumplieran los 40 minutos que Rocio había pedido pero aun no había ni señal de ella.
Suspiró mientras esperaba unos segundos más debajo de la sombra de un árbol, llevaba puesta una playera azul y unos pantalones de mezclilla, de esa manera podía hacerse pasar como un chico normal pero para prevenir que nadie lo viera incluyó en su vestuario un par de lentes de sol. Esa era la ropa más normal que tenía una que por cierto había escogido Rocio cuando fueron a comprar su vestido.

—Perdón por la tardanza —dijo la muchacha rubia mientras se inclinaba y apoyaba las palmas de sus manos en sus rodillas para poder tomar un poco de aire.

Gastón se enderezó y dejó salir el aire que había estado reteniendo, vio con disimulo al reloj de su celular y vio que apenas estaba cambiando de minuto así que técnicamente no había llegado tarde, había llegado con segundos de sobra.

—No te preocupes, no llegas tarde —dijo el modelo guardando el aparato en el bolsillo del pantalón.

Rocio se enderezó, su pecho aun se elevaba y bajaba debido a su acelerada respiración pero aun así eso no le impidió sonreír al ver a Gastón con el atuendo que ella había escogido para él desde hacía ya bastante tiempo, no creyó que el algún día lo fuera a usar ya que en primer lugar esa no era su vestimenta habitual y en segundo lugar esa ropa había sido comprada en una tienda de ropa de usada pero ahí estaba frente a ella vistiendo de esa manera.

—Wow —dejó salir—. No creí que lo fueras a usar —dijo señalando su ropa.

—Mírame —se dio una vuelta con los brazos un poco abiertos para modelar frente a ella—. Me convenciste.

—Se te ve increíble. Ahora ves que no hay necesidad de vestir ropa de diseñador cuando con cualquier tipo de ropa luces genial…

—¿Eso es un halago? —preguntó riendo—. Porque ese es mi trabajo. Luces hermosa —le dijo, dando un paso grande para deshacer la distancia que los separaba—. Y gracias por venir hoy.

—Gracias y de nada. Pero me debes un café helado por hacerme salir con este calor infernal.

—Ten por seguro que tendrás todos los cafés helados que quieras hoy, así que —pasó su brazo por los hombros de Rocio—, vamos por uno y hablamos.

Caminaron juntos por el parque hasta un pequeño puesto de bebidas heladas, había más personas frente a ellos pero decidieron esperar en la fila ya que ambos empezaban a sentir sus
bocas secas y no tenían las ganas de seguir caminando bajo el sol hasta encontrar otro puesto. Después de varios minutos fueron atendidos y solo compraron una bebida que ambos compartirían. Caminaron hasta encontrar un lugar vacio y alejado de todas esas parejas amorosas que parecían necesitar un cuarto de hotel rápidamente antes de que dieran un espectáculo, además que necesitaban hablar en privado.

—¿Qué tan importante es que debemos alejarnos de todos? —preguntó Rocio dejándose caer sobre el pasto, habían llegado casi al finalizar el parque por lo que en definitiva estaban completamente solos, lo único que los rodeaba era naturaleza y un delicioso viento que hacia relajarse a ambos.

—Muy importante para mí —dijo Gastón sentándose al lado de ella, quizá demasiado junto.

—Bien, entonces dilo ya —le animó la chica.

—Me dieron un trabajo en una empresa de modelaje muy importante pero no sé realmente que hacer, no quiero hacer una mala elección —le explicó.

—No encuentro nada de malo en eso.

—Yo tampoco, al principio, pero después de saber que no iba a trabajar solo y saber quiénes iban a ser mis compañeros es lo que me ha hecho dudar —volvió a suspirar, esos eran solo problemas de él y sin embargo ahí había recurrido a Rocio para consultar algo que probablemente no debía ser su problema.

—¿Quiénes son? —preguntó la muchacha dando un trago a su café helado.

—Uno de ellos es Pablo, el chico que te intentó tocar —dijo recordándole aquella noche—. Y el otro es Maria.

—No la conozco ¿verdad?

—Sí, te hablé de ella. Maria es mi ex-novia, aquella chica que manchó mi nombre en la agencia.

Bueno, sí, definitivamente la tenía difícil, pensó Rocio.

—Acepta. Si no lo haces desperdiciaras una gran oportunidad que no sabes cuándo volverás a tener y además que les darías un mensaje equivocado a esos dos, no dejes que ellos piensen que te afecta estar cerca de ellos, deberías ir y hacerles frente, demuéstrales que eres un chico genial que no se deja afectar por el pasado y sobre todo que has madurado, verás que los dejarás sin habla —le aconsejó.

—Gracias y no sabes cuánto aprecio escuchar eso de ti. Pero aun hay más.

—Dilo, no lo digas todo por partes.

—Esa agencia de modelaje no está aquí, está fuera del país —los ojos de la chica no escondieron el asombro de las palabras de Gastón.

Ambos sabían que en menos de un mes él se iría pero cambiar sus planes tan rápidamente e irse antes de lo normal era algo que Rocio no se esperaba pero debía dejar de lado sus sentimientos y pensar en que era lo mejor para Gastón y su futuro.

—¿Cuándo te irás? —preguntó sin poder verlo a los ojos.

—Si acepto sería la próxima semana —le contestó.


Rocio asintió sin decir ni una palabra.

1 comentario:

  1. WWOOOOOOOOUUUUU!! que buena que esta dios! me encanta! me encanta! esta genial la nove ! me gustaría tener una pagina en google para poder hablar con la autora pero no tengo y no me la puedo hacer pero soy la que siempre comenta en anónimo jej bueno gracias por los cap. están muy buenos! y los amo a los rubios hermosos ! GASTOCHI es eterno! subí los cap cuantos antes! por fa! Gracias! :) :D ♥ ♪♪

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