viernes, 18 de julio de 2014

No Te Tengo Miedo... capitulo 9


Click en Leer Más


—¿Por qué? —Interrogué confundido.
—Lo que... lo que ocurre es que... —Tartamudeó—. Estaba algo extraña ésta mañana... luego de su charla...
—En ese caso —Le miré a los ojos—, solo quería sociabilizar con ella.
—¿Con ella? ¿Por qué?, nunca te creí interesado en más personas además de tu ''pandilla''.
—Solo charlábamos un tiempo corto.
—Y terminó enamorada de ti —Susurró poco audible, pero alcancé a oír.
—¿Qué?
—N... No... nada... 
—Te oí. ''Y terminó enamorada de ti'' —Imité su voz—. No hables estupideces, el amor no existe —Fruncí el ceño—, solo son mentiras, engaños y sentimientos falsos.
—No es verdad. —Su voz se tornó fría—. Pablo me amó —Sus ojos perdieron brillo—, si existe, si existe —Musitó repetidas veces. 

Comenzaba a asustarme.

—Rochi... —No me tomó en cuenta—. ¡Rocio! ¡Despierta! —Sacudí su cuerpo con cuidado.

La observé directamente a los globos oculares, llenos de oscuridad, soledad y tristeza. Cuando hicieron contactos los de ella con los míos, cambió todo, ella estaba conciente y sus ojos nuevamente retomaban aquel brillo hechizante...

—Lo siento —Bajó la mirada—. No estoy bien con todo esto, y tú no deberías saber nada... eres la persona a quien más odio en el Instituto... —De alguna u otra manera, esas últimas palabras hirieron mis sentimientos.
—¿Me odias?.
—Sí —Dijo fría—. Gastón, puedes retirarte.


Narra Rochi.


Algo extraño ocurría conmigo, me tornaba fría cada cinco segundos, odiaba la vida, todo. Ya no era la chica alegre y ''tierna'' de un principio. Pareciera que no tenía ningún sentimiento estas últimas horas. Pero claro que los tenía, era cierto que la ruptura con Pablo me había afectado —Realmente le amaba— pero la vida continúa. Sentía que había perdido todo en la vida, que nada tenía sentido luego del incidente. Intentaría volver a ser la chica alegre, divertida y tierna que era anteriormente, antes de conocer a Gastón y romper con Pablo. 

—Está bien. Adiós Igarzabal —Se despidió Gastón, aniquilando mis pensamientos.
— Hasta luego... Dalmau —Musité cuando se retiró de la habitación.

¿Realmente Gastón Dalmau da miedo?, con toda la honestidad del mundo... ¿Es lo que todos creen que es?.

Me levanté de la camilla y al instante me sentí mareada. Toqué mi cabeza con delicadeza, y noté un leve levantamiento cerca de la nuca. Con la fuerza que me quedaba, me dirigí a clase. Lentamente me acercaba más y más al salón, y a los segundos antes de tocar la puerta logré sentir el tacto de unos fuertes brazos con mi cintura.

—¿Qué te ocurre?... —Reconocí esa voz, Peter.
—Nada.
—Me tenías preocupado —Me volteó para mirarle a los ojos color verde que tenía.
—¿Tú? ¿Preocupado por mi?, no lo creo —Reí con ironía—. Eres un fastidio para mi y yo soy una carga para ti. Vamos, el sentimiento de odio es mutuo.
—Yo no te odio Rocio.
—Entonces ¿Por qué siempre estás fastidiándome?.
—¿No es algo que los hermanos suelen hacer?.
—Si pero...
—Solo quiero que me aceptes como tu hermano, Rochi.
—Imposible —Dije fría.
—¿O cómo algo más? —Se acercó más hasta que logró mezclar nuestras respiraciones.
—Pe...Peter...

Tocó la campana. ¡Gracias milagroso receso!.

—Y... Yo... debo irme... —Me alejé un poco—. ¡Receso! —Informé nerviosa—. Nos vemos P...Peter... —Tartamudeé y me fui corriendo de aquel lugar.

¡¿Qué diablos?! ¡Peter me quería violar!. Okay no, pero... ¿Qué demonios quería?... ¿Qué diablos intentaba?. Mierda, tengo un jodido conjunto de preguntas en mi cabeza.

—¡Rochi! —Oí a mis espaldas. Diablos, ¡¿No puedo estar sola?!.
—¿Eh? —Volteé y me encontré con una agradable sorpresa—. ¡Eugenia!
—¡Décadas que no nos veíamos!. —Exclamó.
—¡Sí!. ¿Cómo es Francia?, ¿Hay chicos guapos?, ¿Estás de novia con alguien? —Elevé mis cejas repetidas veces.
—Primero —Enumeró con sus dedos— sí, Francia es precioso. Segundo, si demasiados franceses, a veces demasiado sexys —Reí—. Y por último, no. Prefiero seguir con mi vida de soltera —Sonrió—. ¿Y qué hay de tí?.
—¿Qué hay de mi, qué? —Interrogué confusa.
—¿Cómo vas con Pablo? 

Sentía que caería de rodillas al frío suelo en cualquier momento.

—Yo... rompí con él.
—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!. Era buen chico, guapo y sabía cocinar... 
—Se besó con Katie, la perra de mi instituto anterior.
—¿Katie? ¿Tu ''enemiga''?.
—Exacto.
—Dios... nunca creí eso de Pablo... —Frunció el ceño—. y... ¿Hay algún chico? —Sonrió pícara
—¿Crees que pueda haber alguno? —Reí irónica—. Acabo de salir de una larga relación, Eugenia.
—¿Pero... nadie te atrae?...
—Ahm...
—¡Igarzaba! —Una voz masculina y conocida gritó a mis espaldas.

Me volteé rápidamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario