sábado, 16 de marzo de 2013

Amor en Desencuentro... Capitulo 27








Ni Gastón ni Rocío movieron un musculo.

La respiración quedó atrapada en la garganta de ella mientras luchaba con todas sus fuerzas para que el pánico no la dominara.
Gastón alzó una ceja y abrió la boca, la cerro y repitió el proceso por lo menos dos veces más.

-       Estaba conmigo Pablo – La suave voz de Candela resonó en el silencio aplastante.
Todos se giraron a verla, y Gastón y Rocío aprovecharon para calmar sus respiraciones aceleradas.  

Pablo la miró sin entender y Candela se encogió de hombros.

-       Fui a verlo porque… - se encogió de hombros – realmente no lo sé, quería compañía y él estaba cenando solo en casa así que charlamos – volvió a  encogerse de hombros - no es la gran cosa.
Todos guardaron silencio después de eso hasta que Pablo rompió a reír.

-       ¿¿Es eso cierto Gastón?? – Preguntó Pablo entre risas.
Este miró a Candela y le regaló una media sonrisa.
-       Así es, fue una agradable noche muchas gracias.
Pablo palmeó el hombro de Gastón.
-       Bueno Gastón espero que eso sea un pronto bienvenido a la familia.
Las mejillas de Candela enrojecieron y Rocío apretó los dientes.
-       Pablo – Comenzó Candela – sabes que Victorio y yo…
-       Victorio es un don nadie – la interrumpió su primo – no merece tú tiempo, deja de jugar a la buena samaritana y fíjate en un hombre de verdad. Ya que Gastón es el nuevo dueño de la propiedad vecina me parece un excelente candidato para el puesto.
Pablo tomó la mano de Rocío y sonrió.

-       Mi esposa y yo les deseamos lo mejor.
Gastón miró sus manos entre lazadas con frialdad mientras por dentro solo quería brincar sobre la mesa y exigirle a Pablo que no la tocara nunca más.

-       Me parece que estas incomodando al invitado – sugirió Rocío con voz cortante -  
Pablo se llevó sus manos entrelazadas a los labios y beso la de ella.
-       Perdona mi indiscreción querida, es solo que hacen una pareja fantástica ¿No te parece?
Rocío miró a Gastón y luego a Candela. Un nudo se formó en su garganta ante la idea de ellos juntos.
¡Es ridículo! Se amonesto a sí misma. Pero no pudo quitarse el malestar de encima.
Asintiendo despacio sonrió a su marido.
-       Estoy de acuerdo.
Candela se removió incomoda y le regaló a Gastón una sonrisa suave.
Este le devolvió el gesto y miró de nuevo a Rocío solo para ver como Pablo la tomaba del rostro y la besaba.
Sus manos se apretaron en puños bajo el mantel de la mesa mientras su rostro parecía tranquilo.
Gastón recorrió a todos sus años de práctica frente a un juzgado manteniéndose sereno y con cara de póquer ante cualquier caso, para no abalanzarse sobre Pablo y exigirle que no volviera a tocarla o lo mataría, realmente quería golpearlo en ese momento. Tomar a Rocío en sus brazos y correr lejos, besarla hasta desfallecer y hacerla suya hasta que no fuera de nadie más, nunca.

Candela colocó su pequeña mano sobre el puño cerrado de Gastón y le regalo otra sonrisa tranquilizadora.
Gastón abrió su mano bajo los dedos de la joven y le agradeció de corazón el gesto. Agradeciendo a quién sea que esa pequeña hada estuviera allí y le diera fuerza en ese momento.

Pablo por fin se apartó de Rocío con el ceño levemente fruncido. Esta ni lo miró.

-       Rocío – llamó su atención - ¿Dónde estabas tú?
Rocío se puso rígida y lo miró.
-       ¿A qué te refieres?
Pablo se recostó de su asiento y se llevó la copa a los labios.
-       Me refiero a que me dijiste que estabas con Candela. – su mirada se volvió fría – pero ella estaba con Gastón. 

El silencio volvió a instalarse entre todos.

Rocío miró a Pablo un largo segundo y se encogió de hombros.
-       Fui temprano a ver a Candela.
-       Así es – corroboró su amiga.
-       ¿Y luego? – la voz de Pablo sonaba mortal.
-       Y luego… fui a visitar a Mariana.

El silencio que cayó fue aun más aplastante que los anteriores.

-       ¿Fuiste a su tumba? – Rocío se regodeó del leve escalofrío que recorrió a Pablo.
-       Si, estaba oscuro pero puedo llegar con los ojos cerrados.  – se encogió de hombros- te mando saludos.
Rocío escuchó como Pablo susurraba amenazadoramente.

-       ¿Por qué no me lo dijiste?
Ella sonrió.
-       Sospeche que no te gustaría.
-       No, no lo hace. Por favor no vayas tan tarde – Pablo  bajó la voz y susurró amenazadoramente – puede ser peligroso.

-       Mariana fue tú primera mujer ¿no es así?  - preguntó Gastón midiendo las expresiones de Pablo.
-        Así es – contestó este.
-       Perdona la indiscreción pero… ¿Cómo murió?
El semblante de Pablo palideció ligeramente y Candela contuvo el aliento.

-       Enfermó.
-       ¿No cayó por las escaleras?
Pablo asintió.
-       Así es. Estaba enferma y decidió bajar, rodó por las escaleras y falleció en el acto. 
-       Y… ¿Dónde estabas tú en ese momento?
Pablo entrecerró los ojos.
-       ¿A dónde quieres llegar?
Gastón se encogió de hombros con inocencia.
-       Perdona mi indiscreción, no quise incomodarte, estoy seguro debió ser doloroso para ti.

Rocío se recostó de su asiento y observo a Pablo.

-       Lo fue – contesto este rígidamente.
-       Vi algunas fotos – continuó Gastón – era preciosa.
Pablo tomó un sorbo de su vino.
-       Lo era.
-       Debiste amarla muchísimo

Todos los presentes pudieron ver como Pablo palidecía un poco más.

-       Lo hacía – Gastón sonrió como triunfal y Rocío lo miró extrañada.
¿Qué pretendía?  

2 comentarios:

  1. por favor muero por esta novelaaaaa no tardes en subir mas please rapidooo increible el capitulo en serio

    ResponderEliminar
  2. Quiero que descubra toda la verdad u que Pablo los deje a Rochi y Gas!! no tardes en subir

    ResponderEliminar