Ni Gastón ni Rocío movieron un musculo.
La respiración quedó atrapada en la garganta de ella
mientras luchaba con todas sus fuerzas para que el pánico no la dominara.
Gastón alzó una ceja y abrió la boca, la cerro y repitió el
proceso por lo menos dos veces más.
- Estaba
conmigo Pablo – La suave voz de Candela resonó en el silencio aplastante.
Todos se giraron a verla, y Gastón y Rocío aprovecharon
para calmar sus respiraciones aceleradas.
Pablo la miró sin entender y Candela se encogió de hombros.
- Fui a
verlo porque… - se encogió de hombros – realmente no lo sé, quería compañía y
él estaba cenando solo en casa así que charlamos – volvió a encogerse de hombros - no es la gran cosa.
Todos guardaron silencio después de eso hasta que Pablo
rompió a reír.
- ¿¿Es eso cierto
Gastón?? – Preguntó Pablo entre risas.
Este miró a Candela y le regaló una media sonrisa.
- Así es,
fue una agradable noche muchas gracias.
Pablo palmeó el hombro de Gastón.
- Bueno
Gastón espero que eso sea un pronto bienvenido a la familia.
Las mejillas de Candela enrojecieron y Rocío apretó los
dientes.
- Pablo –
Comenzó Candela – sabes que Victorio y yo…
- Victorio
es un don nadie – la interrumpió su primo – no merece tú tiempo, deja de jugar
a la buena samaritana y fíjate en un hombre de verdad. Ya que Gastón es el
nuevo dueño de la propiedad vecina me parece un excelente candidato para el
puesto.
Pablo tomó la mano de Rocío y sonrió.
- Mi esposa
y yo les deseamos lo mejor.
Gastón miró sus manos entre lazadas con frialdad mientras
por dentro solo quería brincar sobre la mesa y exigirle a Pablo que no la
tocara nunca más.
- Me parece
que estas incomodando al invitado – sugirió Rocío con voz cortante -
Pablo se llevó sus manos entrelazadas a los labios y beso
la de ella.
- Perdona mi
indiscreción querida, es solo que hacen una pareja fantástica ¿No te parece?
Rocío miró a Gastón y luego a Candela. Un nudo se formó en
su garganta ante la idea de ellos juntos.
¡Es ridículo! Se amonesto a sí misma. Pero no pudo quitarse
el malestar de encima.
Asintiendo despacio sonrió a su marido.
- Estoy de
acuerdo.
Candela se removió incomoda y le regaló a Gastón una
sonrisa suave.
Este le devolvió el gesto y miró de nuevo a Rocío solo para
ver como Pablo la tomaba del rostro y la besaba.
Sus manos se apretaron en puños bajo el mantel de la mesa
mientras su rostro parecía tranquilo.
Gastón recorrió a todos sus años de práctica frente a un
juzgado manteniéndose sereno y con cara de póquer ante cualquier caso, para no
abalanzarse sobre Pablo y exigirle que no volviera a tocarla o lo mataría,
realmente quería golpearlo en ese momento. Tomar a Rocío en sus brazos y correr
lejos, besarla hasta desfallecer y hacerla suya hasta que no fuera de nadie
más, nunca.
Candela colocó su pequeña mano sobre el puño cerrado de
Gastón y le regalo otra sonrisa tranquilizadora.
Gastón abrió su mano bajo los dedos de la joven y le
agradeció de corazón el gesto. Agradeciendo a quién sea que esa pequeña hada
estuviera allí y le diera fuerza en ese momento.
Pablo por fin se apartó de Rocío con el ceño levemente
fruncido. Esta ni lo miró.
- Rocío –
llamó su atención - ¿Dónde estabas tú?
Rocío se puso rígida y lo miró.
- ¿A qué te
refieres?
Pablo se recostó de su asiento y se llevó la copa a los
labios.
- Me refiero
a que me dijiste que estabas con Candela. – su mirada se volvió fría – pero
ella estaba con Gastón.
El silencio volvió a instalarse entre todos.
Rocío miró a Pablo un largo segundo y se encogió de
hombros.
- Fui
temprano a ver a Candela.
- Así es –
corroboró su amiga.
- ¿Y luego?
– la voz de Pablo sonaba mortal.
- Y luego…
fui a visitar a Mariana.
El silencio que cayó fue aun más aplastante que los
anteriores.
- ¿Fuiste a
su tumba? – Rocío se regodeó del leve escalofrío que recorrió a Pablo.
- Si, estaba
oscuro pero puedo llegar con los ojos cerrados.
– se encogió de hombros- te mando saludos.
Rocío escuchó como
Pablo susurraba amenazadoramente.
- ¿Por qué
no me lo dijiste?
Ella sonrió.
- Sospeche
que no te gustaría.
- No, no lo
hace. Por favor no vayas tan tarde – Pablo
bajó la voz y susurró amenazadoramente – puede ser peligroso.
- Mariana
fue tú primera mujer ¿no es así? -
preguntó Gastón midiendo las expresiones de Pablo.
- Así es – contestó este.
- Perdona la
indiscreción pero… ¿Cómo murió?
El semblante de Pablo palideció ligeramente y Candela
contuvo el aliento.
- Enfermó.
- ¿No cayó
por las escaleras?
Pablo asintió.
- Así es.
Estaba enferma y decidió bajar, rodó por las escaleras y falleció en el
acto.
- Y… ¿Dónde
estabas tú en ese momento?
Pablo entrecerró los ojos.
- ¿A dónde
quieres llegar?
Gastón se encogió de hombros con inocencia.
- Perdona mi
indiscreción, no quise incomodarte, estoy seguro debió ser doloroso para ti.
Rocío se recostó de su asiento y observo a Pablo.
- Lo fue –
contesto este rígidamente.
- Vi algunas
fotos – continuó Gastón – era preciosa.
Pablo tomó un sorbo de su vino.
- Lo era.
- Debiste
amarla muchísimo
Todos los presentes pudieron ver como Pablo palidecía un
poco más.
- Lo hacía –
Gastón sonrió como triunfal y Rocío lo miró extrañada.
¿Qué pretendía?

por favor muero por esta novelaaaaa no tardes en subir mas please rapidooo increible el capitulo en serio
ResponderEliminarQuiero que descubra toda la verdad u que Pablo los deje a Rochi y Gas!! no tardes en subir
ResponderEliminar